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David Barbero
-Voy a ampliar, desde el principio lo expresado en el título de este comentario. He puesto ‘extraordinario tratamiento’. Tenía que haberlo puesto en plural. En esa valoración, me refiero, por una parte, al tratamiento del tema, del contenido, del complicado asunto de ‘lo trans’ con todas sus implicaciones. También aplico ese reconocimiento a la interpretación. Asimismo re refiero al tratamiento escénico. Por lo tanto, ya me quito el sombrero en reconocimiento y en honor de María Goiricelaya y de Gema Matarranz. O de Gema Matarranz y María Goiricelaya.
-Ahora me tengo que situar en el espacio y en el tiempo. Esta tarde he estado presenciando, en el Azkuna Zentroa de Bilbao, el estreno de la obra de teatro Titulada ‘Dysphoria’, interpretada por Gema Mararranz, Escrita y dirigida por María Goiricerlaya. He dicho obra de teatro, aunque interviene una sola intérprete. No se debe decir que sea un monólogo. Intervienen numerosos personales y quedan muy bien descritos. Esa es una de sus riquezas y variedad.
-Debo continuar, lógicamente, con la definición de Dysphoria, ya que es el título de la obra. Habitualmente se suele escribir como disforia. Es lo contrario de la euforia. Se caracteriza por la acumulación de emociones negativas. Acumula tristeza, ansiedad, irritabilidad. Inquietud en incluso se acerca a la depresión. En la obra se refiere al sentimiento, o en plural los sentimientos, que desarrollan las muchas personas que se ven afectas en el proceso de cambio de sexo.
-Es una creación escénica de la compañía teatral Histrión. Se ha llevado a cabo a través de una residencia en el citado centro bilbaíno de experimentación artística. Por lo visto hoy sobre el escenario, el proceso ha tenido ser intenso, profundo, detenido, cuidado, polifacético, abierto, honesto, sincero y con muchos adjetivos más.
-El tratamiento ha surgido por el detonante de los recientes casos acontecidos para revisar el conocimiento y las diferentes respuestas que es capaz de ofrecer la sociedad ante estas situaciones. El texto expone el vacío legal, la preocupación social y el sufrimiento que casos relacionados con la violencia de género generan a sus afectados. También hay que utilizar el plural. Los vacíos existentes, las violencias de género. Las muchas implicaciones, las incomprensiones, los rechazos. Ha sido definida como «un grito, un tour de forcé necesario en una sociedad en la que los vacíos legales de la reciente Ley Trans demandan nuevas soluciones urgentes en todos los ámbitos».
-Deseo reiterar el meticuloso trabajo realizado en la dramaturgia sobre este tema con tantos marices e implicaciones. También la muy trabajada puesta en escena, con la multiplicidad de voces y personajes intervinientes. Los cambios instantáneos. Y la interpretación por una sola actriz de todos esos cambios, esos giros, esas transformaciones, los tonos de voz, las expresiones, los gestos. Todo. .
-La compañía Histrión está celebrando su 30 aniversario con el estreno de este arriesgado monólogo de teatro documental que reta al público a cuestionarse sus propios paradigmas y prejuicios, desde el respeto a la diversidad.
-Es un trabajo que nos lleva a cuestionar nuestros planteamientos y prejuicios. Revuelve las entrañas mentales y físicas. Es un detonador que nos obliga a pensar en cómo opera las sociedad, las personas, la justicia en un mundo construido para que los derechos y libertades no sean iguales y justos.
-Los muchos personajes protagonistas, interpretados todos por Gema Matarranz se hallan en momento crucial, porque todos son afectados. La madre, la hija/o de dieciséis años que acaba de confesarle que ya no será más Alejandra, será quien realmente es: Alex. La terapia, los grupos de sensibilización, las diferentes gestiones no son suficientes para aceptar el hecho de que su hija ya no será más su hija y la negación, la resistencia y la frustración se abren paso desde el dolor que provoca.
-El gran giro personal, social y judicial que se produce cuando la policía llega con la acusación de abuso sexual. Esa situación lleva a la madre a una frenética carrera para intentar comprender a su hijo y protegerle frente a todo aquello que quiere arrinconarle, destruirle y robarle su identidad y sus derechos. ¡Ah! Y la contundente reacción final.
-Yo ya he dicho más arriba que me había quitado el sombrero en reconocimiento a las creadoras de este trabajo. Sigo sin él.