Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 mayo 2021 - 10:54 pm
Categoría: General

David Barbero
-Ese título, con intención de enigmática llamada de atención, tiene relación con que esta tarde he asistido a la Sala BBK de la Gran Vía bilbaína para ver la pieza de danza contemporánea titulada ‘Ojo de buey’
-Se trata de una creación del laboratorio Proyecto Larrua. Tienen una fértil rama de cuidada elaboración de nuevas piezas; y otra, no menos atendida, de formación y experimentación.
-La lideran, dirigen e impulsan Jordi Vilaseca y Arith López. Ellos son los que están detrás, y también delante, de este espectáculo. Son los responsables de la coreografía, la interpretación, el sonido. De casi todo. Pero no desdeñan acompañamientos de artistas que trabajan en la misma dirección. Así, entre otros, en la interpretación está Helena Wilhelnsson. Y en la iluminación, David Alkorta.
-Como se sugiere desde el llamativo título, la pieza se inspira en las tradicionales pruebas de arrastre de bueyes. A raíz de esa intención, va adquiriendo una visión y un análisis más general. Incide en la interrelación, el dominio, la utilización del hombre y los animales. Para el trabajo, la diversión o la apuesta.
-La expresión ‘Ojo de buey’ ya indica cuál es el punto de referencia, el enfoque, el lado desde el que se analiza la situación. Con la perspectiva de ese ojo, se mira la dureza del trabajo, el esfuerzo, la explotación del animal, el castigo, la lucha por su supervivencia, el ansia de libertad, la obligación, el rechazo.
-Esta pieza inicialmente fue un espectáculo de calle de dimensiones más reducidas. A causa de su buen funcionamiento y su originalidad, los creadores decidieron convertirlo en un trabajo para el escenario interior con una duración mayor. Es posible que ese proceso tenga incidencia en el resultado.
-En el espectáculo, se destacan los dos elementos básicos en los que trabajan con más detenimiento en el laboratorio del Proyecto Larrua. El juego del arrastre de las pesadas piedras por los esforzados bueyes proporciona una fisicidad y una plástica directa. Está muy presente el cuerpo, el movimiento, el esfuerzo, la tensión física, el (des)equilibrio. El otro elemento son las emociones, los sentimientos, la lucha, la tensión psíquica, incluso la posible opinión, que se quiere transmitir o provocar.
-Lo que deseaba sugerir desde el principio es que hay que prestar atención a este ‘Ojo de buey’, a este laboratorio, a este proyecto Larrua, a Jordi Vilaseca, a Arith López, y a todos los que han participado en éste y en otros de sus espectáculos, investigaciones y enseñanzas.
-Y a las/os responsables de la sala BBK que lo dan a conocer.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 mayo 2021 - 10:33 pm
Categoría: General

David Barbero
-Elegir un texto de Mario Benedetti para representarlo sobre el escenario es una declaración de principios. Y elegir, entre sus textos, ‘Pedro y el capitán’ aclara mucho sobre la intención, el propósito y los principios de quienes lo hace.
-Mario Benedetti escribió, primero, una novela titulada ‘El cepo’. Poco después, la transformó en un texto teatral. Dividido en cuatro actos. Con sólo dos personajes. Lo tituló ‘Pedro y el capitán’.
-Aseguró en su prologo que se trata de ‘una conversación entre un torturador y un torturado. En esa conversación, la tortura no estará directamente presente como tal. Será como una gran sombra que lo cubre todo’.
-Esto sucedió en 1979. El texto se refiere a los métodos de interrogatorio policial tan frecuentes entonces en el cono sur latino americano. ¡Y también en otros sitios! Benedetti no especifica en qué país concreto tiene lugar la acción. Proporciona así un carácter más universal. Se habla sobre todo de la libertad inexistente, de la dignidad personal, de los abusos del poder, de las amenazas, de la represión, de la dignidad.
-Los personajes que aparecen no son tratados exclusivamente en sus facetas de torturador y de de torturado. Son presentados como dos seres humanos. Con sus flaquezas y alguna fortaleza. Se analiza por qué una persona se puede convertir en torturador. Y se deja ver también cómo, por ejemplo, alguien puede comenzar siendo un duro inquisidor y pasar a convertirse en un débil suplicante.
