-Ayer me puse nostálgico y fui a ver un vodevil que ya había visto, y en varias ocasiones, hace tres o cuatro décadas.
-¿Te refieres a ‘Sé infiel y no mires con quién’? De su estreno en España hace más de cuatro décadas.
-Bueno, hace más de cuatro décadas, no estaba yo para ver esos vodeviles.
-¿Cómo fue la experiencia nostálgica?
-Bueno, podían haber tratado la obra con más cuidado, más calidad y más cariño.
-Es una obra que no se anda con chiquitas, ni con delicadezas, precisamente.
-En el fondo, es un vodevil bastante cutre.
-No va a pasar a la historia del teatro ni por la profundidad de los personajes ni por el análisis ideológico.
-Yo la voy a defender como el arquetipo del tratamiento de los enredos teatrales con los cambios de parejas, los malentendidos, los cambios de personalidad y los engaños.
-En eso, te doy la razón. Desde el principio, ya aparecen esos enredos y van avanzando con ingenio, complicando cada vez más los engaños y los malentendidos.
-Quiero citar a sus autores, los británicos Ray Coowey y John Chapman.
-Puede ser una obra frívola. Pero tiene su mérito.
-Por eso, digo que, en manos de un director cuidadoso y de unos actores con calidad interpretativa, podía haber sido otra cosa.
Esta entrada se escribio el Jueves, 14 octubre 14 2010 a las 10:04 am. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.