Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 abril 2017 - 6:04 pm
Categoría: General

David Barbero

-Fue, para mí, un placer volver a ver la obra ‘Marat-Sade’, del muy reconocido autor Peter Weiss ayer sábado en el Teatro Barakaldo. Esta vez estaba interpretado por la sólida compañía Atalaya.
-En mi memoria, está el recuerdo, y hasta la nostalgia, de las visiones anteriores. Sobre todo el gran impacto que me produjo el día de su estreno en Madrid en 1968, dirigida y protagonizada por Adolfo Marsillach.
-El montaje de ayer por la compañía Atalaya, a la que admiro, me pareció muy trabajado, cuidado en todos los detalles, muy detallista, muy directo, con espectacularidad, aunque sin lujos innecesarios.
-Han tenido el propósito evidente de responder al título completo de la obra. ‘Persecución y asesinato de Jean Paul Marat, representado por el grupo de actores del Hospicio de Charenton bajo la dirección del señor de Sade’. La localización en el hospicio y el carácter de esos teóricos actores, con su claro punto de desahucio y de locura, dan color propio a la propuesta.
-Sin duda el director Ricardo Iniesta, ha deseado marcar esa nota de autenticidad.
-Ha dado un carácter coral como exige el texto y la intención del autor Peter Weiss. Mantiene a todos los personajes todo el tiempo en escena. Pero también destaca el enfrentamiento entre las dos concepciones vitales del individualismo hedonista del Marqués de Sade y el propósito revolucionario colectivo del ideólogo Marat.
-En el ADN de la compañía Atalaya están, elementos centrales de la evolución del teatro del siglo XX: la épica de Brecht, la crueldad de Artaud, el carácter grotesco de Meyerhold y algunas otras tradiciones de aquellos años. También la obra de Peter Weiss reúne todos esos caracteres. Así que se ajustan como un anillo a su dedo correspondiente.
-Alabanzas particulares merece la interpretación. Todos los intérpretes han realizado un trabajo muy intenso en la configuración de cada personaje y en la creación del ambiente colectivo. Ese trabajo de preparación se nota en la magnífica puesta en escena. Todos son acreedores del más largo de los aplausos. Quizá a la salida del teatro, se oían más los nombres de Carmen Gallardo como presentador, y de Silvia Garzón, en el papel de Carlota Gorday. Pero el resto no desmereció en nada.
-Todo eso lleva a un reconocimiento por el trabajo hecho, al cabo de cada representación. También se ha traducido en numerosos premios
-Aludía yo, al comienzo, al recuerdo de mi presencia en el estreno en Madrid en 1968, cuando todavía vivía y ejercía como dictador aquel general Franco. Aquel acto se convirtió en una manifestación de rebeldía y de protesta cívica y ciudadana. Por eso, sólo se autorizaron tres representaciones. Después vino la autoridad gubernativa para prohibirlo. Ahora tampoco estamos sobrados de auténtica democracia. Pero ‘Marat-Sade’, magnífico y perfecto, se ha convertido ya en un clásico contemporáneo del pasado siglo XX.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 29 abril 2017 - 10:21 am
Categoría: General

David Barbero

-Tuve especial interés en asistir ayer al arranque de las Jornadas de Teatro breve de Pabellón 6, en lo que ha dado en llamarse el Off Bilbao. Es un festival ya veterano. Esta es la quinta edición. Va cogiendo un carácter muy propio. Los organizadores lo preparan con mucho cuidado. Constituye una interesante aventura de complicidad entre los esforzados intérpretes y los interesados espectadores.
-Sin duda, el principal punto de interés está colocado en la calidad de los espectáculos y de los creadores. Pero no hay restar mérito al planteamiento general de posibilitar la construcción del itinerario propio a cada uno de los visitantes. De esa manera, cada uno elige las obras que desea ver y en qué orden. Esa intervención te hace más partícipe y hasta te implica en el proceso.
-En cuanto a la calidad, las jornadas no han hecho más que empezar. No se puede tener ya conocimiento de unos estrenos que están todavía por presentarse. Pero en opinión de quienes han tenido que realizar la selección, hay garantías de que los curiosos que se acerquen van a poder encontrar pequeñas joyas de gran calidad y satisfactorio disfrute.
-Lo visto en el día del arranque ofrece ya una muestra o un adelanto de lo que está por venir. ‘Toquecito minus’, ‘Ez Gaituzte mártir bihurtuko’ y ‘Ganba alaia 2.0’ ofrecieron ya la demostración de que los constructores de estas pequeñas piezas se lo toman con la misma exigencia de obras grandes. Los intérpretes pusieron no sólo todo el entusiasmo, sino que demostraron un notable esfuerzo y una gran calidad.
-No es para infravalorar el ambiente que se crea a través de estas jornadas. Por las salas y pasillos, te puedes encontrar con destacados actores, actrices, directores, autores, gentes de vestuario, espectadores que viajan kilómetros para estar al tanto de todo lo que se presenta.
-El punto de sana competición, al disputar el reconocimiento del trabajo hecho, añade un plus a las jornadas.
-Durante un mes, va a continuar esta fiesta grande del teatro breve. Además de lo que vi ayer, tengo ya una larga lista de curiosidades por otras pequeñas joyitas que no debería perderme. Les aseguro que con La información que se da con antelación es muy fácil la elección. La dificultad está en excluir de la lista alguna pieza. Todas tienen múltiples elementos de interés.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 abril 2017 - 10:14 am
Categoría: General

