Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 agosto 2009 - 10:08 am
Categoría: Teatro

-Lo primero que hay que decir de la representación de ‘Un dios salvaje’ en el palacio Euskalduna de Bilbao es que los productores han sido tan ambiciosos para conseguir dinero que se han cargado la obra.

-¡Explícate!.

-Para meter a más gente han puesto micrófonos en el suelo y han deformado el carácter de la interpretación.

-De todos modos, es una buena obra, que está bien dirigida y bien interpretada.

-Yo insisto en que ese problema del sonido deformado y las distancias lacran el espectáculo.

-Hay que destacar el cuidado que han tenido en el perfil de los personajes. Ese interés se nota en la autora, en la directora y en los intérpretes. Han estudiado todos los matices.

-El desarrollo de la acción es el ya habitual en Yazmina Raza. Se parte de un hecho sin importancia como es una pelea de dos niños en el patio del colegio. A raíz de ahí, los padres y las madres de esos sacan sus dioses salvajes. Comienzan aparentando ser muy educados y terminan a cuatro patas por el suelo.

-Si lo miras bien, no es el esquema clásico del teatro con los tres tiempos de planteamiento, nudo y desenlace. No hay una intriga, una complicación, un suspense y una resolución.

-Sin embargo, tiene un gran éxito. Gusta a la gente.

-Ésta lo dice porque tú eres un firme partidario del esquema clásico.

-Lo sigo siendo. Pero se pueden aceptar excepciones honrosas.

-Es un teatro que exige unos actores muy buenos.

-Muy buenos y muy conocidos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 19 agosto 2009 - 10:14 am
Categoría: Teatro

-Te voy a decir lo que es Leo Bassi. Es un cómico inteligente que sabe que hay que hacer cosas extravagantes, exageradas, para llamar la atención.

-No estoy de acuerdo. Leo Bassi es un cómico que utiliza sus espectáculos para hacer la revolución y remover las conciencias.

-Voy a lo concreto. Ayer vi su último espectáculo titulado ‘Utopía’.

-Otro discurso desde la izquierda revolucionaria, anarquista, doctrinal y pesado.

-¡Me gustó! Me pareció el mejor de los espectáculos suyos que he visto.

-Pues duró más de dos horas.

-Efectivamente. Cuando, al comienzo del espectáculo, advirtió que iba a tener esa duración, me puse a temblar. El espectáculo anterior, cuando lo vi, deseé que terminara de una vez. Esta vez fue más variado. Él estuvo mejor. Más irónico, más cercano. La función tenía varias partes. Mezcló lo doctrinal con lo anecdótico y lo personal.

-El número escatológico de comer mierda ante el público es un truco que sabe que gusta. O mejor, sabe que impacta.

-Eso es descarado. Lo tiene calculado. Llevaba ya casi hora y media de espectáculo. Interrumpió e hizo el numerito de comer un chorizo de mierda con toda la repugnancia que eso causa en los espectadores.

-Es uno de sus atractivos.

-Después reconoció que, en realidad, es un falso chorizo de mierda hecho con chocolate.

-El efecto final del patito amarillo convertido en un hinchable gigante también funciona.

-A mi me gustó su habilidad para hacer de un mitin político de izquierdas un espectáculo, que en esta ocasión fue divertido.

-Lo que hace es convertir un espectáculo en un mitin de izquierdas.

-Como quieras. Pero en esta ocasión fue divertido y entretenido. Tuvo mucha ironía y gustó.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 agosto 2009 - 9:54 am
Categoría: Teatro

-¿Tú también te has sentido ofendido por la adaptación que han hecho de la obra de Moliere, ‘El enfermo imaginario’?

-La han retorcido para adaptarla a las cualidades cómicas del actor Enrique San Francisco.

-Igual existe una excesiva sacralización del teatro clásico.

-Si quieres poner una obra de teatro, la representas como es. Si no, te inventas otra.

-Estamos en una época carente de imaginación.

-La pieza que vimos tiene muy poco que ver con Moliere.

