David Barbero
-He acudido esta tarde con gran curiosidad al Teatro Barakaldo a ver la obra titulada ‘Un sublime error’ y me ha parecido de gran interés. Ése es el resumen, un poco ampliado,
-Tenía algunos conocimientos teóricos, muy favorables, sobre el dramaturgo y director de escena, el belga Jan Lauwers, uno de los referentes europeos del llamado teatro posdramático. Tenía también referencias positivas sobre el interprete, Gonzalo Cunill. Argentino de origen, y residente en Barcelona. Pero no recordaba haber visto sus trabajos. Así que me ha resultado una espléndida oportunidad esta representación que ha tenido lugar en el teatro Barakaldo.
La obra es presentada como una performance que profundiza en las intensas relaciones vitales y de amistad de tres personajes, dos hombres y una mujer. Uno de los cuales cuenta su propia muerte, cuando su cadáver está ahí presente, encima de una mesa de cristal llena de una delicada y deslumbrante cristalería, tan bella y tan frágil como la propia amistad. Los otros dos personajes, también están presentes y son interpretados asimismo por el mismo Gonzalo Cunill.
Recurre a varios métodos de implicar al público hasta el punto de hacer subir al escenario a tres espectadores e interactuar con varios más. Ofrece tres retratos que forman parte de las primeras piezas teatrales de Lauwers y de las amistades que ha ido generando a lo largo de su carrera escénica. Muestra la desesperación de un artista que no ha logrado ser tan frío como el hielo a la hora de crear, pero que, una y otra vez, siente la necesidad de ser amado. La misma necesidad de sonreír y sentirse bien. Ser feliz. Es el retrato íntimo de un hombre que mira el mundo con asombro y no logra entender por qué incluso él es parte de todo ello, que termina calificando de ‘un sublime error’..
Las tres voces que aparecen son las de dos hombres (llamados Álex y Gonzalo) y una mujer (Christine). Cada uno de los personajes tiene una forma distinta de ver la vida. Mientras Álex está cabreado y es pesimista, Gonzalo es el más optimista de los tres, a pesar de que es el personaje muerto. En cambio, Christine, más lista, les mira de manera sorprendente. Quizá la intención de su creador era hacer que ella fuera el verdadero poder de la propuesta y, en última instancia, hacer un juego de identidades: Se puede añadir sin riesgo de no cometer spoiler que son tres personajes, pero puede ser una sola persona. Nada más y nada menos.
De estas explicaciones mías titubeantes, se puede deducir que el planteamiento dramático no es precisamente naturalista, ni parte del esquema aristotélico del planteamiento, nudo y desenlace. Parte de esquemas surrealistas para superar la lógica racional. Incapaz de abarcar todos los elementos que se hallan dentro de cualquier realidad.
Sobre la compañía, se puede informar que Needcompany fue creada hace ya casi cuatro décadas por Jan Lauwers y Grace Ellen Barkey, con sede en Bélgica. Desde entonces, ha recorrido los escenarios más destacados del mundo con propuestas de teatro, danza, artes escénicas, artes visuales y escritura.
Jan Lauwers es un destacado artista belga (re)conocido por su multifacética carrera como director de teatro, coreógrafo, artista visual y cineasta. Nacido en Amberes en 1957, Es uno de los nombres más influyentes en el teatro contemporáneo europeo. Se ha ganado una sólida reputación internacional por su enfoque innovador y experimental en las artes escénicas. Por su estilo experimental y su capacidad para fusionar diferentes disciplinas artísticas en sus obras. Sus producciones, como la de hoy, abordan temas como la identidad, la memoria, el amor, la guerra y la condición humana.
Por mi parte, ha constituido una muy interesante ocasión para conocer de modo directo su atractivo e innovador trabajo en la escritura y la dirección escénica. No soy quién para dar ningún consejo o recomendación. Pero si alguien se lo ha perdido y desea remediarlo, le diría que esté atento a enterarse dónde se representa de nuevo ‘Un sublime error’. Lo digo porque me ha dado pena comprobar que muy pocos sanamente ‘curiosos’ han aprovechado la oportunidad que nos ha ofrecido el Teatro Barakaldo.