Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 1 abril 2012 - 12:01 pm
Categoría: Teatro

 

-Ayer fui a ver, en el Teatro Social de Basauri, la obra titulada ‘Grooming’, escrita por Paco Bezerra, dirigida por el mismísimo José Luis Gómez, producida por el Teatro de la Abadía e interpretada por Nausica Bonnin y Antonio de la Torre.

-Incluso dejé de ver otras cosas que me interesaban.

-¿Y qué te pareció?

-‘Grooming’ es un término inglés que se usa internacionalmente para designar el ciberacoso sexual de menores.

-Eso ya lo sé. Me refería a qué te pareció la obra.

-Todo ese acoso nacido de la soledad de Internet se desarrolla en un ambiente siniestro, oscuro, ambiguo.

-Si me preguntas sobre la obra teatral, no sé si …

-Hay giros curiosos que te sorprenden en el desarrollo de la obra.

-Está bien esa metáfora que nos lleva a ‘Alicia en el país de las maravillas’, con Alicia y el  conejo cayendo por el gran túnel hasta abismo.

-Si vamos de cuentos perversos, también podría hablarse del juego maligno entre Caperucita y el lobo feroz, con la ambivalencia que quitarse o no quitarse (quitar o no quitar) los disfraces.

-José Luis Gómez recrea muy bien todo ese ambiente. Provoca situaciones inquietantes. Lleva el ritmo en el pulso de la interpretación.

-Creo que me ibas a decir algo de la obra que no has terminado decir.

-Voy a tener que verla obra vez. Con una primera mirada, no he sabido apreciar desde dónde parte y hasta dónde llega. Incluso tendría que analizar también lo que pasa por el camino.

-Igual no le tienes que echar la culpa a la obra sino a ti mismo.

-Eso me sospecho.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 31 marzo 2012 - 4:22 pm
Categoría: Teatro

 

-‘La cena de los idiotas’ es una obra fundamentalmente cómica.

-Yo tengo mis dudas de que se pueda decir esa afirmación tan contundente.

-Todo depende de lo que entiendas por comicidad.

-Digamos que la obra teatral viene de la película del mismo titulo que  dirigió y escribió Francis Veber.

-Ya era cómica.

-Era irónica. Practicaba la crítica social. Era una burla de los auténticos idiotas que se quieren reír de un ingenuo, al que califican de idiota.

-La estupidez está muy generosamente repartida entre los humanos.

-Ya en la película había mucho humor.

-¡Eso es otra cosa! Era una ironía, una denuncia hecha con humor. Con mucho humor.

-De esa manera, el humor sirve para captar mejor la denuncia.

-Sin embargo, en la representación que vi ayer en el palacio Euskalduna de Bilbao, el humor se convierte en protagonista.

-No en todos los momentos.

-En buena parte de la obra, lo que se pretende es hacer reír. Sólo hacer reír. De esa manera, se impide el objetivo de hacer un repaso crítico de los auténticos idiotas.

-Es que el humor también hay que saber dosificarlo.

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 marzo 2012 - 11:18 am
Categoría: Teatro

 

 

-Había expectación por el regreso de Claudio Tolcachir  y su compañía Timbre 4.

-Por cierto, Timbre 4 era el número del timbre al que había que llamar para ir al teatrillo que Claudio y sus amigos montaron en su casa.

-Estabas hablando de la expectativa creada con el regreso de estos argentinos.

-Habían dejado muy bien sabor de boca con ‘La omisión de la familia Coleman’ y con ‘Tercer cuerpo’.

-Donde Tolcachir se lució realmente fue en la adaptación de ‘Todos eran mis hijos’, con actores españoles.

-Es sólo una opinión.

-La familia es para Tolcachir una metáfora. Es como el mundo. El lugar donde las personas desarrollan todas sus neuras, sus inquietudes, sus proyectos, sus amores y sus incertidumbres.

