Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 agosto 2017 - 11:12 am
Categoría: General

David Barbero

-He tenido especial interés en acudir ayer a Pabellón 6 de Bilbao, para ver de nuevo ‘La casa de Bernarda Alba’. Ya la vi hace unos meses con ocasión de su estreno. También me interesé entonces por el proceso de su elaboración en el laboratorio de este destacado proyecto teatral. Asimismo hablé con la directora, las actrices y varios componentes del equipo técnico y artístico.
-En este caso, mi interés consistía en percibir si después de aquellas representaciones, tras un descanso y con la preparación inmediata para el reestreno, el espectáculo había crecido y en qué aspectos se notaba más esa progresión.
-En primer lugar, me ha parecido que se mantiene, en todo el grupo, el deseo explícito y esforzado de hacer un trabajo escénico cuidado, trabajado hasta los pequeños detalles, mimado y encaminado a busca de la excelencia.
-Tanto el espectáculo como cada una de las intérpretes han ganado, desde aquel estreno, en seguridad, en fuerza y en la potencia depositada en elementos que, aunque pequeños, definen las situaciones y los personajes.
-Transmiten la sensación de que existe un decidido propósito de mostrar personajes bien analizados, muy interiorizados y cuidadosamente trabajados en sus expresiones, miradas, gestos y movimientos. Es obligado citar sus nombres: Vene, Olatz, Idoia, Nagore, Leire, Carmen, Aiora y Yannick.
-La dirección de Itziar Lazkano se ve todavía más centrada en la esencia de este drama lorquiano, en la limpieza del desarrollo de la acción, en destacar el carácter de cada personaje y en la sencillez expresiva del montaje.
-La iluminación de Iñaki García, que ya entonces resultaba ajustada a todos los movimientos, se ‘ve’ como un elemento destacado del proceso. Lo mismo hay que decir de la música de Adrian García de los Ojos. Y de la escenografía del todavía más joven Mario Loza. El vestuario colabora a la definición del ambiente y de los personajes.
-Dos aspectos colaterales de la representación de ayer. ‘La casa de Bernarda Alba’ se presentaba como elemento principal de la programación de Pabellón 6 dentro de las fiestas de la Aste nagusia de Bilbao. Todos los demás locales andan buscando para estas fechas espectáculos frívolos, fáciles, devaluados, ligeros y de poca calidad. ¡Un ejemplo de valentía!
-Los arranques de la programación de la Semana grande bilbaína en Pabellón 6 coinciden con los aniversarios de su nacimiento. Ayer iniciaron su séptima temporada. ¡Cuántas cosas hechas en seis años! Quizá todo se visualice en la sensación de que han existido siempre y de que sería imposible entender el panorama teatral sin ellos.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 21 agosto 2017 - 10:21 am
Categoría: General

David Barbero

-La compañía teatral Glu Glu, radicada en el País vasco, es más que una compañía teatral. O quizá sea más exacto decir que es una compañía especial. Entre sus características más destacadas, está la de tener muy definido el camino que desea seguir.
-¡Hasta han hecho un logo con el emblema. ‘Glu Glu, todo-son-risas’! Con él, desean que los interesados o curiosos ya sepan de qué van sus espectáculos.
-Esta definición llega hasta tener marcado su circuito de mercado y las dimensiones comerciales en que se mueve. Pero donde sus responsables han puesto más énfasis es en clarificar que desean hacer teatro de humor.
-Como el humor es un género muy amplio, también tienen definido el tipo de comicidad con que desean identificar su trabajo.
-Otra característica es su constancia y fidelidad a sí mismos. Son conscientes de que el estilo Glu Glu no es del gusto de todos ni mucho menos. Pero es el suyo y lo mantienen.
-La obra que han estrenado en la Aste Nagusia de este año 2017 es muy representativa de este propósito y esta labor. Lleva el título de ’13 y Martes’. Su humor es exagerado, disparatado, ilógico, discontinuo, implacable, histriónico … Todo está al servicio del lema de conseguir la sonrisa y hasta la risa más sonora.
-Para lograrlo, en esta ocasión, cuenta con un grupo artístico especialmente vinculado al proyecto Glu Glu, porque ha participado ya en otros espectáculos anteriores similares y están imbuidos del mismo espíritu.
-En este ’13 y Martes’, es preciso destacar la trabajada e incansable labor interpretativa de Lander Otaola, Leire Ucha y Diego Pérez. Se sudan materialmente la camisa en un esfuerzo completo y polifacético.
-Asimismo hay que dejar constancia del trabajo de dirección de Ylenia Baglietto que, entre otras constantes del estilo, imprime un ritmo frenético a la cambiante acción.
-Todo eso hay en el ambivalente ’13 y Martes’ del decidido Glu Glu.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 19 agosto 2017 - 10:28 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer fui al Teatro Campos Elíseos con mucha curiosidad. Mejor lo pongo en plural. Fui con varias curiosidades.
-Lógicamente, la primera consistía en conocer y disfrutar de la obra titulada ‘5 y acción’, protagonizada por Carlos Sobera y Marta Hozas, escrita y dirigida por Javier Veiga, quien también interpretaba.
-Asimismo picaba mi curiosidad la posibilidad de analizar la influencia de la televisión en el teatro. Hay motivos. Los actores de la obra son destacadas estrellas en programas televisivos. El autor y director también proviene de ese medio.
-Para ser honesto y no engañar a nadie, diré que iba ya con un cierto prejuicio. Tengo el temor de que esta influencia televisiva sobre el escenario, aunque haya traído algunas ventajas, no es del todo beneficiosa.
-Había una curiosidad más. El protagonista de la obra, el actor y presentador Carlos Sobera, se ha convertido en propietario de un teatro importante teatro de Madrid. Ha elegido esta obra para protagonizarla en su local. Era ocasión para analizar los motivos que le han llevado a esa elección.
-Creo que es mi obligación decir el resultado de esas curiosidades. Lo haré con sinceridad en dos pasos. Primero, expondré mi opinión y, después, constataré un dato objetivo.
-Mi opinión la deduciré de las palabras del autor y director de la obra en el programa de mano. Dice Javier Veiga que el título recoge la recomendación que se hace al actor en las grabaciones: Debe contar hasta cinco antes de comenzar a actuar. Reconoce que la precipitación lleva a la mayoría a saltarse la cuenta de cinco y comenzar sin esa previa concentración reflexiva. Termina su comentario diciendo: ‘Me pregunto cómo sería la vida, si se tuviera la paciencia de contar hasta cinco’. Yo sustituiría la palabra ‘vida’ por ‘obra de teatro’.
-La comprobación objetiva. Ayer en el estreno, había mucha gente Se rieron en muchas ocasiones y aplaudieron en muchos mutis, sobre todo, al final.
-Así que soy yo quien debe contar hasta cinco.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 agosto 2017 - 11:10 am
Categoría: General

