Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 diciembre 2025 - 11:55 pm
Categoría: General

David Barbero

-Hay quien piensa que, en el ballet y la danza, se debe atender sólo a los aspectos estéticos. La pieza ‘Paraíso de los negros’ de María Pagés y El Arbi El-Harti demuestra que siendo en ella la estética extraordinariamente muy cuidada, hay además otros aspectos de gran interés junto a ella.

-La obra, que se ha presentado esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao, se nutre de infinidad de fuentes creativas. Ahí están Federico García Lorca, Carl Van Vechten, Léopold Sédar Senghor, o Nina Simone, entre otras personalidades del mundo del arte. Son referencias a artistas que han tratado la ‘negritud’ en sus obras como una base filosófica, emocional y también de reivindicación, con la que ha ido construyéndose este   espectáculo.

Es una obra sobre la continua búsqueda de la felicidad. Explora los límites y las limitaciones humanas que limitan y obstruyen el camino hacia la libertad y el deseo. Consigue adentrar al espectador, en un universo sensorial de luces y sombras, de sonidos y de imágenes. Un mundo donde la nada y el perfección conviven dentro de unos límites del individuo.

A través de la danza, el cante, el texto y la música, es decir a través de todas las artes escénicas, la obra coloca de cara contra el abismo interno del que no nos atrevemos a salir y trascender por miedos o por perezas. También hay catarsis emocional para terminar llegando a la libertad. Este paso se ve y se vive en una escena final de un impacto extraordinario y de una belleza total.  Del vació y las sombras, se pasa a una visión más ferviente y luminosa.

La  figura de María Pagés resulta hipnótica y absorbente, llenando con su única presencia todo el escenario. Todo aquello que se veía comprimido al comienzo de la obra, va saltando por los aires. Toda esa marabunta de emociones,  propias del mundo flamenco, hacen que el público entre en trance con los  movimientos, los sonidos y la palabra.

La última parte del espectáculo ha resultado todavía más poética y conmovedora, en la que la lucha y el conflicto interno da paso a una serenidad, como un nuevo resurgir, como la manera de romper las cadenas, con su caída material de manera totalmente impactante y llena de emoción. Esa sensación final ha dejado un sabor de optimismo y esperanza en relación con nuestra condición humana esencial.

Es preciso y de total justicia destacar los grandes valores en todos los sentidos de María Pagés, como una gran artista. En idea, la dirección, la coreografía, la escenografía y el diseño integral. Junto a ella, como complemento importante en casi todos esos aspectos, hay que citar a El Arbi El Harti, autor también de las letras..

También es de justicia y como reconocimiento citar al resto de integrantes de su compañía. En el cante están Ana Ramón y Cristina Pedrosa. En la guitarra, Rubén Levaniegos. En el chelo, Sergio Menem, En el violín, Graci dce Saz. Y en la percusión, Txema Uriarte.

-En la sesión de esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao, durante toda la representación, se ha producido una manifiesta, palpable, comunicación, reconocida con aplausos reiterados, que al final han sido emocionados y muy prolongados. Además, tras la función, se ha producido un muy gratificante y entrañable coloquio entre la propia María Pagés y una gran parte del público que se ha mantenido en sus butacas.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 diciembre 2025 - 11:45 pm
Categoría: General

David Barbero

-Esta tarde he acudido al teatro campos Elíseos de Bilbao con el propósito de comprobar si esta vez son ciertas las alabanzas que he leído en la documentación previa sobre ‘El cabaret de los hombres perdidos’, ya que no me las suelo creer.

-Después de salir del teatro, acabo de tomar la decisión de no volver a creer en la propaganda ni ser ingenuo con las informaciones previas.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 diciembre 2025 - 12:41 am
Categoría: General

David Barbero

-Tenía ya ganas de ver, por aquí, sobre el escenario a los de Kamikaze Teatro, después de una prolongada ausencia. Así que esta tarde he caminado ‘raudo y veloz’, bajo la lluvia, hasta el Teatro Arriaga de Bilbao para ver ‘La patética’, pieza teatral, producida por esta compañía en unión del Centro  Dramático Nacional; escrita y dirigida por Miguel del Arco, e interpretado por un amplio elenco encabezado por Israel Elejalde. 

-Adelanto mi impresión de que la oportunidad, aplazada, ha sido gratificante por la sensación de haber asistido a una pieza teatral potente, profunda, exagerada, con intenciones rupturistas e innovadoras, trabajada con cuidado, matizada con detalle, intencionadamente disonante, interpretada con precisión y desarrollada artísticamente en todos sus aspectos. Sin tiempo todavía de haber reflexionado sobre ella, cabe una lectura cercana a una sensata, y a la vez cínica, catarsis colectiva,  o balance temporal tanto de grupo como personal.

