Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 noviembre 2018 - 11:14 am
Categoría: General

David Barbero
-Como el título puede ser algo enigmático, voy a explicar mi intención desde el principio. Deseo decir que la obra de teatro ‘Los años rápidos’ me ha parecido un ejemplo exacto de eliminación de elementos superfluos en la comunicación de ideas y emociones en el teatro. Una muestra de cómo ir directamente a la esencia.
-Ayer acudí al Teatro Social de Basauri para ver la obra ‘Los años rápidos’. Había bastante competencia en la oferta teatral. Numerosas propuestas reclamaban la atención y el interés. Diversas razones me inclinaron hacia esa opción. Y fue un acierto.
-En sólo tres escenas y en menos de una hora, se expone una situación, se coloca en el tiempo, en la trayectoria histórica, en la reivindicación social y en las connotaciones personales. Se muestra la vida, la personalidad, las flaquezas y las fortalezas de cuatro personajes. Se cuenta una historia completa, compleja, fuerte y muy rica. Se plasman problemas personales, emocionales, sociales y políticos.
-Permitidme repetirme al insistir en que lo considero un ejemplo de síntesis y de eficacia en la comunicación integral que significa el teatro y su catarsis emocional.
-En el reparto de méritos creo que hay que colocar en primer lugar al también actor, Secun de la Rosa, que es el responsable de la escritura y la dirección de esta obra.
-Tampoco se puede quitar ningún merecimiento a los cuatro actores. Pepa Pedroche, José Luis Martínez, Cecilia Solaguren y Sandra Collantes. Siguen el ejemplo de la síntesis y la eficacia en la utilización de los recursos interpretativos.
-Sería una injusticia no alabar el trabajo de todos los llamados técnicos en el escenario. Además, con la evidente economía de medios que utilizan.
-En síntesis, un ejemplo. Así que sigámoslo y no digamos nada más.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 noviembre 2018 - 11:02 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer acudí andando al Pabellón 6, en el off-Bilbao, para ver el estreno teatral de ‘Cómo vender la muerte’. El texto es del joven David Caiña. De la dirección, se responsabiliza el propio autor en unión de Gorka Mínguez.
-Ir y volver caminando tiene la ventaja, entre otras, de que te permite conversar con otros peripatéticos aficionados o profesionales del teatro. En el recorrido de vuelta, tras ver la obra, realizamos el ejercicio de tratar de definir la obra. No resultó un objetivo fácil.
-Desde luego, coincidíamos en que se trataba de una comedia disparatada. Retiro la expresión ‘Desde luego’. No hubo unanimidad en este punto. Sí que hubo acuerdo en que el propósito de la obra era analizar un tema serio en tono de comedia. Y que ese tono cómico era premeditadamente exagerado. Incluso llevado al límite. Aunque conocedores de los riesgos que eso puede llevar consigo. Por eso, en el programa de mano, se alude a la escasa distancia existente desde lo sublime a lo ridículo.
-Es decisivo en la obra la elección de una agencia de publicidad como símbolo de la sociedad actual. O al menos eso pensábamos la mayoría de los caminantes tertulianos. Tal elección permite jugar con la metáfora de la falta de escrúpulos, la omnipresencia de los beneficios materiales, la aceptación del todo vale y otra serie de principios que pueden regir la convivencia social del momento.
-Aceptar el encargo de dedicar esa publicidad a vender, como producto comprable, la muerte era visto como otro motivo de reflexión y crítica, unidas a la burla y a los desencadenantes cómicos.
-He aludido arriba a que había matizaciones sobre la consideración de comedia disparatada. Los discrepantes afirmaban que había que dar importantica al deseo de hacer crítica social y de dar apoyos a la reflexión ética y incluso a las consideraciones filosóficas sobre la vida.
-Hubo bastante unanimidad, en esa tertulia caminante, sobre el esfuerzo realizado por los actores y actrices que componen el extenso elenco. También desde luego fue apreciado el trabajo de dirección y de autoría antes aludidos. De la misma manera, se elogió la ingeniosa utilización del peculiar espacio escénico que proporciona Pabellón 6.
-Así que fue la de ayer, para nosotros los caminantes, una tarde – noche teatral especialmente ilustrativa gracias a ‘¿Cómo vender la muerte?’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 noviembre 2018 - 11:57 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer acudí al Teatro Arriaga de Bilbao a ver ‘Rojo’. Está protagonizada por Juan Echanove y Ricardo Gómez. La dirección también la asume Echanove.
-Había asistido, por la mañana, a la rueda de prensa que dieron los dos. Uno de los periodistas asistentes comentaba, a la salida, que las explicaciones habían sido serias, profundas e intelectuales. Sacaba la sospecha de que quizá la obra podría ir en ese mismo tono, en detrimento de la acción y de la satisfacción del público.
