Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 8 febrero 2020 - 11:47 am
Categoría: General

David Barbero

-Deseo puntualizar, desde el principio, que no utilizo la palabra famoseo con un sentido despectivo. Quiero definir, con ese término, un tipo de espectáculos que se basa en la popularidad, en la fama, en la celebridad, como creo que se dice ahora en determinados medios.
-Teóricamente, ni la popularidad, ni la fama, ni la celebridad son conceptos negativos. El hecho de que una persona sea conocida por muchos, puede ser hasta bueno. Lo mismo que lo puede ser el que tenga numerosas/os admiradores, seguidores o fans.
-En el mundo del teatro, esa fama –que se da sobre todo en actrices y actores – es uno de los motivos que arrastran al patio de butacas a mucha gente. El público se comporta de forma incondicional en su favor. Incluso antes de que hayan hablado, cantado o realizado ninguna manifestación, ya son recompensados con salvas de aplausos y gritos de alabanza.
-Puede considerarse negativo, cuando esa circunstancia se lleva hasta el extremo o se coloca como objetivo absoluto. En ese caso, esas personas famosas no están al servicio del espectáculo. Sino al revés. La obra y todo el montaje sirven para su propia utilidad. Ellos no hacen el esfuerzo de interpretar a los personajes. Se aprovechan de ellos para representarse a sí mismos. Los utilizan para su exclusivo lucimiento.
-Como consecuencia de las actitudes respectivas, – la de ellos y la del público -, las características de la obra, su ‘mensaje’, y los otros valores teatrales o artísticos, suelen quedar en el olvido.
-Ésa fue la reflexión de un pequeño grupo de asistentes ayer al teatro Campos Elíseos de Bilbao. Allí se está representando la obra ‘La última tourné’, escrita y dirigida por Félix Sabroso. Entre los intérpretes figuran nombres como Bibiana Fernández, Manual Bandera, Alaska o Mario Vaquerizo.
-Frente a esta reacción minoritaria, la mayoría de los asistentes acogió la obra, y a los intérpretes, con gran entusiasmo. Los aplausos y los vítores finales fueron sonoros y continuados.
-Van a estar bastantes días en este teatro. Si aprovecháis para ver el espectáculo y a sus intérpretes, podréis comprobar, también, que la obra puede tener otra lectura y que hace una reflexión semejante a ésta, aunque no en la misma dirección.

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