Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 abril 2009 - 9:09 am
Categoría: Política

-¡Han matado todo el interés! Toda la expectación. Toda la intriga. Ya no merece la pena seguir la sesión de investidura del nuevo lehehdakari vasco.

-¿Cómo que no? Va a ser un acontecimiento histórico. Después de siglos y siglos de historia, no va a ser un nacionalista.

-¡Por fin!

-No exageréis. Han sido solo tres décadas de mandato nacionalista ininterrumpido.

-¿Seguro que han sido sólo tres décadas?

-Es que las han aprovechado muy bien.

-Estábamos con la falta de interés de la sesión de investidura.

-¡Hombre! No tiene ningún interés porque ya se sabe lo que va a pasar.

-También se sabía antes.

-¡No! Podía haber algún tránsfuga, o compra de votos, o traiciones de última hora.

-Con el sistema de votación nominal y poniéndose de pie, ya no pueden pasar desapercibidos los traidores.

-No queda ni el suspense de la embaraza. Se comentaba que estaban presionando a la parlamentaria embarazada para que pariera pronto y pudiera asistir a la votación. Ahora ya ni eso, es necesario. Puede votar por delegación.

-Pues qué aburrido. ¿No?

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 21 abril 2009 - 10:27 am
Categoría: Literatura

-En estos tiempos nada románticos, los escritores, hasta los más preclaros, tienen como objetivo único vender muchos ejemplares.

-Vendo mi alma por aparecer en la lista de libros más vendidos.

-Supongo que, como todo, eso también se puede aprender.

-La clave está en descubrir la fórmula secreta.

-Tiene que ser más difícil escribir una buena novela que una novela que se venda mucho.

-Tengo mis dudas.

-Ayer estuve con un señor que se llama Joaquín Barrero.

-¿A qué se dedica?

-Ya veo que tú tampoco lo conoces.

-Presume de ser el best seller silencioso. De ser uno de los escritores que más vende, pero no es conocido.

-¿Le preguntaste cuál es su secreto?

-Un caso curioso. Ahora tiene setenta años. Hasta hace cinco, cuando tenía sesenta y cinco y se jubiló, no había pensado en escribir. Era analista químico, y se había metido en el mundo del comercio internacional. De repente, empezó a escribir y desde la primera novela se ha convertido en uno de los líderes de ventas.

-Dio con la fórmula a la primera.

-Le pregunté cómo lo hacía y me insistió en que hay que ir descubriendo los hechos y los personajes que interesan al lector.

-El problema es cómo se hace eso.

-Insistió en que es importante emocionar al lector.

-Pregunto lo mismo. ¿Cómo se hace?

-Tiene que haber algo más.

-Lo difícil es saber qué.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 abril 2009 - 9:21 am
Categoría: Política

-Os cuento algo que ya sabréis. Resulta que los chicos de Izquierda Unida en el País vasco se la pegaron muy fuerte en las últimas elecciones.

-¿Los de Madrazo?

-Hasta ese líder indiscutible ha tenido que dejar la política y regresar a su instituto.

-¡Que nos devuelvan la auténtica izquierda, por favor!

-El golpe fue tal que todos les recomendaron que se dedicaran, durante un tiempo, a pensar en lo que les había pasado y en las causas que les había llevado a ese fracaso.

-Incluso, alguno de ellos llegó a decir que tenían que hacer autocrítica.

-Ya se fue Madrazo. ¿Te parece poco?

-Ha aparecido el sustituto en un acto público. Era el momento propicio para indicar los nuevos caminos de recuperación, el propósito de la enmienda.

-¡Los resultados de la autocrítica!

-En esa aparición, el sustituto ha puesto a caldo a los que van a formar gobierno. Además, les ha acusado de venderse a la derecha.

-¿Pero ellos a quién se vendieron?

-Durante un montón de años han estado haciendo de monaguillos de la derecha.

-¡Que nos devuelvan la auténtica izquierda y se dejen de pamplinas!

-A sus antiguos jefes, también les han hecho críticas y les han dado consejos para que se porten bien.

-¿Qué han dicho de ellos mismos? ¿Cuál va a ser su nuevo camino? ¿Su regeneración? ¿Su autocrítica?

-Se les ha olvidado. Han hecho la autocrítica de los demás.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 abril 2009 - 9:18 am
Categoría: Política

-¡Yo no esperaba menos de ellos!

