Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 diciembre 2018 - 10:42 am
Categoría: General

David Barbero
-Yo pensaba que lo tenían difícil. Llegué a creer incluso que no se atreverían con un tercer ‘Hole’. Claro que, antes, también tuve el temor que el segundo pudiera ser malo, como suele suceder.
-No fue así. Y tampoco lo ha sido ahora. Ha tenido ingenio el avanzar hacia atrás, hacia los orígenes. Ha resultado un acierto trasladarse hasta la Nochevieja de 1979 en Nueva York y hasta su Studio 54 para protagonizar ‘The Hole Zero’.
-Ese salto del charco y del tiempo ha permitido introducir novedades y estilos diferentes. Las añoranzas del cabaret berlinés de entreguerras y las connotaciones de la revista española atrevida han sido sustituidas por los ritmos y diversiones yanquis en los tiempos de su propia movida.
-El cambio no ha impedido mantener los elementos de humor y la picardía, junto a la acrobacia y la música. Se conserva también el punto cabaretero. Está presente la intención provocativa. Hasta se aumenta la vocación de atrevimiento y descaro.
-Uno de los puntos fuertes anteriores han sido las sorpresas acrobáticas. En este número zero, han aumentado. Llegan a provocar el suspense por el incierto y arriesgado resultado algunos números. En este campo, hay que alabar las intervenciones de los Harlem Cuban Kings.
-Entre las voces de los cantantes, se puede destacar a Julio Bellido y Lorena Calero. También merece reconocimiento la comicidad que desarrollan Noelia Pompa y María Garrido.
-Los maestros de ceremonias, y en concreto la veterana Terremoto de Alcorcón, tienen ya asumida su labor de provocación y sus juegos con el público.
-También se mantiene el atractivo de la intrahistoria de los conflictos personales, que antes protagonizó la rata y ahora, a su lado, la conciencia corta.
-En definitiva, han quedado cerradas las especulaciones de cara al futuro. De momento, cabe disfrutar de este nuevo agujero que es el ‘Zero’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 21 diciembre 2018 - 11:36 am
Categoría: General

David Barbero
-Reconozco, desde el principio, que ayer fui al Teatro Arriaga de Bilbao con una cierta prevención. Acudí a ver la representación de la obra teatral ‘Mundo obrero’, escrita, dirigida y protagonizada por Alberto Sanjuán.
-Mi prevención estaba motivada por el recuerdo de lo plomizo, largo y reiterativo que me resultó el monólogo del joven anticapitalista, también escrito, dirigido y protagonizado por Alberto Sanjuán. En incluso, aunque en menor medida, por ‘El rey’.
-Frente a esa prevención estilística, estaba el deseo de ver un texto polémico, activo, con referencias a la actualidad, con sustrato ideológico y con intenciones de cambio. Son elementos que suelo echar en falta en el teatro.
-Nada más sentarme en la butaca, me congratuló que la obra fuera presentada intencionadamente como ‘una historia de amor’.
-Después, el desarrollo de la obra me confirmó el acierto de contar la historia de las vicisitudes laborales y económicas generales a través de las preocupaciones personajes e intimas de dos enamorados prototípicos. Resulta una eficaz manera de hacer el repaso crítico de casi un siglo de reivindicaciones obreras.
-También me satisfizo que el humor, la música y las canciones dieran forma, casi siempre, a las proclamas ideológicas.
-Quizá el valor más destacado sea la muy alta calidad de las interpretaciones de Luis Bermejo, Pilar Gómez, Lola Botello y también de Alberto Sanjuán.
-¡Ah! Y será difícil olvidarse de la música y las canciones de Santiago Auserón.
-Termino reconociendo que la prevención inicial fue superada por el desarrollo de la obra. Ojalá cunda el ejemplo para que el teatro tenga una mayor conexión con los problemas de la sociedad y se convierta en un foro abierto de debate. Pero basándose en sólidos valores escénicos y teatrales.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 diciembre 2018 - 11:26 am
Categoría: General