David Barbero

-Ayer vi en el Palacio Euskalduna de Bilbao la comedia musical ‘El amor sigue en el aire’.
-Comenzaré diciendo que había muchos espectadores. Se rieron mucho y aplaudieron con entusiasmo tanto al final de la obra como en numerosos mutis.
-Se notaba además, que una buena parte del público eran seguidores muy apasionados de los intérpretes. Les aplaudieron incluso antes de comenzar su actuación. Y les rieron los chistes incluso antes de decirlos.
-Esta obra es definida por el autor y director como una comedia musical que propone un viaje por todos los estados del amor. Su intención manifiesta es hacer pasar un rato agradable.
-El espectáculo había girado ya con los dos primeros actores. Bibiana Fernández y Manuel Bandera. Ahora se han incorporado Alaska y Mario Vaquerizo.
-Su éxito y su aceptación por el público se basa, dicen los entendidos, en la fama adquirida en programas variados de televisión.
-Se puede pensar que muchos espectáculos más seriamente preparados, desearían tener esta acogida.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 abril 2017 - 5:57 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer fui al Teatro Arriaga de Bilbao a ver el último espectáculo del emblemático y muy reconocido director italiano Romeo Castellucci. Se titula ‘Democracy in América’. Toma el título del texto ya clásico de Alexis de Tocqueville.
-No voy a exponer mi opinión sobre el espectáculo hasta el final. Al fin y al cabo, tampoco mi opinión es algo importante. La fama y el reconocimiento de Castellucci son muy extensos y casi unánimes. No le va afectar mi criterio ni para bien ni para mal.
-En los días anteriores a su presentación en Bilbao, he estado recomendando la asistencia al espectáculo en todos los medios en que he podido. En los comentarios en la prensa y en la radio, he insistido en la importancia de Castellucci por su trayectoria en las últimas décadas. He destacado su influencia en la innovación teatral en Europa. He comentado las características de su tratamiento del texto. Su interés destacado por la imagen. Su incorporación de las nuevas tecnologías.
-También he insistido con entusiasmo sobre la gran aportación del análisis sociológico y filosófico que significó en su momento la obra ‘Democracy in América’ de Alexis de Tocqueville. Tiene ya casi dos siglos de vida. Sus consideraciones sobre la democracia representativa y sobre los sistemas de convivencia ciudadana no solo están de actualidad sino incluso por delante.
– Cuando iba hacia el teatro Arriaga, trataba de vislumbrar con curiosidad cómo un genio como Castellucci habría llevado al teatro y dramatizado esas ideas tan importantes sobre la sociedad, la convivencia y el poder.
-Así que entré con una gran curiosidad e inquietud.
-Me disgustó que el teatro no estuviera completamente lleno para una ocasión tan importante. Sin embargo, me alegró encontrarme allí con profesores universitarios de sociología y ciencia política que iban también con esa curiosidad de ver cómo en teatro y dramáticamente se tratan esas ideas que ellos explican en teoría educativa.
-El espectáculo comenzó con un ingenioso juego de letras en el que se recordaban los nombres de muchos de los países y lugares donde hay conflicto democrático y de convivencia. Me alegré. Lo interpreté como que Castellucci prometía que iba a tratar dramáticamente esa problemática actual y polémica que afecta a todos y ahora.
-Después, el contenido del espectáculo se concentró en tres escenas principalmente. Una expuso con precisión y muchos matices, la influencia del puritanismo religioso en el nacimiento de esa democracia americana. Estuvo realmente bien dramatizada. La escena siguiente se centró en una exposición de imagines tecnológicas, tratadas con mucho cuidado y precisión. Esas imágenes, como después explicó Castellucci, eran portadoras de significados múltiples. La tercera escena miró con atención y mucha plasticidad el punto de vista de los aborígenes y su proceso de integración en el mundo de los colonos recién llegados. El proceso de la asimilación del lenguaje fue especialmente significativo.
-Soy consciente de que me dejo muchos aspectos en este brevísimo resumen. Ah! Hay que destacar la importancia de la presencia femenina. También por su simbolismo. También hay que destacar el concepto y la sensación de la piel.
-Debo confesar que cuando el extenso elenco salió a recibir los aplausos, yo creía que todavía quedaban cosas por exponer. Quizá no fui yo solo, porque los aplausos tardaron en producirse.
-Como valoración, tuve una sensación dividida. Como con el corazón partido, que dice una famosa canción. Estéticamente me había convencido. El tratamiento luminoso, sin duda, hacia sido muy bueno. En el sonido, se habían logrado efectos fantásticos. Las aportaciones tecnológicas de las imagines habían producido sus deseadas sensaciones, incluidas las ambivalencias. Esa era la parte positiva.
-Pero quedaban preguntas. ¿Ése es el tratamiento dramático que llega a darse de un asunto tan profundo e interesante? ¿No resulta simple reducido a los afectos dramáticos del puritanismo con la sumisión a la voluntad divina y a los problemas o las injusticias respecto a los habitantes originarios? ¿No nos había prometido en el arranque del mismo espectáculo un tratamiento dramático de más intensidad y transcendencia? Si Castellucci es un genio en uso de los recursos escénicos, ¿no puede llegar más allá?
-Después de la representación, hubo un coloquio con el director y las actrices. Fue interesante. Se ilustraron algunas intenciones. Pero ahí quedaron las preguntas que denunciaban las limitaciones.
-Ya en la explanada de los exteriores del teatro, nos reunimos, en tertulia improvisada, con una directora teatral muy destacada en la escena de la capital, con un coreógrafo muy solicitado, una primera estrella de ballet, un actor y director de una sala alternativa, una veterana espectadora que ve unas cien obras de teatro al año, otro espectador más joven e inquieto que recorre miles de kilómetros para perseguir los espectáculos que desea. En nuestra conversación bajo las estrellas, había diversos puntos de vista y diferentes valoraciones. Pero existía una idéntica satisfacción por el lujo de poder comentar, y hasta discrepar, sobre una propuesta internacional tan interesante en la explanada del teatro Arriaga de Bilbao