-Y de ellas.

-Antes incluso de elegir al nuevo lehendakari, que es lo primero que tienen que hacer, los parlamentarios vascos recientemente elegidos ya están metidos en harina.

-Y además con fuerza. Con empuje. Con decisión. Con entrega a su alta misión como representantes del pueblo soberano.

-Es para estar orgullosos de ellos.

-Y de ellas.

-Por cierto. ¿Los políticos también tienen sexo diferenciador?

-Estábamos en la prisa que se han dado los políticos en afrontar los temas transcendentales que les preocupan. Por ellos, han puesto toda su carne en el asador. Su entrega incondicional.

-Se han enzarzado sobre si la reunión que tienen prevista para el lunes la celebran a la hora propuesta o la retrasan.

-¡Trascendental cuestión para el futuro del país!

-Los unos desean que sea el nuevo líder elegido el que pueda asistir, con todo el peso del poder y de la representación soberana, a un partido de fútbol.

-Los otros aspiran a que todo se retrase para que sea el viejo líder derrotado el que realice ese inconmensurable acto de gobierno antes de abandonar su sillón.

-¡La grandeza de la política!

-El sacrificio por servir al pueblo y solucionar sus problemas.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 16 abril 2009 - 9:46 am
Categoría: General

-Queremos que seas uno de los participantes en el blog de esta organización por el acuerdo político en Euskadi. Deberás enviar un artículo cada …

-Querida amiga, te equivocas. Es mejor que tú no me hagas esa oferta o que yo no la acepte.

-¿Por qué?

-Sería perjudicial.

-Has colaborado con esta organización en muchas ocasiones.

-Iba a decir que las cosas han cambiado. Pero es más exacto decir que he cambiado yo. Desde hace algún tiempo, estoy instalado en el escepticismo sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo político en Euskadi.

-Bueno, pues…

-Ser escéptico es un mal ejemplo para la juventud. Es mejor que deis la oportunidad de escribir en esas páginas a los que mantienen la esperanza. A ver si se contagia.

-Explícame al menos tu escepticismo.

-Es complicado. Las sensaciones y las emociones se explican mal de modo racional. Te diría simplemente que he llegado al escepticismo. No creo que haya actitudes que permitan mantener la esperanza de que se pueda conseguir un acuerdo político. Tengo la sensación de que cada uno va a conseguir su propio beneficio o sus propios objetivos por los medios que sea y sin contemplaciones.

-Es una generalización. ¿No?

-Seguramente. Ya te he dicho que es una sensación difícil de explicar y justificar racionalmente.

-¡Alguna razón tendrás!

-No sé. Tengo la sensación de que no se quiere el acuerdo. En todo caso, se quiere que el acuerdo consista en que el otro se vea obligado a aceptar mis tesis en su totalidad. Al adversario político, ni agua. Hay que desautorizarlo, deslegitimarlo, destruirlo. Es preciso hacer ver que el adversario es el enemigo. ¡El diablo! El único acuerdo que se busca es imponer las tesis propias.

-Quizá no hayas….

-Mira. Si tú y yo queremos llegar a un acuerdo, debemos estar dispuestos los dos a ceder en algo de lo que tenemos, en retroceder de nuestra posición, en aceptar que hemos ido demasiado lejos. ¿Quién acepta eso? Dime un solo nombre.

-Así a bote pronto, no se me ….

-Otro punto. El deporte universal aquí es declararse victima. Todos somos víctimas del vecino. Todos estamos oprimidos por el otro. A todos nos impiden conseguir lo que deseamos. Y lo que deseamos es el más absoluto e incuestionable de los derechos. Los demás son los opresores. Nosotros, los oprimidos. ¿Quién está dispuesto aquí a reconocer que, en parte, también es opresor de los derechos del otro?

-Es que te pones …

-Lo único que te quería decir es que es mejor que reserves esa participación para los que mantienen el optimismo. Dan mejor ejemplo. Y dar bien ejemplo es más necesario que nunca. Además, seguramente yo estoy equivocado.

-Tampoco te …

-Difundir el escepticismo y estar equivocado, sería imperdonable.

-De todos modos, …

-De todos modos, y a pesar de mi escepticismo, estaré muy contento de que lo logréis. Sinceramente.

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