Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 16 febrero 2020 - 11:46 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer asistí a un espectáculo teatral poco habitual. Tuvo lugar en la sala de representaciones de Ánima eskola en Erandio. El título es ‘Carmen y Antonio’. El autor, director y también protagonista se llama Alguis Arlaukas Pinedo, que también es el director de ese centro de formación artística.
-Se presentó y se vivió un ejercicio teatral encaminado a reconstruir la memoria en el plano personal y también social.
-Esa reconstrucción y (re)vivencia ha sido realizado por el propio Alguis en la recuperación de las historias y las circunstancias vividas por sus antecesores, en especial por su madre.
-Las vivencias que se recuperan están marcadas por la guerra civil española; el exilio de los niños de la guerra; la acogida en la Unión Soviética; la segunda guerra mundial; la invasión del Rusia; los enfrentamientos internos, personales y sociales; la búsqueda de identidad individual y colectiva; la dictadura de Franco, los deseos y las desilusiones; la adaptación a la realidad no siempre –casi nunca – favorable; el esperado regreso…
-Todo ello contado, además, en primera persona. De modo directo. En la distancia corta. Oyéndose mutuamente la respiración en el patio de butacas y en el escenario. En los dos sitios, había protagonistas. El coloquio final unió todavía más los dos lados.
-Ha quedado citada la implicación múltiple de Alguis Arlaukas. Queda por reconocer el mérito de los intérpretes Ianire Calvo, Jon Melero y David Valdelvira.
-En definitiva, una muestra de lo que puede llegar a ser la esencia del acto teatral.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 febrero 2020 - 12:06 pm
Categoría: General

David Barbero

-Este fin de semana, ha tenido lugar en el palacio Euskalduna de Bilbao un acontecimiento teatral de especial significación social. Se trata de las representaciones de la comedia ‘Campeones del humor’. Está protagonizada, entre otros actores y actrices, por José de Luna y Gloria Ramos. Son muy populares, después de haber intervenido en la exitosa película ‘Campeones’.
-Esa especial significación social ha consistido en una demostración de normalidad en el desarrollo y disfrute de ese espectáculo. Alguien puede insistir en el aspecto de reivindicación de igualdad entre personas de diferentes capacidades. Yo me inclino por poner el énfasis en la evidencia de que todo transcurrió dentro de ese carácter igualitario. Se demostró que son más las cosas y los parámetros que nos igualan a las que nos diferencian.
-En la sesión de la tarde de ayer a la que asistí, todo transcurrió dentro de las habituales costumbres teatrales. Quizá con el punto positivo de una mayor implicación y entusiasmo por parte de los que estaban sobre el escenario y los que ocupábamos el patio de butacas. Hubo corrección y rapidez en la entrada y ocupación de las respectivas localidades. Muestras de curiosidad por lo que íbamos a presenciar. Respeto durante toda la representación. Mucha sintonía con lo que se representaba. Inteligencia en la captación de los motivos de risa o de emoción. Generosidad en los reconocimientos y en los aplausos. Orden y satisfacción en la salida. Y una larga y alegre cola para sacarse fotos con los protagonistas.
-Es decir, el ‘star system’ sigue existiendo.
-Así que, en estos días, se ha podido extender el optimismo de que, en algo, vamos mejorando. Yo, al menos, lo he interpretariado de esa manera.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 febrero 2020 - 12:11 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer, al salir del Teatro Barakaldo, unos compañeros me obligaron a sintetizar en tres adjetivos mi impresión sobre la obra que acababa de ver. Traté de resistirme. Argumenté que, con tanta precipitación, no se pude hacer una valoración. También dije que tres adjetivos no permiten mucha profundidad. A pesar de todo, tuve que hacerlo. Los tres adjetivos que me vinieron a bote pronto fueron: original, valiente y quizá algo irregular.
-Acababa de presenciar y disfrutar de la obra ‘Las canciones’. La dirección y la autoría son de Pablo Messiez. He puesto antes lo de la dirección, porque creo que, en ese campo, se mueve con más eficacia que en lo referente al texto.
-Hay que hacer una referencia inmediata a los intérpretes por su entrega, su concentración y su expresividad. Tres actrices: Carlota Gaviño, Rebeca Hernando y Mikele Urroz. Cuatro actores: Javier Ballesteros, José Juan Rodríguez, Íñigo Rodríguez-Claro y Joan Solé.
-Los personajes están sacados de varias obras de Antón Chejov. Se toman sus nombres y sus conflictos interiores, aunque no se les dota de más características identificadoras. A lo que se presta una atención muy detenida es al desarrollo de la terapia elegida por ellos pasa solucionar sus conflictos. Esa terapia es escuchar. Sobre todo, escuchar canciones. A través de esa escucha y de la manera apasionada de vivirla, cada uno va logrando su propia catarsis.
-A estos aspectos positivos, quise responder con los dos primeros adjetivos en la valoración improvisada. Ahora con más reflexión, me ratifico en ellos. Resulta una manera diferente, impactante, curiosa, valiente, arriesgada… de plantear una propuesta teatral. Ah! La elección de las numerosas canciones, también es original y digna de alabar.
-Con lo de ‘algo irregular’, y también la alusión a que se mueve mejor en la dirección que en la autoría, quería referirme a que, seguramente, el desarrollo de lo que se podría considerar el argumento o la evolución de los personajes quizá resulte más floja. Ya ven que me expreso con más inseguridad en este punto.
-Así que me ratifico más, y lo quiero destacar, en la originalidad del planeamiento, en la emotividad contagiada en todo momento y en el impacto conseguido. Sin duda, mérito del director y de los intérpretes.
-Y una ‘moraleja’ final. Practicad la terapia de escuchar, – canciones bien elegidas – y hacedlo de modo apasionado para solucionar, o soportar, los conflictos que todos arrastramos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 8 febrero 2020 - 11:47 am
Categoría: General

