Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 abril 2016 - 6:31 pm
Categoría: General

David Barbero

-Estuve ayer viendo la obra ‘El rey’ en el Teatro Social de Basauri. La vi desde la butaca más alta. Pero estoy contento y agradecido de haber logrado esa localidad. Estaba el teatro completamente lleno desde hace semanas,
-Una buena razón del atractivo por esa obra está en el morbo de tener como personaje protagonista al anterior rey Juan Carlos I. Ese morbo se completaba con el conocimiento de que se hacía un tratamiento crítico de su figura.
-En el programa de mano, ya se plantea directamente la oportunidad o no de tratar como ficción la actualidad real. Se cuestiona sobre la utilización de personajes auténticos con el propósito de analizar los problemas de la sociedad actual. Se pregunta si existe derecho a utilizar a estas personas desde la subjetividad de los autores e intérpretes.
-Tú tienes que responder positivamente. Lo has estado haciendo reiteradamente.
-No sólo creo que existe derecho a hacerlo. Pienso que la obligación del teatro es analizar la situación de los problemas de la sociedad.
-Si el teatro estaba lleno, queda demostrado que también existe entre la sociedad ese deseo de análisis.
-Así que todos, o casi todos, de acuerdo en la oportunidad y la conveniencia de hacer este tipo de obras.
-Además cada uno tiene su derecho a valorar los acontecimientos y los personajes públicos de acuerdo con sus ideas y su idolología. Faltaría más a estas alturas de la historia.
-Esta obra está siendo representada por tres actores: Alberto San Juan, Guillermo Toledo y Luis Bermejo. El primero es, a la vez, el responsable del texto y de la dirección. Debo señalar que, en la función de ayer, el actor Luis Bermejo fue sustituido por Javier Gutiérrez. Lo hizo muy bien. También sus compañeros estuvieron a buena altura.
-Entonces todo perfecto. ¿No?
-¡Yo no he dicho eso! Puedo señalar algunas discrepancias importantes con el espectáculo. Me apreció largo. La primera parte me resultó más ágil e interesante. La segunda creo que fue discursiva y reiterativa. No me refiero al contenido o la dirección de las críticas. Aludo a la repetición de argumentos, a su parsimonia y a la falta de ritmo en el discurso. ¡A mi juicio, claro!
-Además, si la obra quiere recoger la actualidad, no se puede quedar en el año 83 del siglo pasado. Desde entonces, han pasado muchas cosas. Eso casi es ya (pre)historia.
-Pero lo dicho. La misión del teatro es analizar y criticar la sociedad en la que vive.

Esta entrada se escribio el Domingo, 10 abril 10 2016 a las 18:31 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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