Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 7 noviembre 2019 - 11:16 am
Categoría: General

David Barbero

-Podéis comprobar que no he utilizado la expresión ‘teatro comercial’. Tiene demasiadas connotaciones peyorativas. Parto de que todo teatro bien hecho merece el mismo respeto.
-Había visto ya en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao las representaciones anteriores de ‘Escenas de la vida conyugal’ por Ricardo Darín. Pero no resistí ayer la tentación de analizar de nuevo lo que creo que es la formula o el planteamiento que este actor argentino tiene para ese tipo de teatro.
-Es un planteamiento diferente, por lo menos en matices, al de otros grandes actores españoles. Podemos citar a José María Pou, Carlos Hipólito, Emilio Gutiérrez Caba, Nuria Espert, Imanol Arias… Sin que eso me lleve en este momento a establecer comparaciones. Claro. Ya sabemos que Darín tiene una trayectoria más cinematográfica que teatral. Y que la carrera teatral la ha desarrollado más en Argentina que aquí.
-Por lo observado en las diferentes etapas de exhibición de esta obra de Ingmar Bergman, las características de su planteamiento son: Elegir un texto de prestigio. No absolutamente moderno ni experimental. Tampoco clásico. De calidad. Que permita demostrar sus cualidades interpretativas.
-Va a escenario limpio. Sin decorados. Algunos muebles de atrezo. Muy limpiamente movidos. Las luces muy cuidadas. Vestuario eficaz.
-El énfasis lo pone en la interpretación. Nada de aparatosidad ni excesos. Precisión y contención. Pocos movimientos, pero muy medidos. Da mucha importancia a la voz. Los matices. Las entonaciones. Las frases muy bien colocadas. Sobre todo, muy pensados los golpes que pueden provocar humor o ironía.
-Hay que cuidar mucho también las cualidades interpretativas a la hora de elegir partenaire. Lo importante no es su belleza escultural. Calidad. Las réplicas de igual a igual. No pretender lucir más en la comparación.
-La dirección escénica no debe ir encaminada al lucimiento ni la aparatosidad. Eficacia y rigor. Sin tiempos muertos.
-Por descontado que en este tipo de teatro, la popularidad del intérprete principal es algo fundamental. Y Ricardo Darín la tiene. Tampoco se prodiga sobre los escenarios. Hay que dosificarse.
-De esa manera, no debe extrañar que ayer, a pesar de ser un miércoles laboral, el teatro estuviera lleno. Y que el coste de las entradas no fuera un inconveniente. El público mantuvo la atención toda la obra. Los aplausos finales fueron largos. Una gran parte de lo asistentes se puso de pie.

Esta entrada se escribio el Jueves, 7 noviembre 7 2019 a las 11:16 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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