David Barbero

-Deseo puntualizar, desde el principio, que no utilizo la palabra famoseo con un sentido despectivo. Quiero definir, con ese término, un tipo de espectáculos que se basa en la popularidad, en la fama, en la celebridad, como creo que se dice ahora en determinados medios.
-Teóricamente, ni la popularidad, ni la fama, ni la celebridad son conceptos negativos. El hecho de que una persona sea conocida por muchos, puede ser hasta bueno. Lo mismo que lo puede ser el que tenga numerosas/os admiradores, seguidores o fans.
-En el mundo del teatro, esa fama –que se da sobre todo en actrices y actores – es uno de los motivos que arrastran al patio de butacas a mucha gente. El público se comporta de forma incondicional en su favor. Incluso antes de que hayan hablado, cantado o realizado ninguna manifestación, ya son recompensados con salvas de aplausos y gritos de alabanza.
-Puede considerarse negativo, cuando esa circunstancia se lleva hasta el extremo o se coloca como objetivo absoluto. En ese caso, esas personas famosas no están al servicio del espectáculo. Sino al revés. La obra y todo el montaje sirven para su propia utilidad. Ellos no hacen el esfuerzo de interpretar a los personajes. Se aprovechan de ellos para representarse a sí mismos. Los utilizan para su exclusivo lucimiento.
-Como consecuencia de las actitudes respectivas, – la de ellos y la del público -, las características de la obra, su ‘mensaje’, y los otros valores teatrales o artísticos, suelen quedar en el olvido.
-Ésa fue la reflexión de un pequeño grupo de asistentes ayer al teatro Campos Elíseos de Bilbao. Allí se está representando la obra ‘La última tourné’, escrita y dirigida por Félix Sabroso. Entre los intérpretes figuran nombres como Bibiana Fernández, Manual Bandera, Alaska o Mario Vaquerizo.
-Frente a esta reacción minoritaria, la mayoría de los asistentes acogió la obra, y a los intérpretes, con gran entusiasmo. Los aplausos y los vítores finales fueron sonoros y continuados.
-Van a estar bastantes días en este teatro. Si aprovecháis para ver el espectáculo y a sus intérpretes, podréis comprobar, también, que la obra puede tener otra lectura y que hace una reflexión semejante a ésta, aunque no en la misma dirección.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 7 febrero 2020 - 12:16 pm
Categoría: General

David Barbero

-Cuando caminaba ayer hacia el Teatro Arriaga, iba pensando en por qué el actor Antonio Banderas, en la cumbre de su carrera, ha decidido comprar un teatro en su Málaga natal e inaugurarlo con un musical.
-Iba hacia el teatro municipal de Bilbao, precisamente, a ver ese musical: ’A chorus line’. Antonio Banderas sigue figurando, en el programa de mano, como productor y subdirector. Pero el papel protagonista de Zach lo ha dejado en manos de Pablo Puyol.
-Aumentó mi curiosidad sobre los motivos del famoso intérprete, al leer su declaración de principios: ‘El teatro es una respuesta contundente y realista al tiempo que nos ha tocado vivir y a los males que amenazan esta época caótica por la que tratamos de abrirnos paso’. Se podría esperar que, con esa premisa, hubiera comenzado con un teatro comprometido, actual, valiente, rompedor, de análisis del momento presente.
-Sin embargo, el musical elegido fue estrenado en la década de los 70 del siglo pasado. Es decir, hace casi cincuenta años. Hay que reconocer que es un musical bastante elegante, casi de elite. Es preciso señalar que está muy bien montado. Con una dirección y una coreografía recreadas y muy cuidadas de Baayork Lee. Un montaje muy limpio. Perfectamente iluminado. Bien movido. Quizá con algunos ‘números’ un poco extensos. El elenco hace gala de preparación y cualidades en baile, canto e interpretación. En definitiva, una producción exquisita. Para comenzar bien en su nuevo teatro malagueño y hacer gira por toda la península
-En el coloquio posterior, una espectadora sugirió lo siguiente: la clave de la elección puede estar en el personaje protagonista. Un tipo elegante. Bien plantado. Positivo. Con los riegos justos de no muchos pasos de baile. Un papel muy apropiado para lucirse.
-Otra tertuliana improvisada defendió el carácter valiente del famoso actor y sus propósitos innovadores.
-Hubo alguien que recordó que el deseo de todo bien intérprete, e incluso su principal obligación, es lucirse.
-Hubo unanimidad en las alabanzas a que un actor reconocido se arriesgue a poner un teatro y presente obras o musicales de interés.
-De todos modos, seguiremos atentos a ver si, además, continúa pensando que ‘el teatro es una respuesta al tiempo que nos ha tocado vivir’.

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