Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 abril 2019 - 10:41 am
Categoría: General

David Barbero
-Tuve ayer la oportunidad, e incluso el privilegio, de asistir a un pase previo de ‘¿Qué fue de Ana García?’. Es la obra que todavía está montando la Compañía joven de Pabellón 6. La van a estrenar dentro de poco más de una semana. Así que está todavía en lo mejor de los ensayos.
-Lo he calificado de oportunidad y de privilegio porque las obras, en ese momento, tienen un atractivo muy especial. Están todavía en construcción. Con la exquisita atracción de lo no terminado. Tienen un pálpito balbuciente y nuevo. Es una vivencia irrepetible. Después, cada representación también tendrá entidad propia. Pero estos pases antes de nacer, son fascinantes.
-Las actrices y los actores se hallan en una situación muy peculiar. Tienen la inseguridad de no dominar el trabajo ya redondo. Pero poseen la osadía de arriesgar porque la representación todavía no es definitiva. Ayer, se notaba en ellos ese equilibrio inestable de deseo e incertidumbre.
-Para el espectador privilegiado, esta especie de ensayo general transmite una sensación de adelanto o de promesa o de esperanza enriquecedora de lo que va a ser dentro de poco.
-Acudí al ensayo de ayer sin conocer nada sobre el contenido de la obra. Justo el título y los nombres de los responsables. Lo hice a propósito para recibir una impresión menos condicionada.
-La impresión fue muy positiva. Ilusionante de lo que vaya a ver, de modo definitivo, dentro de una semana. Expresiva de un trabajo sólido y consciente ya realizado. Hay un detalle fundamental. Se nota que es una compañía joven de un centro experimental con planteamientos exclusivamente profesionales. Transmite un propósito de mostrar los hechos y las emociones desde ojos más jóvenes, menos condicionados, con mayor libertad, lógicamente con menos resabios y con más desparpajo.
-Se percibe, sin embargo, una pieza compleja en el sentido de estar integrada por múltiples elementos, por distintos puntos de vista, nada plana, con decisiones firmes y con dudas evidentes. Se trabajan los desdoblamientos rápidos de personajes. Incluso se desarrollan juegos de aparecer como actor o actriz para pasar inmediatamente a representar un papel. Esos ejercicios demuestran una exigencia elevada hacia los intérpretes que, siendo jóvenes, acumulan una preparación sólida y una entrega absoluta. A la vez, evidencian la labor de las manos maestras y experimentadas que los dirigen
-Se nota una visión joven y nueva en la elección de un tema con total actualidad como es la violencia hacia el diferente. No disimulan las dudas y la incertidumbre que puede crear el tratamiento, sin prejuicios, de temas complejos que afectan a la sociedad. No buscan las falsas seguridades de los adultos. A un espectador mayor como yo, algunas reflexiones le pueden parecer ingenuas. Pero sería un error no enriquecerse de la espontaneidad, la valentía y la novedad en sus planteamientos abiertos.
-Este pase previo ha significado una satisfacción por su novedad, su agilidad, su falta de complejos y su manera directa de ver la sociedad. También ha aumentado el deseo de presenciar el espectáculo definitivo y comprender enteramente ‘¿Qué fue de Ana García?’
-Os contaré cómo lo vivo dentro de una semana.

Esta entrada se escribio el Jueves, 25 abril 25 2019 a las 10:41 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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