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 abril 2017 - 10:14 am
Categoría: General

David Barbero

-Fui ayer al Teatro Campos Elíseos de Bilbao a ver el último espectáculo del virtuoso y emblemático actor Rafael Álvarez, conocido como el brujo. Se trata de ‘Autobiografía de un yogui’. Está basada en la obra de Paramahansa Yogananda, que ha sido, entre otras varias cosas, el introductor del yoga en Occidente.
-Rafael Álvarez no solo es el protagonista absoluto de la obra. Ha adaptado el texto. Y de modo muy especial es el promotor de este espectáculo, que tiene un muy especial significado para él. Yogananda es su maestro en la vida. Hace tiempo que conoce su vida y su doctrina. La ha practicado. Y ahora, cuando ya se ha sentido preparado, la ha llevado a los escenarios.
-No hace mucho tiempo que ha estrenado esta obra. Está realizando las primeras giras. Por lo tanto, es previsible que todas las piezas del espectáculo vayan encajando y encontrando su sitio y su tiempo.
-Se puede decir que es un espectáculo ambicioso en el buen sentido de la palabra. Se puede decir también que ha roto esa racha crítica que atribuía a Rafael Álvarez ser el mismo en todos los espectáculos y mantener una idéntica estructura, basada fundamente en hacer una demostración de su virtuosismo interpretativo, de su gracia natural y sus capacidades para sacar punta a los acontecimientos inmediatos de la vida de la sociedad que nos rodea.
-‘Autobiografía de un yogui’ constituye un reto personal, un notable esfuerzo interpretativo, también un riesgo. Es por lo tanto, una demostración de que este actor, admirado por tanto, se mantiene vivo y no desea caminar exclusivamente por los terrenos que domina.

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