David Barbero
-Estos días, se está representando en Pabellón 6 de Bilbao ‘La gaviota’ de Antton Chejov por la compañía Teatro del Norte. No son las mejores fechas para atraer al público. Son días laborables en el final del otoño.
-Pero el veterano e infatigable Etelvino Vázquez, – director, actor, autor, pedagogo y hombre total del teatro – tenía especial interés en cerrar la gira de esta obra en Bilbao.
-Comenzaré con la anécdota de que ayer, justo antes de comenzar la representación en Pabellón 6, me encontré allí con Borja Ruiz, también director, actor, autor, pedagogo y hombre total del teatro. Coincidimos en que lo interesante era ver cómo Etelvino y la compañía del Norte nos representaban la reconocida obra del incomparable Antton Chejov, ya que su contenido es de dominio público.
-Desde el principio, tuve una sensación que hacía mucho tiempo no percibía en las representaciones de teatro. Ni siquiera en las escenificaciones de los textos clásicos antiguos o modernos. Se transmitía el deseo de descubrir y comunicar la esencia de la obra, la verdad de sus personajes, las características de su contendido, la matización de sus formas, el deleite de sus emociones, la satisfacción de introducirse en un mundo de inmenso valor creado por esa obra.
-He recalcado que fue una sensación no experimentada desde hace mucho tiempo. Seguramente, fruto de una manera diferente de hacer teatro al modo que ahora es habitual. O al menos a mí me lo parece. Ahora, lo habitual es presentar intentos de cómo deconstruir ‘La gaviota’, o cómo epatar, o cómo llamar la atención, o cómo actualizarla, o cómo darle media vuelta o la vuelta entera, o cómo mostrar los aspectos que al director o al actor más le interesan de esa obra.
-No sé si he logrado exponer las dos maneras con la suficiente imparcialidad y distancia. Sin hacer valoración alguna. Ni inclinarme a favor de una o de otra. Por supuesto, el teatro es libre. Cada uno puede hacer lo que desea. O lo que le dejan. Sobre todo, si está bien hecho.
-Lo que deseaba decir es que ayer me satisfizo mucho encontrarme con un intento de descubrir y comunicar la verdad y la esencia de una obra tan extraordinaria como ‘La gaviota’ de un autor tan apasionante como Antton Chejov.
-Por supuesto, esa satisfacción no me impidió reconocer las debilidades de la representación, la falta de presupuesto, la carencia de medios, las limitaciones materiales y humanas, el carácter minoritario de la propuesta…
-Deseaba, sin embargo, destacar y agradecer esta sensación satisfactoria por las escasas oportunidades que existen en la actualidad de experimentarla.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 15 diciembre 2018 - 11:02 am
Categoría: General

David Barbero
-Estos días, ha estado por Bilbao la joven compañía de teatro con su último espectáculo titulado ‘Playoff’. La han estado representando en el Teatro Arriaga. Lo mismo hicieron, en su momento, con sus anteriores trabajos.
-Durante su estancia en Bilbao, han mostrado esta obra a todo tipo de público. Pero principalmente se han dedicado a representarla ante los jóvenes estudiantes de institutos. Es lógica esta predilección por la cercanía de edad.
-Los propios miembros de esta joven compañía definen su obra, escrita por la también joven María Buchaca, como una tragicomedia. Se desarrolla entre los miembros de un equipo de futbol femenino, Así las protagonistas son sus siete integrantes.
-La acción se desarrolla en la tarde en que juegan un partido considerado muy importante. En ese momento, teóricamente de tensión, afloran los problemas, las envidias, los sueños, las dudas y los miedos de cada una.
-En el programa de mano, también se define el propósito que les ha movido en este proyecto. Desean reflexionar ‘sobre el papel de la mujer y del deporte femenino en una sociedad que todavía manifiesta un machismo feroz en muchos ámbitos’. Sin duda, es un objetivo muy digno de alabar y con gran actualidad.
-Tengo referencias directas de que, en los pases que han hecho para los jóvenes estudiantes, éstos se han mostrado atentos y han mantenido un notable interés por la obra.
-Yo acudí ayer al pase general. Fui muy esperanzado en dos aspectos. Deseaba, por una parte, conocer los planteamientos teatrales de los nuevos profesionales. Esperaba propuestas estéticas novedosas y hasta revolucionarias. También estaba interesado en saber cuál es el análisis que hacen los jóvenes sobre este grave problema como es la discriminación de género.
-Al salir del espectáculo, llevaba también una sensación doble. Respecto a las aportaciones escénicas, me pareció que tanto la obra como el montaje respondían a los criterios habituales e incluso tradicionales y hasta quizá superados. El espectáculo me resultó pesado, lento y poco imaginativo. La reflexión sobre las reivindicaciones de las mujeres la encontré floja, llena de tópicos y reiterativa.
-Pero soy consciente de que el equivocado soy yo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 diciembre 2018 - 7:44 pm
Categoría: General

