-Había expectación por el regreso de Claudio Tolcachir y su compañía Timbre 4.
-Por cierto, Timbre 4 era el número del timbre al que había que llamar para ir al teatrillo que Claudio y sus amigos montaron en su casa.
-Estabas hablando de la expectativa creada con el regreso de estos argentinos.
-Habían dejado muy bien sabor de boca con ‘La omisión de la familia Coleman’ y con ‘Tercer cuerpo’.
-Donde Tolcachir se lució realmente fue en la adaptación de ‘Todos eran mis hijos’, con actores españoles.
-Es sólo una opinión.
-La familia es para Tolcachir una metáfora. Es como el mundo. El lugar donde las personas desarrollan todas sus neuras, sus inquietudes, sus proyectos, sus amores y sus incertidumbres.
-Más que la familia o el mundo, lo que le importa a Tolcachir son las personas, sus problemas, sus objetivos, sus inquietudes, sus limitaciones.
-En sus espectáculos teatrales, lo que más trabaja son los personajes. Los trabaja en unión con el intérprete.
-La dicotomía de personaje y persona.
-La clave está en el trabajo meticuloso de todos y cada uno de los elementos. Desde el texto, la interpretación, la construcción del personaje, la luz, los decorados…
-La naturalidad es muy importante. La apariencia de que no es teatro, sino la vida misma.
-El planteamiento de colocar los decorados de todos los espacios escénicos desde el principio es una declaración de principios.
-La obra que traen ahora se titula ‘El viento en un violín’.
-Se podía llamar ‘La familia Coleman 2’. Lo digo para bien.
-Es otro análisis, en profundidad y con sutileza, de un grupo de personas variopintas dentro de la estructura familiar como símbolo de toda la sociedad.
-Con todos los detalles cuidados, mimados, desarrollados con esmero.
-¡Magnífico Tolcachir y toda la compañía!
Esta entrada se escribio el viernes, 30 marzo 30 2012 a las 11:18 am. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.