Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 27 enero 2019 - 12:02 pm
Categoría: General

David Barbero
-Ayer al salir del teatro, alguien, una joven espectadora, me preguntó: ¿Qué tiene que ver ‘Tío Vania’ con ‘La mujer espía’?
-Con esa segunda expresión, se refería al título de la obra ‘Espía a una mujer que se mata’.
-Esto sucedió en el Teatro Social de Basauri. Allí se representó ayer por la noche una obra con ese título. El texto y la dirección las firma el argentino Daniel Veronese. Pero, desde el mismo programa de mano, se advierte la procedencia: ‘A partir de Tío Vania de Anton Chejov’.
-Digamos que el teatro estaba especialmente lleno. Y que el público, tras escuchar la pieza con mucha atención, aplaudió mucho.
-Alguien opinaba que la mayoría del público había acudido, como siempre, por la fama de los actores y actrices a través de la televisión. Pero hay que reconocer que este tipo de teatro con connotaciones literarias cada vez tiene más seguidores.
-No te desvíes de lo de Tío Vania y la mujer espía.
-A ver si sé explicarlo. La técnica de Veronese es la siguiente: Desnuda a los personajes, metafóricamente hablando. Les quita todas las connotaciones del autor. También desnuda la acción. Y el espacio escénico. Y hasta el tiempo dramático.
-No sé si la palabra adecuada es desnudar o desestructurar o deconstruir. Él dice también como metáfora: ‘En nuestra versión, no habrá vestimentas teatrales, ni ritmos bucólicos, ni rastros de tiempo campestre’. Añade: ’Queremos llegar a la expresión mínima,’.
-¡Bueno! Después de haberlos ‘desnudados’, los vuelve a reconstruir como los propios intérpretes. Y les encarga a éstos que hagan, a su imagen y semejanza, lo que había propuesto Chejov.
-¿Tú crees que es así?
-Muchos piensan que es la forma más actual y más eficaz de presentar ahora a los clásicos, incluso a los clásicos modernos.
-Para los actores es un ejercicio interpretativo muy interesante.
-Además, se contagian de esas connotaciones intelectuales, después de terminar una serie televisiva.
-Otros opinan, en cambio, que Chejov lo hacía mejor.
-Pienso que habría que hacer una alusión a ‘Las criadas’ de Genet.
-No sé, amiga, si he contestado a tu pregunta.
-¡Yo creo que te has metido en un jardín!
-De todos modos, bienvenido sea Veronese que nos hace debatir sobre teatro.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 26 enero 2019 - 6:18 pm
Categoría: General

David Barbero
-Pido disculpas por empezar con una referencia personal. Tengo abierta en el ordenador una carpeta sobre la continuación de ‘Casa de muñecas’ de Henryk Ibsen. No termino de cerrarla como desearía. Comencé con el proyecto de escribir una ‘secuela’ de esta obra hace tiempo. Pero me he liado con su desarrollo y su conclusión. Así que la he colocado entre paréntesis y me he puesto a otras cosas.
-Con esta introducción, es comprensible que ayer fuera con mucho interés al Teatro Serantes de Santurtzi. Allí presentaban la pieza teatral titulada ‘La vuelta de Nora’. Y añadían el subtítulo de ‘Casa de muñecas 2’ para que el propósito quedara claro a todos. Se trata exactamente del mismo proyecto que he dejado entre paréntesis.
-El autor es Lucas Hnath. La dirección es del prestigioso Andrés Lima. Los intérpretes principales son Aitana Sánchez Gijón y Roberto Enríquez. Están acompañados de María Isabel Díaz lago y Elena Rivera.
-Lucas Hnath es un autor norteamericano relativamente joven, emergente y bastante premiado en los últimos tiempos. Estrenó esta obra en Nueva York hace casi dos años. Ha tenido con ella un éxito muy destacado, Tanto de crítica como de público.
-Adelantaré que reconozco, desde el principio, los méritos de la obra y del autor. Ha sabido llevar a cabo la secuela de una obra tan importante y tan polémica como ‘Casa de muñecas’. Cosa que yo, desde luego, no he sabido hacer.
-Seguramente la clave de este logro ha estado en dar la vuelta al argumento sobre la obra original y sus personajes, en lugar de poner el énfasis en la vida posterior al portazo. Lucas Hnath tiene la habilidad de hacer volver a la protagonista quince años después. Se inventa una necesidad surgida de lo que entonces había sucedido. Esa necesidad y esa dependencia permiten poner en cuestión el planteamiento inicial de Ibsen y polemizar sobre las relaciones entre los personajes originales.
