Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 enero 2020 - 1:16 pm
Categoría: General

David Barbero

-Ayer me dijiste que, antes de ir tú hoy al Teatro Arriaga de Bilbao a ver ‘Las cosas que sé que son verdad’, deseabas conocer mi impresión sobre el estreno.
-Con el título de este comentario, he pretendido sintetizar esa impresión mía. Tuve la evidencia de que la pieza ha sido elaborada ‘a fuego muy lento’; con cuidado y meticulosidad; en un ambiente de gran complicidad entre todos los integrantes del grupo; con una manera de afrontar el teatro diferente de la habitual.
-Con esa última frase, quiero referirme a que no se trata de narrar una historia sobre el escenario con sus correspondientes planteamiento, nudo y desenlace. Aunque esto no se desdeñe.
-Se trata de realizar un análisis profundo, quizá a través de un microscopio emocional, de alta intensidad, sobre un instante muy representativo en la vida de unas personas.
-Ese instante puede ser un año o completarse en varios momentos, no siempre previstos pero sí sufridos. Está tan bien elegido y tan minuciosamente analizado que se puede convertir en toda una vida. Sintetizarla en lo esencial. En las cosas que son verdad y las que no lo son. En circunstancias que pueden vivirse como dramas. Y en reacciones que, bien lanzadas, pueden provocar la risa e incluso la carcajada.
-Estas personas, cuyo instante es analizado al microscopio, pertenecen a un grupo familiar. A los lazos de parentesco se les da importancia. Para bien y para mal. La familia es la organización más duradera a lo largo de la historia. Pero se afina más el foco sobre cada uno de los miembros.
-En esta elección de individuos, hay que destacar la variada, profunda y compleja, – en el buen sentido y en el malo -, caracterización de cada uno. Su situación problemática y, sobre todo, la manera de vivirla. Todos son ejemplares. También en los diferentes sentidos de esta palabra.
-A lo largo de la obra, se va acumulando la intriga y el interés en los espectadores. No ya por saber cómo se resuelve el conflicto planteado. Por la evidencia del mismo conflicto personalizado.
-El conflicto no está sólo personalizado en cada uno de los personajes analizados con la lente del teleobjetivo. La introspección se contagia a los ‘voyeurs’del patio de butacas y provoca su propio auto análisis.
-Para completar mi impresión, debo aludir a los efectos emocionales que se logran con los símbolos del jardín, más claustrofóbico que expansivo; del albor colgado, en lugar de estar enraizado en la tierra; de las ropas; de los colores…
-No sé si he logrado comunicarte la intensa vivencia que me produjo ayer esa introspección teatral para descubrir ‘Las cosas que sé que son verdad’.
-Ahora debo decirte que estoy yo también muy interesado en saber cuál es hoy tu impresión. Hay síntomas para pensar que cada espectador lo ‘vive’ de una manera. Como los personajes. Y que la ‘verdad’ no es la misma para todos.
-¡No dejes de descubrirlo!

Esta entrada se escribio el Viernes, 10 enero 10 2020 a las 13:16 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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