David Barbero

-Confieso, abiertamente y desde el principio, que ayer fui al Palacio Euskaduna de Bilbao con un propósito claro. Allí estrenaban la novena temporada continuada de la obra teatral ‘Toc Toc’. Mi objetivo era descubrir cuáles son las claves de ese éxito inusitado.
-Confieso también que previamente había hablado con el director de la obra y con actores sobre este mismo tema. Incluso he leído artículos con ese contenido.
-Pero pensé como un análisis en directo, nada. Así que puse todos los ojos de mi atención para no perderme detalle.
-¿Conclusiones? Tampoco voy a ser tan ingenuo de pensar que, a la primera visión, voy a captarlo todo con precisión. Pero unas cuantas claves están al alcance. Creo.
-Es una comedia con todas las consecuencias. Lo que se pretende es hacer reír. No tiene más objetivos. Por lo tanto, sólo busca eso. No tiene otros condicionantes, ni otras pretensiones. Es importante esa claridad de ideas. De esa manera, no hay distracciones ni concesiones. Se trata de trabajar para hacer reír y para que el público lo pase bien.
-Tiene unos personajes claros, cercanos, identificables. Nada de psicologías profundas y científicamente estudiadas con perfiles psicológicos muy matizados. Cada personaje está muy definido. Sobre todo en cantidad. Con matices reconocibles, con expresiones y gestos captables por todos.
-Hay una situación enmarcada con precisión en el espacio y en el tiempo. Se hallan en la sala de consultas de un médico psiquiatra a la espera de ser recibidos.
-¿La acción? Quizá en un análisis detenido, se puede encontrar el famoso esquema de planteamiento, nudo y desenlace. En la superficie, se ve un acontecimiento liviano, nada enrevesado, fácilmente seguible. Sobre todo, se parte una muy buena situación.
-Desde luego hay que destacar un remate final absolutamente inesperado y muy efectivo para dejar un buen sabor de boca.
-¡Ah! El ritmo. Casi habría que hablar de velocidad. La obra va a toda marcha. Sin dejar ni un solo respiro. Ni para los intérpretes ni para el público.
-No se puede olvidar la cuidada interpretación de todos y cada uno de los actores y actrices.
-Se nota que la dirección por parte de Esteve Ferrer, que también es protagonista, es muy meticulosa y exigente.
-En esta búsqueda de al claves del éxito, tampoco se puede decir que todo sea perfecto y acertado. Un clásico diría que el planteamiento y el desenlace son mejores que el nudo. Hay momentos en los que se nota que la situación se estira demasiado sin que avance el argumento ni se llegue a ningún sitio.
-Quizá ahí podría intentarse una pequeña poda. Pero habría que andarse con cuidado. Posiblemente los responsables tengan miedo a tocar lo que está funcionando tan bien.
-Al terminar la función, salí pensando que si ésas son las claves, no hay más que meterlas en una coctelera y agitarla.
-Háganlo y verán como no les salen nueve temporadas

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