-Esta tarde se ha estrenado ‘Pedro y el capitán’ en la sala Cúpula del Teatro Campos Elíseos de Bilbao. Lo ha presentado la compañía Proscenio de las artes de la escena. La adaptación y la dirección han corrido a cargo de Ricardo Bajaca. Los dos personajes han sido interpretados por Leonardo Castillo y Jorge Santos. En ese orden, de acuerdo con el título.
-A ellos, me refería, al principio del comentario, al decir que elegir este texto demuestra una declaración de principios. Una intención. Un propósito. Lo han remarcado muy intencionadamente en la interpretación, la dirección, la limpieza de la escena, hasta en la música. Incluso por encima de la sutileza recomendada por Benedetti.
-El público ha llenado la sala. Ha seguido la obra con total atención. Y ha agradecido con generosidad el trabajo de todos los implicados.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 mayo 2021 - 11:07 pm
Categoría: General

David Barbero
-Nada más entrar, esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao, se notaba que era día importante. La actuación de la compañía de la coreógrafa y bailarina Carolyn Carlson, con su última pieza, ‘The tree’, y su presencia, han significado un acontecimiento artístico muy destacable.
-Carlson es una leyenda para la danza contemporánea. También un referente artístico, incluso por encima de su disciplina concreta. Esta coreógrafa, bailarina, poeta y artista integral ha sido, y es, una referencia, en muchos aspectos, para varias generaciones.
-Por coincidencias biográficas, la identificación con su trayectoria ha resultado mayor para los nacidos, como ella, en la mitad del siglo pasado. En los tiempos de postguerra mundial y las consiguientes decepciones. Ella, y esa generación, ha vivido y pasado por el hippismo, el pensamiento libre y el desprecio al poder establecido. Han sido seguidores del flower power, sin ataduras, con pocas posesiones y muchas esperanzas, con utópicos ideales. Han creado respuestas a acelerados acontecimientos mundiales. Y en la etapa actual, con esta pieza, conecta con la defensa de la naturaleza y la denuncia del peligro en que se encuentra.
-Una de sus características de identidad ha sido, y es, su nomadismo, incluso ideológico y artístico, sin fronteras ni ataduras a tierras consideradas propias. Desde sus ascendentes finlandeses, su nacimiento en California, su éxito como excepcional bailarina en Estados unidos, la llamada desde la ópera de París; su fascinación temporal por Venecia; su recorrido europeo; el regreso a Paris; también a Finlandia; su compromiso con Suecia, y siempre Francia en todas las direcciones y vertientes.
-Ella misma, que se define como artista visual, ha dicho que concibe ‘The tree’, su última creación coreográfica presentada en Bilbao, como ‘una pintura dentro de una pintura a su vez dentro de otra pintura, oculta en múltiples capas, como conciencia propia de que nos transformamos unidos a la naturaleza’.
-En el espectáculo, además de la cuidada y expresiva coreografía, impactan las imágenes, las pinturas, en este caso del artista chino polifacético Gao Xingjian, también premio nobel de literatura. A Carolyn Carlson siempre le ha gustado trabajar con imágenes sobre los elementos naturales: el agua, la tierra, los arboles. Ahora está más presente el fuego, el simbolismo de las llamas. Como imágenes de la naturaleza atacada. Pero también como símbolo de renovación.
-Otra constante en su trayectoria es el apoyo y la vinculación creativa con pensadores y filósofos. En esta ocasión, con Gastón Bachelard. Además de belleza y sensaciones, desea comunicar ideas y transmitir denuncias sociales. Está acostumbrada a buscar científicos o investigadores de referencia con destacado tinte poético, para dar más valor a su visión artística.
-Junto a su nomadismo, a su vena poética, a su vinculación con la naturaleza, está su gran espíritu de trabajo y su esfuerzo para adaptarse, e incluso anticiparse, a los tiempos en los que vive y desarrolla su actividad artística. Se asegura que ha creado unas cien piezas coreográficas. Todas, con una trayectoria coherente y una estética especialmente cuidada.
