Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 agosto 2014 - 11:03 am
Categoría: General

-Fui ayer a ver la obra de teatro ‘Al final de la carretera’ en el Palacio Euskalduna de Bilbao con una cierta esperanza de ver algo interesante.
-Esa actitud positiva me la había producido, en primer lugar, el nombre del director de la función: Gabriel Olivares. He visto cosas buenas dirigidas por él.
-También era favorable el nombre de del autor. Del británico Willy Russell he visto un par de cosas interesantes. Su adaptador, Juan Carlos Rubio, tiene un cierto predicamento entre la profesión.
-Las dos actrices y los dos actores proceden de las series de televisión. Eso no es ni positivo ni negativo. Se apuntan a lo que les llaman. A veces, les llaman para hacer algo interesante.
-Con esa actitud positiva entraste en la sala. ¿Cómo saliste?
-Digamos que perplejo. El texto me pareció de una ingenuidad de adolescente. La dirección se tuvo que inventar efectos de truco para lograr momentos de atención. Los intérpretes, pues, quizá se trabajaron las indicaciones del director. Pero poco más

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