-Más que la familia o el mundo, lo que le importa a Tolcachir son las personas, sus problemas, sus objetivos, sus inquietudes, sus limitaciones.

-En sus espectáculos teatrales, lo que más trabaja son los personajes. Los trabaja en unión con el intérprete.

-La dicotomía de personaje y persona.

-La clave está en el trabajo meticuloso de todos y cada uno de los elementos. Desde el texto, la interpretación, la construcción del personaje, la luz, los decorados…

-La naturalidad es muy importante. La apariencia de que no es teatro, sino la vida misma.

-El planteamiento de  colocar los decorados de todos los espacios escénicos desde el principio es una declaración de principios.

-La obra que traen ahora se titula ‘El viento en un violín’.

-Se podía llamar ‘La familia Coleman 2’. Lo digo para bien.

-Es otro análisis, en profundidad y con sutileza, de un grupo de personas variopintas dentro de la estructura familiar como símbolo de toda la sociedad.

-Con todos los detalles cuidados, mimados, desarrollados con esmero.

-¡Magnífico Tolcachir y toda la compañía!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 marzo 2012 - 11:15 am
Categoría: Teatro

 

-¡Viva els Joglars por toda la vida!

-Han cumplido ya más de cincuenta años como compañía. Toda una vida y más.

-Yo fui a verlos en pantalón corto.

-Vamos con ‘El nacional’. Lo crearon en los primeros años noventa del siglo pasado. El teatro estaba en peligro en España. Se inventaron como símbolo, la fábula de un local emblemático ya abandonado que iba a ser destruido para dar al local una rentabilidad mayor. El conserje se propone la aventura de montar un Rigoleto esperpéntico para evitar que las excavadoras del ayuntamiento comiencen a derribarlo.

– Ahora estamos en la segunda década del siglo XXI.

-Han decidido reponerlo, porque la situación es todavía peor.

-¡Vigencia absoluta!

-El esperpento excesivo, desparramado, grotesco, que ellos montan con esa excusa, está todavía más vigente.

-Es el contraste con la racanería de las obrillas monologadas para reducir gastos, en la que muchos han puesto el futuro del teatro.

-Se trata de otra manera de ver las artes escénicas.

-El cálculo frente a la exageración. El esperpento frente a los números.

-Pues ¡Viva el exceso!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 marzo 2012 - 12:32 pm
Categoría: Teatro

 

-Fui ayer a  la sala BBK de Bilbao con muy buena disposición para ver la obra titulada ‘Málaga’, del escritor suizo Lukas Barfuss.

-¡Claro, tú como defiendes el teatro de texto!

-Me habían vendido muy bien  a este autor. Me habían dicho que tiene un gran prestigio en Suiza y Alemania. Que ha ganado numerosos premios.

-Lo definían como un forense  del alma humana.

-Destacaban que hace unos análisis científicos de la sociedad actual.

-De esta obra, se afirmaba que,  partiendo de del accidente de una  niña, ofrece una disección perfecta de los males sociales y personales de este momento histórico.

-Cuando llegué  al teatro, leí el programa de mano. La directora del  espectáculo decía que, en cuanto leyó la obra, sintió la imperiosa necesidad de dirigirla. Había quedado conmovida. Consideraba que  es ‘un teatro revelador e imprescindible’

-Es decir. Te habían comido el coco.

-Fui a ver si todo eso era verdad. Y en caso de  ser verdad, a disfrutar y a aprender.

-Tengo ganas de saber el resultado.

-Paso a contar una anécdota. Al terminar la función, se me acercó un espectador que sabía que yo soy periodista e informo sobre la actualidad teatral. Estaba enfadado. Me dijo: ‘Debes decir en la televisión que esta obra es muy mala. Tienes obligación de decirlo’.

-Tú obligación es decir cuál es tu opinión. No la opinión de ese espectador.

-En este caso, coincidimos. Así que dicho queda.

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