Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 septiembre 2016 - 11:13 am
Categoría: General

David Barbero

-Puede sorprender que la Compañía Nacional de Teatro Clásico haya hecho ya tres montajes de ‘El alcalde de Zalamea’, de don Pedro Calderón de la Barca.
-Quizá se deba a que tampoco hay tantas obras de mucho gancho en el pomposamente llamado siglo de oro.
-¡Tú siempre tan caustico!
-Helena Pimenta, directora de la compañía y del espectáculo, lo justifica porque es una obra poliédrica, con muchos elementos, diversas caras, en la que se pueden ver numerosos matices diferentes.
-Digamos, para empezar, que este montaje está gustando, que ha realizado una gira larga y que su estancia en Madrid se va a prolongar más de lo previsto.
-Las representaciones de Bilbao, en el Teatro Arriaga, cierran la gira. Están siendo una manifestación de esa generalizada aceptación del público.
-En mis conversaciones con el equipo director y con los actores, han insistido mucho en el trabajo realizado para actualizar la obra manteniendo el texto y el contexto. Han tratado de acercar los diversos planteamientos de este ‘Alcalde de Zalamea’ profundizando en los personajes y en los conflictos.
-Se han preocupado mucho en dar una visión más actual a los temas de la justicia, el honor, la agresión a la mujer, la igualdad, la dignidad.
-¡Esto tiene su merito! El teatro del llamado siglo de oro tiene una ‘ideología’ bastante ‘casposa’ sobre esto del honor, la justicia, la mujer, la dignidad. Creo.
-Hay otro tipo de actualización que también se agradece. Es la manera ‘cercana’ de decir el verso. Se ha respetado fundamentalmente, salvo algunas expresiones. Pero suena más comprensible.
-También se ha agilizado la acción. Se ha hecho un montaje dinámico y ágil.
-Hasta se han destacado los momentos y los personajes cómicos. Eso también tiene su mérito en una tragedia como ésta.
-Se ha prestado atención a los momentos emocionales.
-Y también …
-¡Bueno! Cuantos motivos para ver este montaje.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 septiembre 2016 - 3:24 pm
Categoría: General

