Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 mayo 2011 - 3:28 pm
Categoría: Teatro

-Anoche, cuando caminaba hasta mi casa, después de ver la representación de la obra de teatro ‘La avería’ en el Teatro Arriaga de Bilbao, me puse a pensar sobre las ventajas y los riesgos del exceso.
-¡Cuestión filosófica trascendental desde Platón!
-Explícanos la relación, por favor.
-La puesta en escena, que dirige Blanca Portillo tiende a llevarlo todo hasta el extremo. Exagera la caracterización de los personajes. Sus manifestaciones. Sus gestos. Su edad. Su vestimenta.
-‘La avería’, en principio, era un relato corto de Friedrich Dürrematt. La versión teatral la firma Fernando Sansegundo.
-Cuéntanos tus reflexiones sobre el exceso.
-Teóricamente, el exceso puede ser bueno. Rompe la monotonía. Deshace lo previsible. Sorprende. Elimina lo políticamente correcto. Llama la atención. Hace que los matices adquieran unas dimensiones perceptibles.
-Supongo que hablas del exceso en el teatro.
-¡Si te oyeran los minimalistas!
-No tengo ningún inconveniente en que me oigan.
-Los riesgos, por favor
-El exceso impide la medida. Desborda. Rompe los límites. Exagera. Repite. Alarga.
-¿Tú con qué te quedas?
-Yo me quedo con todo. Disfruto con el exceso, me entusiasmo con el minimalismo y lo paso muy bien en los estados intermedios.
-Siempre que esté bien hecho. ¡Claro!

Esta entrada se escribio el Miércoles, 18 mayo 18 2011 a las 15:28 pm. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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