Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 8 octubre 2019 - 9:50 am
Categoría: General

David Barbero
-Cuando volvía anoche andando hacia casa, después de haber visto el estreno de la obra ‘Quitamiedos’ en el Teatro Arriaga, iba pensando si la compañía Kulunka tenía ya establecido su estilo. Su trayectoria todavía no es muy dilatada trayectoria, aunque sí exitosa y muy premiada.
-Pensaba que se podía decir que sí por la calidad de sus espectáculos, la minuciosidad con la que los trabaja, el cuidado en los detalles, el gusto por las joyas pequeñas, la limpieza en la presentación, la originalidad, y el rechazo al artificio innecesario.
-Pero me inclinaba por no caer en la equivocación de atribuirles uniformidad en el estilo. Los componentes de esta compañía realizan cada una de sus producciones de acuerdo con las características y necesidades de cada propuesta.
-‘Quitamiedos’, que es su última producción, recién estrenada, reúne todas esas cualidades. Destaca la originalidad de la historia, lo sorprendente del planteamiento, la aparición sucesiva e inesperada de las novedades o giros, la captación sostenida del interés o el escalonado descubrimiento de las diversas incógnitas.
-El mérito hay que atribuírselo principalmente a Iñaki Rikarte, responsable de la escritura y la dirección. A pesar de su juventud, se ha consolidado ya en los oficios teatrales más destacados. También ha desarrollado con éxito la interpretación en diversas ocasiones.
-Hay que destacar asimismo la extraordinaria contribución que realizan los dos intérpretes, Jesús Barranco y Luis Moreno. Sus personajes, muy intensos, exigen una tensión contenida y matizada. Pero debe ser mantenida sin desfallecimiento a lo largo de la obra.
-Sería injusto no reconocer las aportaciones escenográficas, visuales, sonoras y de iluminación. Caminan en la misma dirección que la acción dramática y contribuyen a que ésta fluya con el ritmo y el tono adecuado.
-Ya ha quedado indicado que es una pieza en periodo de estrenos. Lo está haciendo con una consistencia y seguridad poco frecuentes en esos arranques. Pero es un espectáculo que crecerá con las representaciones. Adquirirá un mayor equilibrio en todas sus partes y quizá también un desarrollo más claro, desde el principio, de su premisa dramática.
-De todos modos, cuenta ya con la originalidad, el trabajo meticuloso, el cuidado de los detalles, las sorpresas, la limpieza escénica y narrativa, cualidades todas ellas de una compañía de gran calidad como es Kulunka a sus diez años de vida.

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