-Junto a la gran concepción coreográfica de la pieza, es preciso señalar la calidad de los ocho componentes de la compañía que intervienen en ‘The tree’. Destacan la precisión, el esfuerzo y la expresividad del trabajo realizado.
-Comenzaba destacando la identificación con la trayectoria de Carolyn Carlson por parte de sus coetáneos de generación. Pero esta tarde en el Teatro Arriaga, había también muchos jóvenes. Más mujeres. He hablado incluso con una bailarina que ha sido alumna suya en París y ahora es profesora de danza aquí en Bilbao.
-El aplauso final también ha sido expresión, y reconocimiento, del acontecimiento vivido. Intensificado en los momentos en los que la propia Carolyn Carlson, -por segunda vez en la capital vizcaína-, ha salido a saludar e incluso ella ha aplaudido al público.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 mayo 2021 - 11:06 pm
Categoría: General

David Barbero
-Reconozcamos que las ‘anotaciones’ literarias tienen una notable tradición. A lo largo de la historia, ha habido buenos y hábiles ‘anotadores’ de obras prestigiosas.
-Consiste en un recurso, habitualmente en el noble sentido de la palabra, para recordar un texto pretérito, rendirle homenaje, interpretarlo, manifestar un punto de vista novedoso, criticarlo, e incluso exponer la relación personal con la obra y con su autor.
-Esta breve, y no sé si necesaria, introducción viene a cuento de que esta tarde he presenciado, en el teatro Arriaga de Bilbao, un espectáculo titulado ‘Doña Rosita, anotada’. De esa manera, el dramaturgo y guionista Pablo Remón declara desde el principio su intención ‘anotadora’. Lógicamente hace referencia al reconocido texto de Federico García Lorca ‘Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores’.
-Remón es, en estos momentos, uno de los autores y directores de teatro más reconocidos. Tiene personalidad, criterios, estilo y formas dramáticas personales, originales e interesantes. Varios de sus textos y sus direcciones escénicas han logrado éxitos notables en los últimos años.
-En el texto, se dice que, cuando le propusieron el montaje de esta obra de Lorca, no recibió el encargo con mucho agrado. Incluso lo rechazó inicialmente. Pero al poco tiempo, tras visualizar esta manera ingeniosa de afrontarlo, le despertó incluso entusiasmo para convertirlo en su primera dirección escénica de un texto no enteramente suyo.
-Uno de esos atractivos era la posibilidad de adoptar, en esta ‘anotación’, el mismo punto de vista que él atribuye al autor de ‘Doña Rosita’ Considera que Lorca colocó la acción en los años en que era un niño, porque se trataba de su visión infantil sobre las protagonistas como representantes de las mujeres provincianas andaluzas.
-Así Pablo Remón ha trasladado la acción a finales del siglo XX y principios del XXI, cuando él era niño, para proyectar su propia visión infantil. Incluso introduce como personajes a sus propias tías y a su madre para reforzar el paralelismo.
-Otra aportación destacada es la incorporación de él mismo como protagonista de la auto ficción, interpretado por su actor fetiche, Francesco Carril. Así explica en primera persona los motivos de análisis de esa pieza, sus puntos de vista, anécdotas y las particularidades de su interpretación.
-Todo eso no debe llevar a la idea de que se ha desvirtuado intencionadamente la obra lorquiana. Remón plantea su tratamiento desde el respeto al espíritu del texto original y hasta explicita una intención homenajeadora.
-Este género de las ‘anotaciones’ literarias suele ir acompañado de algunos riesgos. A veces, las explicaciones, complementos o incorporaciones son tan profusas que, en lugar de claridad, aportan confusión y reiteraciones. Sobre el escenario, se puede traducir en escenas sobredimensionadas.
-También puede existir el peligro de poner tanto énfasis a las partes añadidas que produzca la sensación de que la obra original se coloca al servicio de la ‘anotación’ y no al revés.