-Ese mismo temor podía surgir sabiendo que el protagonista del argumento de esta obra es el pintor Mark Rothko. Se le considera uno de los máximos representantes del llamado expresionismo abstracto. Su vida personal, además de la artística, estuvo llena de incidentes, incluso de carácter médico psiquiátrico.
-En contra de ese temor, actuaba que el autor de la obra fuera el muy reconocido guionista del cine norteamericano John Logan. Además, esta obra ha ganado en Estados Unidos seis premios Tony. Esos premios no se dan a obras discursivas y aburridas.
-Hay que reconocer que las primeras escenas de la representación no terminan de despejar ese temor. Pueden constituir una presentación de los personajes y de sus conflictos un tanto teórica, o algo discursiva, o posiblemente plana. Quizá planta debates algo largos y separados de los desencadenantes de la acción.
-Pero hay que reconocer con el mismo énfasis, que a continuación el tono cambia. Lo teórico y discursivo adquiere fuerza, vida y conflicto. Las emociones se mezclan con dinamismo y vencen a los discursos.
-Esa dinámica de fuerza dramática continúa en ascenso hasta el final de la obra enganchando al público con fuerza y emoción.
-Esa apoteosis final consigue que los asistentes irrumpan en aplausos potentes y sinceros como reconocimiento al trabajo realizado.
-Pensando ahora en el desarrollo de la obra con más calma, seguramente se le podría exigir al experimentado John Logan un poco más de equilibrio en la acción. Está bien conseguir una buena explosión en la segunda parte. Pero no habría que abandonar dramáticamente tanto la primera. Bueno; que no se tome esto como un juicio presuntuoso. Es sólo la opinión de alguien que reconoce que el señor Logan es un maestro del guión.
-Juan Echanove es ya conocido y reconocido por sus interpretaciones teatrales y también por sus trabajos de dirección. Escoge y cuida, con detención, las obras y los personajes que interpreta. Ésta, sin duda, ha sido una buena elección.
-Como curiosidad, podría haber resultado interesante conocer lo que hubiera hecho con esta obra el director Gerardo Vera. Él era el primer director del proyecto. Un incidente de salud le impidió continuar.
-Otro de los alicientes estaba en comprobar la evolución del joven actor Ricardo Gómez. Ha crecido, nunca mejor dicho, a la sombra de una serie de televisión, en la que comenzó siendo un niño. Se nota que se ha preocupado de diversificar su trabajo buscando papeles dramáticos de interés y esfuerzo. En esta obra, mantiene el tipo, la actitud y las emociones. Parece bien encaminado.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 16 noviembre 2018 - 10:35 am
Categoría: General

DAVID BARBERO
No soy experto en estadísticas matemáticas. Pero mis cálculos me dicen que los meses de otoño tienen una oferta teatral más abundante y variada. No sé si influye el tiempo. Tampoco tengo la seguridad de que esa abundancia no la vaya a destruir el cambio climático. Así que, mientras exista, aprovechémosla.
En las proximidades a Bilbao, un viento favorable para esta variedad lo pone el Festival Internacional de Teatro de Santurtzi, que está cumpliendo su edición número 39.
TRIPLETE
Para este fin de semana, en el Teatro Serantes de esa localidad costera, se ofrecen tres propuestas interesantes y variadas. Pero hay que añadir que ayer ofrecieron también ‘Óxido’, un trabajo muy colectivo. Así que es preciso elevar el número a cuatro.
‘Hablar por hablar’ es un montaje teatral sobre el programa de radio del mismo nombre. Lo dirige y coordina Fernando Sánchez Cabezudo. La autoría es también bastante colectiva. Pero, por allí, aparecen nombres tan conocidos como Alfredo Sanzol, Juan Cabestany, Juan Carlos Rubio o Yolanda García Serrano.
‘Juntos’ es una comedia. Al humor, une la emoción. Intervienen una madre, un hijo discapacitado y una hija que llega por sorpresa son los protagonistas. El texto procede de Francia. Lo firma Fabio Marra. El director es el incansable Juan Carlos Rubio. Los intérpretes llevan el nombre de Kiti Manver, Gorka Otxoa, Melani Olivares e Inés Sánchez.
‘Claudia’ es una pieza que llega desde Argentina. Trata el tema de los hijos de desparecidos en la dictadura militar. Viene acreditada por el premio de la crítica. La autora es la propia Claudia Poblete. Así se convierte en un documental escénico.
AL REVÉS
De esta manera, me refiero a que en dos localidades distintas pero cercanas, como son Amorebieta y Durango, se va a representar, en días sucesivos, una misma obra. Se trata de ‘Lorca, la correspondencia personal’. Es una producción de Histrión Teatro. El director también es Juan Carlos Rubio. Los intérpretes, de gran calidad, se llaman Gema Matarraz y Alejandro Vera.