David Barbero
-Esta mañana, he tenido el privilegio de ver, de nuevo, un ensayo de la obra ‘Julietas. Romeo circo’ en el Zornotza Aretoa de Amorebieta. Lo he hecho en compañía de una cincuentena de chicos y chicas de un instituto. Otro privilegio.
-Se trataba de un pase especial que la compañía Markeliñe ha realizado en su proceso de preparar la obra para su próximo estreno. Va a tener una especial relevancia. Ha sido elegida para celebrar el 25 aniversario de actividad de ese teatro. También se presenta para conmemorar los 35 años desde que se fundó la compañía.
-Con este pase, he podido comprobar que ‘Julietas’ ya se halla en una etapa muy avanzada, casi madura, a falta quizá de limar algunas aristas. De esta manera, voy completando el conocimiento de su proceso. Hace bastante tiempo, hablé con el principal responsable, Joserra Martínez, cuando todavía estaba danto vuelta en su cabeza al proyecto de unir el teatro y el circo. Incluso comentamos qué obra sería más idónea. Pero él ya tenía en el pensamiento estas Julietas. Posteriormente, hemos hablado sobre cómo progresaba. Después, he visto un ensayo más avanzado y he participado en un coloquio sobre su evolución.
-Iba a decir que, con lo visto esta mañana, se puede definir como un producto típico de la factoría Markeliñe. Pero debo corregirme. La ya veterana, en el buen sentido, compañía no es una factoría. Quizá se pueda parecer más a un buen horno de cocción a fuego lento y con mucho cuidado. Es su manera de trabajar. Concienzudamente, sin prisas, midiendo todos los detalles y prestando atención a los múltiples aspectos que presenta todo proyecto teatral.
-Esta obra tiene la característica, y el mérito, de unir las cualidades del teatro y las del circo. Se trata de una suma de elementos expresivos para lograr un mayor impacto en los espectadores. No constituye un objetivo fácil. No consiste en unos añadidos simples. Cada uno de los géneros tiene características propias. No era sencillo conseguir un ensamblaje tan fructífero y una simbiosis tan fecunda.
-Uno de los elementos decisivos que ha permitido esta unión tan positiva ha sido contar con un elenco de cuatro actrices, Sandra F. Aguirre, Maitane Azpiroz, Bego Peñaranda y Garazi Pascual, y un actor, Javier García ‘Mimo’, con tanta capacidad en la expresión dramática y cualidades tan desarrolladas en el ejercicio circense. Su trabajo resulta impecable en ambos aspectos. Logran transmitir una gran emotividad interpretativa y, a la vez, demuestran notable seguridad y elasticidad en los ejercicios acrobáticos.
-También ha sido decisivo que el equipo directivo de Markeliñe, y en concreto Joserra Martínez, haya tenido claro lo que deseaba hacer desde el principio. Y también haya mantenido el espíritu abierto para ir descubriendo un proceso novedoso.
-En este sentido, reitero que es un ‘producto’, en el sentido artístico, de la compañía Markeliñe. Desde hace esas tres décadas y media, viene trabajando con esa dedicación y una mano tan cuidadosa. Durante este tiempo, su trabajo ha sido ya justamente reconocido en numerosas ocasiones.
-Estas ‘Julietas’ tienen todavía un tiempo para madurar definitivamente hasta explotar el día de su estreno a principios de enero. Quizá en el horno haya que destacar un poco más los colores, o matizar las luces, o poner algo más de énfasis en la colocación del sombrero final para que produzca un impacto mayor.
-La alusión al sombrero no es casual. Los sombreros y el juego que se hace con ellos son fundamentales en este espectáculo.
-Así que todo se encamina a que, en esa fecha tan memorable, haya que quitarse el ‘chapeau’ por su trabajo.

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