-A partir de ese planteamiento, puede haber discrepancia de pareceres sobre la manera de llevar el enfrentamiento entre los protagonistas. Algunos pensarán que es una obra demasiado discursiva. Incluso se puede dudar sobre si el punto de referencia se sitúa en el momento actual, al que pertenecen los espectadores, o si se queda en quince años después de Ibsen, muy alejado de la actualidad.
-También se puede pensar que el montaje se ha planteado con el ‘prejuicio’, en sentido literal no despectivo, de que la situación de la mujer no ha cambiado ‘nada o casi nada’ desde entonces. Eso se señala ya en el programa de mano firmado por el director y, de esa manera, se adelanta el resultado final de la obra.
-De todos modos, estos detalles no restan meritos a los implicados en el proyecto. Del autor, ya ha quedado destacada su habilidad. A Andrés Lima, como director, hay que reconocerle el trabajo escénico de encerrar a los personajes en una caja claustrofóbica. Abre simbólicamente las ventanas para dejar ver el ambiente exterior y favorecer la presión. También hay que atribuirle su influencia en que los actores estén en tensión continua, una veces contenida y otras en ebullición. Los intérpretes, los cuatro, matizan sus papeles para meter a los espectadores en la intriga y en la polémica deseada.
-Así que bienvenida sea esta debatida ‘vuelta de Nora’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 enero 2019 - 12:41 pm
Categoría: General

David Barbero
-Aclaración previa. No tengo un criterio definido sobre si es mejor acudir a las obras de teatro con la mínima información para dejarse sorprender o si merece la pena ir muy documentado con el fin de percibir todos los detalles con mayor claridad. Unas veces, acudo abierto y, otras, informado.
-Ayer tuve especial interés en enterarse de todo lo posible sobre la propuesta de la obra titulada ‘Galerna’ y sobre su muy joven autora, Tamara Gutiérrez.
-Sobre ella, me impresionó lo mucho que ha aprovechado sus todavía pocos años; la intensidad y variedad de sus estudios; la multitud de sus experiencias y prácticas; la amplitud de sus horizontes; la sana y valiente ingenuidad de sus aspiraciones, así como la complejidad y generalidad de sus planteamientos.
-Sobre la visión de esta obra por la propia autora, anoté el punto de partida sobre los suicidios de los jóvenes; la concepción de la familia como laboratorio de personalidades y frustraciones; la representación del grupo familiar como símbolo del mundo; la importancia de los cuentos, sobre todo de los no leídos; el contagio de los súper héroes y la fascinación por vivir otras vidas imaginadas con escasa madurez.
-Todo eso me despertó un gran interés para asistir ayer, al estreno de ‘Galerna’ en el Teatro Arriaga de Bilbao, dentro del ciclo de Nuevas Dramaturgias. Así que me apresuré para poder colocarme en la primera fila y percibir con más inmediatez la representación.
-Me resultó muy gratificante no sólo contemplar tan de cerca el mundo fantástico de los integrantes de esa familia representativa. Me vi metido en él y llegué a formar parte del mismo. Ahí estaba el intento de Tamara Gutiérrez de concebir la representación teatral como una epifanía, como evocación, como acción emancipadora o redentora, en un tono poético, buscando que cada palabra o cada expresión tuvieran más valor que su significado inmediato.
-Se puede decir que también se percibía una desbordada precipitación juvenil para querer decirlo todo o un deseo de colocar la subjetividad propia completa, o una tendencia a la generalización, o algunas afirmaciones demasiado absolutas. Pero se podía entender todo eso como parte del encanto.
-En el logro de la fascinación sobre el escenario, hay que situar la labor de Ramón Barea, como director del espectáculo. Estaba presente su cuidado de los detalles, las matizaciones, los silencios y las expresiones agresivas. También, los saltos simbólicos, las carreras, las contenciones y los temblores significativos.
-No menos decisivo es el trabajo y la entrega de los cinco intérpretes. Los veteranos Vene Herrero y Jon Ariño. Los jóvenes emergentes Nahikari Rodríguez, Xabier Barrutia y Yeray Vázquez.
-Especial alusión hay que hacer a las creaciones en los espacios sonoro y visual. Por ahí, andaba la mano de Naiel Ibarrola y otros compañeros. No hay que olvidar la originalidad del atrezzo ni la importancia de las proyecciones.
