Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 abril 2017 - 5:57 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer fui al Teatro Arriaga de Bilbao a ver el último espectáculo del emblemático y muy reconocido director italiano Romeo Castellucci. Se titula ‘Democracy in América’. Toma el título del texto ya clásico de Alexis de Tocqueville.
-No voy a exponer mi opinión sobre el espectáculo hasta el final. Al fin y al cabo, tampoco mi opinión es algo importante. La fama y el reconocimiento de Castellucci son muy extensos y casi unánimes. No le va afectar mi criterio ni para bien ni para mal.
-En los días anteriores a su presentación en Bilbao, he estado recomendando la asistencia al espectáculo en todos los medios en que he podido. En los comentarios en la prensa y en la radio, he insistido en la importancia de Castellucci por su trayectoria en las últimas décadas. He destacado su influencia en la innovación teatral en Europa. He comentado las características de su tratamiento del texto. Su interés destacado por la imagen. Su incorporación de las nuevas tecnologías.
-También he insistido con entusiasmo sobre la gran aportación del análisis sociológico y filosófico que significó en su momento la obra ‘Democracy in América’ de Alexis de Tocqueville. Tiene ya casi dos siglos de vida. Sus consideraciones sobre la democracia representativa y sobre los sistemas de convivencia ciudadana no solo están de actualidad sino incluso por delante.
– Cuando iba hacia el teatro Arriaga, trataba de vislumbrar con curiosidad cómo un genio como Castellucci habría llevado al teatro y dramatizado esas ideas tan importantes sobre la sociedad, la convivencia y el poder.
-Así que entré con una gran curiosidad e inquietud.
-Me disgustó que el teatro no estuviera completamente lleno para una ocasión tan importante. Sin embargo, me alegró encontrarme allí con profesores universitarios de sociología y ciencia política que iban también con esa curiosidad de ver cómo en teatro y dramáticamente se tratan esas ideas que ellos explican en teoría educativa.
-El espectáculo comenzó con un ingenioso juego de letras en el que se recordaban los nombres de muchos de los países y lugares donde hay conflicto democrático y de convivencia. Me alegré. Lo interpreté como que Castellucci prometía que iba a tratar dramáticamente esa problemática actual y polémica que afecta a todos y ahora.
-Después, el contenido del espectáculo se concentró en tres escenas principalmente. Una expuso con precisión y muchos matices, la influencia del puritanismo religioso en el nacimiento de esa democracia americana. Estuvo realmente bien dramatizada. La escena siguiente se centró en una exposición de imagines tecnológicas, tratadas con mucho cuidado y precisión. Esas imágenes, como después explicó Castellucci, eran portadoras de significados múltiples. La tercera escena miró con atención y mucha plasticidad el punto de vista de los aborígenes y su proceso de integración en el mundo de los colonos recién llegados. El proceso de la asimilación del lenguaje fue especialmente significativo.
-Soy consciente de que me dejo muchos aspectos en este brevísimo resumen. Ah! Hay que destacar la importancia de la presencia femenina. También por su simbolismo. También hay que destacar el concepto y la sensación de la piel.
-Debo confesar que cuando el extenso elenco salió a recibir los aplausos, yo creía que todavía quedaban cosas por exponer. Quizá no fui yo solo, porque los aplausos tardaron en producirse.
-Como valoración, tuve una sensación dividida. Como con el corazón partido, que dice una famosa canción. Estéticamente me había convencido. El tratamiento luminoso, sin duda, hacia sido muy bueno. En el sonido, se habían logrado efectos fantásticos. Las aportaciones tecnológicas de las imagines habían producido sus deseadas sensaciones, incluidas las ambivalencias. Esa era la parte positiva.
-Pero quedaban preguntas. ¿Ése es el tratamiento dramático que llega a darse de un asunto tan profundo e interesante? ¿No resulta simple reducido a los afectos dramáticos del puritanismo con la sumisión a la voluntad divina y a los problemas o las injusticias respecto a los habitantes originarios? ¿No nos había prometido en el arranque del mismo espectáculo un tratamiento dramático de más intensidad y transcendencia? Si Castellucci es un genio en uso de los recursos escénicos, ¿no puede llegar más allá?
-Después de la representación, hubo un coloquio con el director y las actrices. Fue interesante. Se ilustraron algunas intenciones. Pero ahí quedaron las preguntas que denunciaban las limitaciones.
-Ya en la explanada de los exteriores del teatro, nos reunimos, en tertulia improvisada, con una directora teatral muy destacada en la escena de la capital, con un coreógrafo muy solicitado, una primera estrella de ballet, un actor y director de una sala alternativa, una veterana espectadora que ve unas cien obras de teatro al año, otro espectador más joven e inquieto que recorre miles de kilómetros para perseguir los espectáculos que desea. En nuestra conversación bajo las estrellas, había diversos puntos de vista y diferentes valoraciones. Pero existía una idéntica satisfacción por el lujo de poder comentar, y hasta discrepar, sobre una propuesta internacional tan interesante en la explanada del teatro Arriaga de Bilbao

Esta entrada se escribio el Domingo, 23 abril 23 2017 a las 17:57 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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