-Gabriel Olivares y Ana Graciano, los adaptadores, ya advirtieron que es una versión libre.

-¡Y tan libre!

-Vamos a ver. ‘El enfermo imaginario’ fue la última obra escrita e interpretada por Moliere.

-¡Tan última que se murió representándola!

-Y vestido de amarillo.

-Para entonces, Moliere era un hombre acomodado en la corte y sin el espíritu crítico que tuvo en su juventud. Hizo una obra en la que se reía de los malos médicos. En general.

-Sobre todo, era una obra que el mismo escribió adaptada a sus cualidades interpretativas exageradas.

-Entonces, algo muy parecido a lo que han hecho ahora. ¿No?

-Me sorprende que justifiques tú eso.

-¿Qué pasa? ¿Te gustó?

-Pues la verdad es que me interesó bastante poco y no me reí nada.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 agosto 2009 - 9:42 am
Categoría: Teatro

-¡Quién lo iba a decir! ¿No?

-Oye, que Juanma Bajo Ulloa ha dirigido ya bastante teatro, aunque muchos no se hayan enterado.

-Lo que a mí me ha sorprendido es que se haya metido en un tipo de teatro tan castizo como es el género chico de la zarzuela, dado que él siempre ha sido un portavoz de la modernidad.

-Desde luego, ‘La gran vía’ y ‘Agua, azucarillos y aguardiente’ no parecen, a estas alturas, dos obras para hacer virguerías modernas.

-Los amantes del género las tienen como dos piezas de culto.

-Lo que digo es que están tan pegadas a cosillas anecdóticas que pasaban hace más de un siglo que tienen muy poco interés en la actualidad.

-Como musicales, tienen demasiado texto hablado.

-Un texto que quiere recoger el estilo chulesco de entonces, absolutamente distante del mundo y las costumbres actuales.

-Es difícil encontrar la gracia.

-Ya está bien de criticar las obras. ¿Cómo estuvo la dirección escénica de Bajo Ulloa?

-Yo le vi muy metido en el género, en el estilo y respetuoso con el público que va a ese tipo de zarzuelas.

-Tuvo detalles de una dirección escénica moderna.

-Se preocupó mucho de los actores para marcarles el estilo chulesco que debían utilizar en sus personajes.

-No quiero ser malo. ¿A Juanma le va mal en el cine?

-Para mí, si ha decidido dedicarse a la dirección teatral, ha hecho una buena elección. Hay campo.

-Y puede hacerlo muy bien.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 14 agosto 2009 - 9:55 am
Categoría: Teatro

-No puedo decir que sea un buen espectáculo o que sea malo. Está premeditadamente hecho paga gustar, y gusta a la mayoría.

-¿Lo dices como alabanza?

-Bueno, pues sí. Hay que reconocer que lograr los objetivos propuestos es difícil. Por lo tanto, hay que alabar su trabajo.

-No lo dices con absoluto convencimiento.

-Lo he dicho. No es poco. El argumento está bien llevado. Estos musicales suelen pecar de una estructura narrativa muy floja. Aquí está construida con habilidad. Desde la primera escena, se presenta la intriga y, después, se van desarrollando con agilidad. Se complica en los momentos oportunos y existe una sorpresa final.

-Un poco forzada, pero hay sorpresa final.

-No cantan mal.

-Utilizan grabación y se nota.

-Se nota en muy pocas ocasiones. Incluso hay discusiones entre el público sobre si se utiliza o no.

-¡Cómo se va a utilizar, si salió a saludar el director musical!

-Salió con los cascos, querida.

-Tampoco la interpretación escénica fue mala.

-Con altibajos. Unos y unas mejor que otros y otras.

-Graduaron bien los momentos de emoción.

-Lo que graduaron bien fue los números musicales para terminar. Eso es fundamental, Al final, hay que meter al público en las canciones y hacerle palmear. De esa manera, se va contento a casa.

-Lo dicho al principio: una función hecha para gustar.

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