Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 octubre 2017 - 10:39 am
Categoría: General

David Barbero

-Cuando regresábamos a casa tras disfrutar del primer estreno de ‘Buñuel’ en Pabellón 6 de Bilbao, hicimos el ejercicio de intentar definir el espectáculo y colocarlo en las categorías escénicas establecidas. Nos resultó difícil. Habría que introducir criterios no habituales como el collage, el retrato surrealista, la reflexión escenificada, la recuperación y acercamiento en el tiempo. Concluimos que esa dificultad para definirlo era una muestra de su riqueza y su variedad.
-Demos las coordenadas para saber de qué estamos hablando. El espectáculo que vimos tiene como responsable principal a Ramón Barea, que asume las tareas de la dramaturgia y la dirección. En nuestra conversación posterior, incidimos en el mérito de este trabajo. El destacado director de cine es sin duda un personaje muy conocido. Pero su rastro bibliográfico o testimonial es muy reducido. Fue una persona discreta, incluso reservada. Apenas se puede contar con su autobiográfica, algunas entrevistas, los testimonios del su escritor cercano Max Aub, los de su biógrafo Jean Claude Carriere y los de su esposa Jeanne Rucar.
-Con esos mimbres, Barea ha construido una semblanza surrealista que logra captar su autentica personalidad y su figura con más exactitud que una biografía llena de citas, datos y precisiones académicas. Se le refleja como auténticamente fue y como previsiblemente sigue siendo en esa estratosfera vaporosa, escéptica y delirante en la que se habrá instalado intencionadamente.
-Otra buena dosis de la responsabilidad de recrear al cineasta aragonés, universal, contradictorio y coherente a la vez, además de sordo en su vida terrenal, ha sido asumida por los tres intérpretes con su trabajada y meticulosa labor.
-Getari Etxegarai encarna al espectro de Don Luis y también a su esposa Jeanne convertida en su alter ego. Demuestra así una variedad de registros extraordinaria y una muy estimable capacidad de comunicación emocional.
-Irene Bau asume un complicadísimo, por rico y variado, personaje. Debe dar, sucesivamente e incluso a la vez, un tono simbólico y otro realista. Su personaje, o en plural, ha de ser etéreo y cotidiano o esperpéntico y amable, en constante recreación de sí mismo y su diferencia.
-Mikel Losada, por contraste, debe hacer el contenido papel de la realidad investigadora. Desea entender racionalmente al personaje para completar su estudio y a la vez queda sorprendido por lo que descubre.
-Otro responsable destacado es Naiel Ibarrola. Su creación musical y su ejecución en directo ante el público expectante se convirtieron en un elemento esencial para la reconstrucción de este poliedro de numerosas caras cambiantes.
-Sería injusto no valorar la contribución que Eduardo Berja y Leire Juan realizan con las aportaciones audiovisuales y el video. Sin ellas, el rompecabezas surrealista no podría completarse.
-¡Ah! Debes explicar eso que has dicho al principio de que es el primer estreno de este espectáculo. Has de señalar que dentro de unas semanas se incluirá en la programación habitual del Pabellón 6.
-Un mínimo apunte crítico con los colores del fondo y las letras del programa de mano. Sin duda, hay que cuidar la estética. Pero también debería facilitarse la capacidad de ser leído incluso a media luz.

Esta entrada se escribio el Miércoles, 25 octubre 25 2017 a las 10:39 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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