-En referencia al aspecto concreto de la puesta en escena, Remón demuestra su habilidad para lograr naturalidad y conexión con el público. Quizá se note que el montaje ha sido preparado para un local de reducidas dimensiones y con un tono de complicidad en la cercanía. Eso se pierde en otros teatros y hasta crea algún problema.
-Un aspecto digno de destacar puede ser el reforzamiento del humor. En el texto de Lorca, prima el tono dramático. Manteniendo esa teórica consecuencia del paso del tiempo, se introducen elementos cómicos, más visibles en los personales y anécdotas ‘anotadas’.
-También exige reconocimiento la labor interpretativa. Ya he citado a Francesco Carril. Pero no deben quedar atrás los nombres de Fernanda Orazi y Elisabet Gelabert. Los tres deben asumir varios personajes de diferentes procedencias. Unos son de Lorca y otros ‘anotados’. Hay una notable exigencia de cambio de registros, precisión y soltura en los gestos y en los tonos.
-En definitiva, una manera distinta de presentar la ‘Doña Rosita’ de Federico García Lorca.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 9 mayo 2021 - 11:03 pm
Categoría: General

David Barbero
-Siempre he creído que el teatro debe ser un espejo de la sociedad en la que vive. Pero no me han gustado los retratos hechos con papel de calco. He preferido los espejos cóncavos, o los convexos, o los fragmentarios. Terminan reflejando mejor la realidad y con más matices.
-Confesaré que, esta tarde, he ido especialmente motivado a la sala La Fundición de Bilbao. Todavía con más curiosidad que otras ocasiones. El motivo es que me había informado de que podía encontrarme con una imagen de esas características.
-Allí ha actuado, ayer y hoy, la compañía ‘La ruta 40’. Catalana. Llevan una década trabajando juntos. Investigando. Produciendo obras. Más de una por temporada. Unas veces trabajan sobre textos contemporáneos de su interés. Otras, investigan directamente los temas que les interesa exponer.
-Ellos son cuatro fijos, incluida la responsable de la gestión. A veces, buscan o aceptan la colaboración externa. En esta ocasión, han incorporado a Ferrán Dordal. Es director escénico. Teatrero total. Investigador también. Asimismo desarrolla una actividad pedagógica.
-El título de la obra, que han construido entre todos desde cero, es ‘Reiseführer’. Viene a significar ‘Guía turístico’. Su objetivo, y el de la investigación correspondiente, ha sido buscar y analizar las características del turismo actual, como imagen del mundo de hoy, de la sociedad en la que vivimos, que nos envuelve, nos arrastra y nos identifica.
-El método de exposición de ese contradictorio y muy peculiar fenómeno de masas en la actualidad, ha resultado también fragmentario, nada habitual, no sé si más convexo que cóncavo o al revés. Está lleno de humor. Plagado de intención. Con una exquisita comunicación hacia el público. Muy cómplice. Tan inteligente que presupone que será entendido por un público de igual talante.
-Los asistentes hemos participado activamente en su aventura creativa. La construcción de un puzle gigante, un auténtico rompecabezas de muchísimas piezas, ha sido una tarea escénica real y, a la vez, la metáfora del mundo del ocio: sacar fotos, acumularlas, buscar o inventarse costumbres, descubrir o imaginar comidas típicas, coleccionar anécdotas falsas, no enterarse de nada, decir que lo hemos hecho, quedar vacio, no profundizar, pasar, confundir los recuerdos y prolongar la vacuidad. Quizá el proceso funcione inconscientemente o quizá sea un propósito interiorizado de la vida llamada moderna. Un modelo de sociedad que se auto considera culta y civilizada.
-Así que resulta absolutamente merecido el premio concedido a este ‘Reiseführer’, como el mejor espectáculo de pequeño formato por su singularidad, su capacidad comunicativa y su calidad.
-En consecuencia, es de justicia destacar los nombres los cuatro componentes de la compañía La ruta 40, junto al ya aludido director, Ferrán Dordal. Son Alberto Díaz, Albert Prat, Sergi Torrecilla y María G. Revelló, la productora. Y a La Fundación, por la oportunidad de acercarlo.

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