David Barbero

-Tito Asorey, director de la compañía teatral ‘Il maquinario teatro’, ha definido su obra ‘Perplejo’ como una metáfora del mundo cambiante. Por esa razón, los actores cambian constantemente de rol, se suceden escenas sin conexión lógica y la acción se presenta como un puzle que no encaja.
-Incluso al final, se incluye una escena en la que se está recogiendo el decorado por los actores. Éstos se quejan de que el director no ha llegado y por lo tanto´, no saben lo que deben hacer.
-‘Il maquinario teatro’ es una compañía joven creada con un grupo de actores, actrices y un director, recién salidos de la escuela superior de arte dramático de Galicia.
-Son valientes, decididos, innovadores. Tienen idas nuevas sobre la manera de hacer teatro.
-Además, son sólidos como interpretes. El director, también.
-Sucede que, para que una metáfora funcione, la tiene que entender el público. Tiene que comprender lo que se quiere decir. También debe asimilar los medios con los que se quiere decir. Si no se logra eso, todo queda en considerar que los actores trabajan mucho y bien o que el director es ingenioso.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 septiembre 2016 - 10:45 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer, al salir del Teatro Arriaga de Bilbao, tras el estreno de la obra titulada ‘Invencible’ y aprovechando que no llovía, establecimos una tertulia. Se trataba de lograr una definición de la pieza vista.
-Unos aseguraban que era una comedia, con un elevado porcentaje de drama. Otras, principalmente mujeres, se inclinaban porque se trataba de un drama muy emotivo con abundantes elementos cómicos.
-Alguien presentó el testimonio del director Daniel Veronese como prueba de autoridad. En su explicación del programa de mano, lo califica de comedia.
-Uno, más rebelde, añadió, mientras se iba: En el fondo, es una ocasión muy estudiada para que unos buenos actores hagan una exhibición de sus variados registros interpretativos. El autor les hace pasar por momentos cómicos, por emociones fuertes, por peleas, por chistes, por debates teóricos, por borracheras, por canciones …
-Con toda esa oferta, el público llenó la sala y salió contento.
-Está claro que la fórmula funciona: un texto con éxito ya contrastado en Londres, un buen adaptador, o varios, un director de prestigio, un elenco que une eficacia interpretativa y fama.
-Eso quiere decir que hay un teatro, llamémosle ‘comercial’, que cuida su calidad.
-Tenías interés en analizar la dirección de tu admirado Veronese.
-Ya ha dicho él que ha tenido especial interés en poner vida y autenticidad en la interpretación. Los actores han añadido que les ha hecho trabajar mucho.
-Habría que añadir la habilidad de Torben Betts como autor, a pesar de su juventud.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 septiembre 2016 - 4:40 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer estuve viendo una joyita teatral en la sala de ensayos de la compañía experimental Kabía. El título es ‘El árbol de Hiroshima’.
-Destacaré inicialmente lo que tiene de ritual eso de que el director reúna a los espectadores en el hall y les informe de lo que van a ver. Es como si un gran chef te explica lo que te ha preparado y después te descubre el plato.
-También impone esa parte del ritual de quitarse los zapatos y entrar en una sala que habitualmente no recibe espectadores. Unos deben colocarse en sillas improvisadas y otros sentarse en el suelo.
-Pero íbamos a que ‘El árbol de Hiroshima’ era una joyita. Quizá como una delicatesen, pequeñita pero condimentada con mil especias, que se va deshaciendo en la boca y te deja todos su sabores. Incluso contagia a los otros sentidos con olores y placeres variados.
-Dura sólo 15 minutos. Pero no necesita más. La historia está completa en ese tiempo. Y no es una historia resumida. Ni sintetizada. Tiene todos los elementos. Los personajes están definidos. Hay situación. Existe conflicto. El clímax aparece en su momento. Hasta da tiempo para una vuelta de tuerca final, en forma de la simbólica flor a la que aludo en el título.
-También existe una exquisita labor de ‘escritura’, una dirección detallista, elección de los elementos del escenario, iluminación, vestuario. Existe una interpretación actoral muy medida y con fuerza. La intervención musical es para guardarla en la memoria.
-Hay quien dice que escribir un cuento exige mucha más precisión, estilo, reflexión y madurez que lanzarse a una novela de mil páginas. En pocas líneas, se pueden decir más cosas. O por lo menos, mejores y mejor dichas.
-Eso mismo se puede afirmar de ‘El árbol de Hiroshima’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 septiembre 2016 - 9:50 am
Categoría: General

David Barbero

-Voy a dejar muy clara mi postura en esta polémica. Claudio Tolcachir es muy libre de dirigir obras del llamado teatro comercial. Por lo tanto, no tengo nada que reprocharle.
-Yo sólo expongo mi decepción. Tolcachir era un exponente de una manera de hacer teatro y de crear un mundo escénico que transcurría por un camino muy diferente al teatro que sólo busca hacer negocio.
-Me permito situar esta conversación. Claudio Torcachir ha presentado en Bilbao su dirección de la obra ‘La mentira’ producida por la empresa Trasgo Teatro. Como consecuencia de ello, incluso antes del día del estreno, se ha producido una polémica entre los defensores y los críticos de lo que éstos califican de pase de este director argentino al teatro llamado comercial.
-Yo tenía la esperanza de que su entrada en ese tipo de teatro sirviera, por lo menos, para dignificarlo o para introducir elementos novedosos. Pero se limita a servir a los intereses comerciales de este proyecto.
-En el estreno, le vi entusiasmado, como un niño con zapatos nuevos, sacando fotos desde el escenario al público que aplaudía.
-No hay ninguna línea de conexión entre su ‘La omisión de la familia Coleman’ y esta obra.
-Además, ni siquiera hace una dirección moderna. Separa las escenas con el antiquísimo recurso de fundir a negro. Mueve a los actores como una típica comedia de sofá.
-¡Esa es tu opinión!
-Realmente no encuentro ninguna justificación artística para que Tolcachir se haya metido en este proyecto. Para la empresa contratante puede ser un éxito. Para él, es un error. Y para mí, una decepción.
-Es un contrato que le puede abrir nuevas puertas. ¡Aceptémoslo!
-Son puertas que le llevarán por un camino opuesto al que ha seguido hasta ahora.
-Yo lo dejo claro. A mí, se me ha caído un referente.
-Lo más prudente puede ser dar tiempo al tiempo.

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