-Recordadme que, antes de terminar el comentario, ponga un pero.

-El título hace alusión evidente a la famosa Sinfonía Nº 6 de Chaikovski, que además está toda la representación presente sobre el escenario. En esta ficción teatral, su figura constituye una obsesión para el director de orquesta interpretado por Israel Elejalde. A caballo entre la comedia y la tragedia, entre la ironía y la intención crítica, sufre una enfermedad mortal y está metido en la grabación de una nueva versión de la pieza de Chaikovski, que, como él, era también homosexual y, por tanto, comparte las mismas presiones familiares, sociales y mediáticas.

El tema de la muerte, mirado desde muy diferentes prismas, se convierte en motivo reiterado de reflexión. Tragedia y comedia se funden en ‘La Patética’ ante un tema como el de la muerte. Bebe tanto de la realidad como de la ficción, de la burla como de admiración. A la vez se reflexiona, se ridiculiza, se imita  y se vive entre la música, la filosofía, la política y la muerte. La concepción del arte en relación a la inmortalidad o no a la posteridad, la hipocresía ideológica, la vulnerabilidad del creador ante la crítica son algunos de los temas que toca.

-Ya se ha hecho alusión a que  Miguel del Arco se responsabiliza de la autoría y de la dirección escénica. Quizá se le nota mejor mano en lo segundo que en lo primero. Y en ello con un notable mérito. Recordadme después lo del pero posterior, aunque el equilibrio entre lo cómico y lo trágico ya está en el texto. Ah! No hay que olvidarse de la escenografía de Paco Azorín . Ayuda a que la acción se desarrolle con el ritmo que necesita.

-En lo que hay unanimidad absoluta es en la gran calidad y el gran mérito de la interpretación. Sería difícil encontrar el menor reproche. Y eso a pesar de que tanto la acción como la caracterización de los personajes es muy especial y de gran exigencia para todos ellos. Ahí van los nombres como reconocimiento. Junto al protagonista Israel Elejalde . Hay que citar a Jesús Noguero, Jimmy Castro, Francisco Reyes, Inma Cuevas, Juan Paños Y Manuel Pico. ¡Muy destacado trabajo individual y de conjunto!.

-Es el momento del ‘pero’. La duración excesiva y las dimensiones estiradas de una buena parte de las escenas. A pesar de ello, algunas de ellas son memorables. Pero me voy a meter donde no me llaman. Creo que si Miguel del Arco, como director, recibe este texto sin estar escrito por él, habría utilizado bastante las tijeras.

-Como conclusión, es de justicia dejar claro, y reiterarlo, el reconocimiento, el cuidado, valentía, y la calidad de esta muestra escénica realizada en todos los aspectos, incluyendo la manifiesta intención de avanzar por caminos poco transitados.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 noviembre 2025 - 1:18 am
Categoría: General

David Barbero

-He acudido esta tarde al centro cultural Muxikebarri de Getxo con gran curiosidad por ver la pieza teatral titulada ‘Vulcano’ principalmente por conocer mejor a su autora, Victoria Szpunberg, de cuyas obras anteriores tengo muy buena opinión. Especialmente de ‘Imperativo categórico’ que también la dirigía ella.

-Asimismo, ha influido en mi interés saber que la acción se mueve en el mundo del periodismo, que es también mi profesión. Y una de mis preocupaciones por los caminos que se ve obligado a transitar. Había, por lo menos, un tercer motivo para esta curiosidad. He conocido que en el origen de esta escritura está el impacto plástico del cuadro ‘La fragua de Vulcano’ de Velázquez. Es éste un punto que me estimula personalmente.