ANIVERSARIO
Durante el fin de semana, en el Teatro Arriaga se va a acoger la celebración del 50 aniversario del grupo de danzas ‘Beti Jai Alai’. Habrá recuerdo para todos los que han participado en esa trayectoria intensa y extensa. Pero el nombre de Jon Pertika estará muy presente.
DANTZALDIA
Este festival internacional de danza Contemporánea continúa el desarrollo de su edición número 19. Durante este fin de semana, el grupo Mumusic Circus presenta ‘Amigoo’. Lo hacen en el Museo Guggenheim. Los responsables de la creación, dirección, composición e interpretación son Marcal Calcet y Clara Poch.
MÁS INTERÉS
Estas otras citas deben figurar también en las primeras líneas de vuestras agendas. En Getxo, van a estar Juan Mayorga y César Sarachu con sus gafas ‘Intensamente azules’. Hasta Muskiz, va a ir ‘Esto no me lo esperaba’. En Pabellón 6, mantienen su actual apuesta: ‘V.E.S. Me miras, luego existo’. En la Hacería, reiteran la oferta de ‘Las amistades de Gertrudis’.
GHERO
Aunque supera el límite del fin de semana, hay que aludir al estreno, el martes, en el teatro Arriaga de ‘Ghero: el último euskaldun’. Está relacionado con el centenario de Euskaltzaindia. Pero va por libre con imaginación. Es un canto al idioma vasco y a todos los idiomas, como un patrimonio cultural intangible.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 14 noviembre 2018 - 11:46 am
Categoría: General

David Barbero
-Es siempre muy de agradecer que los amigos con más posibles te aconsejen sobre las buenas obras de teatro que han visto en sus viajes. Por buscar una pega, se puede decir que esas recomendaciones crean un condicionamiento. Te sientes, después, ‘obligado’ que te gusten.
-La obra, ‘Iphigenia en Vallekas’, que vi ayer en el Teatro Arriaga, es un claro ejemplo. Desde hace tiempo, había recibido consejos de que no me la perdiera bajo ninguna circunstancia.
-En esta ocasión, hay que reconocer que tenían razón. La interpretación que hace María Hervás como ‘Iphi’ es digna de ser contemplada. Sería difícil encontrar peros a su trabajo. A lo sumo, alguna terminación en tono demasiado bajo para ser oída.
-María Hervás realiza una ejecución impecable, con extraordinarias variedades y matices tanto en la voz como en los movimientos. Evidencia unas cualidades muy elevadas para comunicar emociones diversas. Conmueve. Provoca sonrisas. Enternece. Enfada.
-Su capacidad para matizar diversas personalidades la desarrolla en segundos. Pasa de la debilidad a la fuerza. Matiza con gran precisión las escenas y los cambios.
-Seguramente todas estas capacidades tienen más desarrollo en los monólogos, cuando ella dispone del tiempo y del espacio. Antes de Iphigenia, ya lo había demostrado en ‘Confesiones a Ala’. E incluso en ‘Gondra’.
-Si en la interpretación de María Hervás es difícil no coincidir con los consejos recibidos, no sucede lo mismo con otros aspectos del espectáculo.
-La obra se basa en un texto de Gary Owen. Se presenta como la traslación a la actualidad del personaje trágico griego. ¡Bueno! Habría que decir que la distancia entre uno y otro es bastante larga. No sólo en el tiempo. Podría llegar a pensarse que es un truco para dar al proyecto un empaque de mayor consistencia. En la publicidad, es posible que resulte efectivo.
-En el texto, hay algunos pasajes que podrían chirriar. Las figuras de ese militar lisiado o de esa abuela superwoman quizá requieran cierta revisión. Incluso se podría asegurar que la acumulación de efectos lleva a la sensación de que la obra se estira psicológicamente por encima de su duración real.
-En la traslación del texto inglés al que se presenta aquí hay algún cambio de cierta importancia. Nadie dice que no sea lícito. Quizá el más destacado sea el que lleva el ‘mensaje’ de la obra a una crítica de los recortes sociales y a una presunta culpabilidad de los espectadores. Existe, a veces, una línea invisible que no conviene traspasar sin la necesaria sutileza. Si no, se puede caer en el panfleto.
-¡Ah! Sería injusto terminar esta reflexión sin aludir de modo elogioso a la matizada labor de dirección de Antonio C. Guijosa. Digamos matizada y eficaz. A pesar de que, en el programa de mano, se empeña en insistir en el paralelismo de esta Iphigenia con la griega.
-Con todo lo dicho, voy a caer también en el riesgo denunciado al comienzo. Yo también les recomiendo que no se pierdan esta ‘Iphigenia en Vallekas’.

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