Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 junio 2021 - 11:15 pm
Categoría: General

David Barbero
-Voy a explicar el título de este comentario por si resulta enigmático. Arnold Schönberg, el compositor de la opera ‘Erwartung’, definió su contenido como ‘el movimiento de un segundo de máxima excitación expandido hasta la media hora’.
-He tenido especial interés en colocar la palabra ‘intensidad’ para referirme al gran impacto emocional que ha producido su representación, esta tarde, en el Teatro Arraiga. La ha protagonizado la soprano Ausvine Stundyte, acompañada por el pianista Andrey Hovrin.
-La califico intencionadamente de representación, aunque se haya presentado en versión concierto. Su cuidada puesta en escena ha conseguido ese gran impacto. Ha ocupado todo el patio de butacas. Como si simbolizara el oscuro bosque en el que la desequilibrada protagonista busca el cadáver de su amante infiel. Mientras, su cerebro no reconoce haber cometido ese crimen.
-Se trata de un intenso monólogo lleno de dramatismo. Es un parlamento cantado sin interrupción con una gran variedad de matices. Esa variedad se muestra en los aspectos musicales. Pero también en el contenido de la acción. Están presentes el amor desesperado, los celos, la pasión desequilibrada. Sobre todo, la locura. La soledad. La desesperación. La inseguridad. El miedo.
-Arnold Schönberg compuso la música en poco más de dos semanas intensas y apasionadas. Introdujo numerosos cambios métricos. Dedicó un tratamiento muy minucioso para la orquesta. Utilizó recursos muy expresivos para la emisión de la voz con variación de estilos. Se considera como uno de los grandes momentos del modernismo.
-Esto sucedía en el año 1909. El compositor se hallaba en lo que llaman su etapa atonal o disonante. Llena de texturas expresionistas. No había llegado todavía a la dodecafonía.
-Antes, había elegido el texto de Marie Pappenheim. En aquel momento, era una joven poeta que estudiaba medicina. Conocía muy bien los análisis psicoanalíticos de Freud sobre la histeria y la capacidad destructiva de la mente para deformar la realidad. Se sabe que el compositor solicitó algunos cambios en el texto. Pero la escritora se negó a realizarlos para preservar la coherencia del drama.
-Especial importancia en el impacto emocional ha tenido el planteamiento escénico y actoral. También la estudiada iluminación y el trabajo del equipo técnico del teatro. En estos campos, se ha notado la hábil mano de su actual director artístico Calixto Bieito. No es la primera vez que convierte un concierto o un recital en un espectáculo integral.
-Hay que reconocer el extraordinario y polivalente trabajo de la soprano lituana Ausvine Stundyte. Tanto en la faceta estrictamente musical, dada la dificultad y complejidad de la composición. Como en la labor interpretativa de actriz. También su valentía en afrontar un texto de tanta dificultad.
. -Hace no mucho tiempo, Ausvine Stundyte ya había dado muestra, en ese mismo escenario, de sus cualidades y su preparación, interpretando ‘Mendi Mendiyan’, también bajo la dirección de Calixto Bieito.
-Es preciso destacar la interpretación al piano de de Andrey Hovrin. Aunque la calidad de la música de Schönberg se pueda apreciar mejor en la gran orquesta para la que fue compuesta.
-En definitiva, ha sido otro momento destacado de este ciclo de ‘Los felices años 20’, que el teatro Arriaga está ofreciendo en colaboración con el Museo Guggenheim.

Esta entrada se escribio el Jueves, 10 junio 10 2021 a las 23:15 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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