       -Sin hacer spoiler, situaré la acción. Está promovida por dos jóvenes periodistas que hacen un reportaje audiovisual sobre una muerte poco aclarada informativamente. La fábula de Szpunbergpresenta a cinco personajes un tanto controvertidos y quizá matizados intencionadamente con brocha gorda. Manuel y sus dos hijos, Inés y Manu. El padre dice padecer una lesión en la columna desde hace años que saca exageradamente a colación como si de una herida de guerra se tratase. Inés, irascible, asegura que no quiere ser manipulada y que es una apasionada del arte, aspirando a trabajar en el museo del Prado, para justificar el título de la obra. Manu parece la parte más débil de la familia, aunque tiene una personalidad llena de complejidades. La llegada de Adriana, una reportera de televisión, y Eliseo, un cámara, que tratan de ‘informar’ sobre cuanto aconteció, con motivaciones extraperiodísticas, provoca un vendaval en la familia, que también pretende deformar los hechos.El tono de la historia se sitúa entre el drama y la comedia, con límites no siempre precisos. Y más, si se añaden consideraciones o alusiones morales. Esta falta de concreción en los parlamentos tampoco recibe claridad en la dirección escénica, responsabilidad de la reconocida Andrea Jiménez.  La interpretación, en consecuencia camina por los mismos caminos.  En ella aparecen los nombres de Pilar Bergés, Iván López Oreta , Albert Ribaltao Macarena Sanz. Hay que citar aparte a Eneko Sagardoy, que da a su complicado personaje una entidad mayor. En el terreno periodístico queda clara la manipulación de los hechos y la búsqueda del lado morboso de los acontecimientos por encima de la búsqueda de la verdad. Escénicamente, los hechos son narrados en varios frentes simultáneos, inspirándose en los colores, en las texturas y en la composición de ‘La fragua de Vulcano’ de Velázquez. Las imágenes captadas en directo por el cámara son proyectadas de modo interesante e ilustrativo.El resultado es un atractivo montaje teatral en el que los mimbres están enlazados, de un modo quizá exagerado, para mostrar un retrato de la sociedad actual en varios de sus aspectos.Finalmente, hay que reconocer que el público ha sido abundante hoy en el Centro Muxikebarri y que ha aplaudido calurosamente.  
Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 noviembre 2025 - 12:18 am
Categoría: General

David Barbero

-!Qué exigentes son los textos de Federico García Lorca! ¡Cuántos riesgos se asumen al ‘meterse’ con ellos!

-La obra que se ha presentado esta tarde en el teatro Arriaga con el título de ‘El jardín de las posibilidades’ tiene una relación directa con la vida, la personalidad y la obra de Federico García Lorca, aunque se trate desde un punto de vista algo colateral.

-Es un espectáculo basado en la adaptación teatral de ‘Suites’, el poemario que Lorca escribió entre 1920 y 1923 y fue publicado a en Francia mucho después de su muerte, con más de seis décadas de retraso. Pone el énfasis en una faceta íntima y experimental del escritor malagueño en la que el lirismo, la musicalidad y la imagen poética alcanzan una delicadeza muy especial a la vez que nos presenta a una persona relacionada con él, a la que no se había dado importancia hasta ahora.

Se destaca a Emilia Llanos, una mujer enamorada del poeta desde joven y que vivió de una manera muy especial las distintas etapas de su vida. Su tratamiento en la obra también tiene un tono cuidado además de estar rodeada de una evidente intención lírica. Cuatro actrices diferentes interpretan su figura en las diferentes etapas. Eva Barón es Emilia a los treinta y pocos años, como una alegre y soñadora joven que conoce a Federico y se enamora de él. Lydia Casares la encarna cuando ya tiene cincuenta. Está aterrorizada por la guerra. Se ofrece para ayudar. Pero no logra hacerlo. Es quien presencia el asesinato del poeta. Cuando llega a los setenta años, es interpretada por Patricia Cercas. De manera valiente y decidida investiga esa muerte violenta. Y la actriz Belén Galarza da vida a Emilia con ochenta años. Participa también otra actriz, Julia Vargas, que tiene un rol diferente encarnando al jardinero.

El autor de este libreto es Carlos Troyano. Ha escrito un texto cargado con un evidente propósito de acercarse al lirismo lorquiano. Ha sido  puesto en escena, bajo la dirección de Anabel Diez. La escenografía la firma Óscar del Val, con tonos coloristas atractivos. El vestuario es responsabilidad de Trinidad Cestelo.

García Lorca dice en esos poemas que conoce un lugar maravilloso llamado el jardín de las posibilidades, que da el título a esta adaptación teatral. Allí habitan los amores que nunca fueron, los hijos que no nacieron y las decisiones que nunca llegaron a ser  tomadas. Para llegar a esa misteriosa tierra, es preciso vencer a una peligrosa fiera: el dragón del sentido común.

De esa manera, ‘El jardín de las posibilidades’ pone el énfasis en la amistad, la memoria y el poder del arte frente al silencio y la pérdida. A través de una atmósfera poética y emocional, se reconstruye la relación admirativa de Emilia Llanos hacia el poeta, que iluminó su vida y marcó su destino.

En la adaptación, Emilia conversa con las sombras del pasado, con las voces que habitan su memoria y con la necesidad de comprender qué significa sobrevivir al olvido.

Al comienzo de este comentario, he expuesto mi opinión sobre las muchas exigencias que, a mi juicio,  presentan los textos de García Loca y los riesgos que se corren al ‘meterse’ con ellos.

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