Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 mayo 2021 - 10:52 pm
Categoría: General

David Barbero
-Digamos, para tener una perspectiva adecuada, que existe la opinión generalizada de que la obra ‘El príncipe constante’, de Pedro Calderón de la Barca, no ha tenido el reconocimiento que requiere su calidad dentro del teatro español del llamado siglo de oro.
-Curiosamente, en cambio, este texto ha sido especialmente valorado en otros países europeos. Ha contado con valedores muy destacados como el alemán Goethe, a principios del siglo XIX; los rusos Meyerhold y Maiakowski, al principio del siglo XX; y el polaco Grotowski, ya en la segunda mitad del siglo pasado.
-Esta calidad se plasma principalmente en la consistencia del personaje protagonista, el infante portugués Fernando, diseñado con una personalidad contundente y ejemplar. Calderón de la Barca sabe evidenciar valoraciones positivas sobre determinadas virtudes humanas. Pone en valor ideas sobre libertad personal, Denuncia las conveniencias o manipulaciones de la política. Muestra una concepción neo estoica de la religión y defiende los planteamientos éticos con todas las consecuencias en el ejercicio del poder. Hay que añadir el mérito añadido de su calidad literaria y la fuerza del texto.
-Esta puesta en escena de la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha tenido, desde el principio, la intención de remediar el descuido existente hacia esta obra. En este sentido, hay que destacar la dirección y versión de Xabier Albertí, un absoluto entusiasta de Calderón y en concreto de de esta obra.
-Su entusiasmo ha llevado a un análisis muy meticuloso del texto y a una potenciación del mismo hasta el punto de que todo el montaje está dirigido hacia él. Se podría decir que la puesta en escena se convierte en un homenaje y se traduce en un recitado reverencial, muy cuidado y positivamente enfatizado, del mismo.
-Para contribuir a ese énfasis sobre la palabra, se limitan los movimientos y en las acciones de los personajes. Se impone la sobriedad en los decorados y en el colorido. En el vestuario, se utilizan ropas de estilo actual, sobre todo los trajes oscuros, lo que colabora en el tono uniforme del espectáculo.
-En el campo de la interpretación, de acuerdo con la idea general del montaje, se presta una atención casi absoluta al recitado y la matización verbal en los diálogos y los monólogos. Se cuida mucho la dicción del verso, que, en determinados momentos, exige gran atención por las dimensiones de los parlamentos y la complejidad sintáctica.
-Se cuenta con un reparto amplio y de calidad. Hasta 14 interpretes. Con nombres muy reconocidos. Arturo Querejeta, Rafael Castejón, Beatriz Arguello, entre muchos destacados. También hay jóvenes muy preparados. Sobre todos ellos, destaca la maestría de Lluís Homar, en el personaje protagonista del infante Fernando.
-Es preciso poner en valor que esta representación ha llegado a Bilbao al poco tiempo de su estreno en Madrid, dado que el teatro Arriaga ha colaborado en esta producción de la Compañía nacional, en unión del teatro Principal de Vitoria y del Teatro Soho de Málaga.

Esta entrada se escribio el Jueves, 6 mayo 6 2021 a las 22:52 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

Dejar un comentario

Esta página web utiliza cookies para mejorar tu visita adaptando la navegación a tus preferencias.
Para seguir navegando tienes que Aceptar las política de cookies. Más información