Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 octubre 2019 - 11:21 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer asistí al estreno, en el teatro Arriaga, del espectáculo de danza contemporánea ‘Gorpuztu’.
-Me sorprendió, positivamente, que sus creadoras definieran su contenido asegurando que es ‘la búsqueda del equilibrio’. Me sorprendí concretamente de que se definieran. En danza contemporánea, es más frecuente huir de definiciones. Se suele negar que las piezas tengan significado concreto, que cuenten historias o deseen transmitir ideas determinadas.
-Estas creadoras, mayoritariamente en femenino, añaden que es una ‘lucha por silenciar el ruido, aligerar la carga y la culpa o por encontrar un lugar donde el animal duerma tranquilo’.
-Así, pude comenzar el espectáculo con mucha más información de lo habitual en estos casos. Incluso la poca luz del patio de butacas contribuyó a crear un rico espíritu de recogimiento interior.
-Desde la primera imagen que aparece sobre el escenario, se recibe esa misma sensación. Todos los elementos visuales y sonoros contribuyen a introducirte en ese mundo buscado, equilibrado, sereno, rico en vida interior, con energía unas veces, quieto en otras. Sucesivamente, te ves dominado por la curiosidad, por el deseo y por la quietud. Te sientes contagiado de esa búsqueda, de esa construcción y deconstrucción del cuerpo a que alude el título.
-Para que eso suceda, sobre el escenario se intercala, se une y se fusiona todo un conjunto de elementos artísticos, diversos pero muy bien combinados. De distinta procedencia, pero con un destino común. Sin un significado explícito, pero con una comunicación inmediata.
-Todos esos materiales, los físicos y los inasibles, incluidos los textos hablados, están muy cuidadosamente configurados y dirigidos. Con ellos, la pieza, superando la danza contemporánea, llega a convertirse en un espectáculo total e integrador.
-Eva Guerrero, responsable de la creación y los textos, da un paso muy notable en su actividad artística. Demuestra estar logrando una notable madurez artística, una fina creatividad de mundos sorprendentes y una destacada capacidad para comunicar sentimientos.
-A su lado, es preciso destacar muy especialmente al cuarteto, todo mujeres, responsable de la composición y la interpretación musical. Marca el tono de la pieza, establece el ritmo. Sorprende. Provoca emociones sucesivas. Reclama atención. Te lleva y te trae. Hay que citar sus nombres con especial reconocimiento: Yolanda Bustillo, Cristina Samaniego, Nerea Alberdi y Carla Sevilla.
-Garazi López Armentia, como intérprete, tiene una labor muy difícil y la supera con absoluta seguridad. Su expresividad, sus variaciones de registro y sus cambios de ritmo confirman su desarrollo como bailarina firme y consistente.
-No funcionaría esta pieza de relojería artística sin el perfecto engranaje al que contribuyen los responsables de una escenografía austera en los elementos, pero muy generosa en significados. Arantza Heredia ha creado una iluminación viva y precisa. Azegiñe Urigoitia, en el vestuario, va en la misma dirección. Lo mismo se puede decir de las asistencias de Judit Ruiz y de Aritz Aresti.
-En esa breve referencia, se han repetido palabras como sorpresa positiva, emociones, novedad, diferencia, detalle, cuidado, comunicación artística, energía… No es casualidad. Este trabajo las contiene y las comunica bella y eficazmente.

Esta entrada se escribio el Jueves, 10 octubre 10 2019 a las 11:21 am. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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