-Dado que la primera visión de esta joven ‘Galerna’ me ha sido de tanto interés, acumulo toda la información y los impactos emocionales recibidos, para aumentarlos en próximas visiones, cuando se reestrene en Pabellón 6.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 enero 2019 - 11:35 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer la sesión de la tertulia improvisada que se forma a la salida del teatro fue más concurrida y estuvo más animada que de costumbre.
-Os sitúo. Ayer, por la tarde casi de noche, se estrenó, en castellano, la obra ‘El enjambre’ en el teatro Arriaga de Bilbao. El autor es Kepa Errasti. La dirección la realiza Mireia Gabilondo ayudada por el propio autor. Cuenta con un amplio elenco de actrices. No hay que desdeñar al buen equipo de oficios teatrales más técnicos ni al grupo de producción.
-A esa mayor concurrencia de la tertulia improvisada, pudo influir la gran afluencia de público a la función. La mayoría eran mujeres. Y muchas de ellas, jóvenes.
-El debate estuvo bastante animado. En determinados momentos, hubo pasión y polémica. El espectáculo había dejado ganas de comentar las sensaciones recibidas.
-Comenzando por los aspectos técnicos, que a veces se olvidan, cabe decir que había más alabanzas que críticas hacia el espacio escénico, el atrezzo y la iluminación. Se recibieron algunas notas negativas hacia el sonido. Pero eso puede ser problema de la vocalización de algunas intérpretes.
-Respecto al texto y la llamada dramaturgia, hubo quien aludió a algunas reiteraciones. Gustó el tratamiento circular del argumento. Pero alunas personas hubieran preferido un avance más en línea recta. El balance global, positivo. Ah! No faltó quien aludió a que el recurso de la reunión de amigas o compañeros que hace muchos que no se ven, resulta un poco manido.
-Fueron positivas las valoraciones de la labor de dirección. Casi todos coincidían en considerar difícil y, a la vez, arriesgado el planteamiento desenfadado y divertido de fiesta loca. Hubo quien lo consideró un tanto acelerado y exagerado. Pero eran más quienes justiciaban esa exageración para tener enganchada durante toda la obra la atención del público.
-En lo que hubo unanimidad es en la estimación de la labor interpretativa. Todo fueron alabanzas hacia el trabajo de las seis actrices. La opinión era común al afirmar que existen muy buenos intérpretes en el país vasco. No faltaron quienes aseguraban que esa calidad se nota más entre las actrices que entre los actores. Existieron discrepancias a la hora de determinar quién de las seis era la más destacada. Así que habrá que citar a todas: Aitziber Garmendia, Getari Etxegarai, Itziar Atienza, Leire Ruiz, Naiara Arnedo, y Sara Cozar.
-Como consecuencia de esta valoración, se presentó una propuesta para que el título de obra cambiara de género y se convirtiera en ‘La enjambre’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 13 enero 2019 - 12:03 pm
Categoría: General

David Barbero
-Como todavía estoy bajo el influjo de la obra de teatro que vi anoche en el teatro Barakaldo, voy a comenzar diciendo: Viva la imaginación, viva el surrealismo y el esperpento.
-En el Teatro Barakaldo estuvieron ayer los integrantes de la compañía teatral aragonesa Nuevedenueve. Representaron la obra ‘Con lo bien que estábamos’.
-Sería imposible definirla y sintetizarla. Ésa es una de las grandezas. Tiene más. En ella, están muy destacados los elementos señalados antes: la imaginación, el surrealismo, el cabaret, el esperpento, la ironía, la anarquía, la burla. Y unas cuantas cosas importantes más.
-Junto a todo eso, hay también talento escénico, capacidad interpretativa, dominio de numerosos recursos, el don de la complicidad, el equilibro unido a la exageración. Y unas cuantas cualidades importantes más.
-Además, es una llamada de atención contra la rutina vital, contra el aburrimiento, contra el sedentarismo emocional y contra la abulia sentimental. Suena como la llamada del despertador de la conciencia para romper con la nefasta cotidianidad.
-Son una compañía joven. Pero ya habían demostrado todo eso con anterioridad, por lo menos, en ‘Cabaré de caricia y puntapié’ y en ‘La extinta poética’.
-Voy a destacar sus nombres como homenaje y agradecimiento. Carmen Barrantes y Jorge Usón son los intérpretes. José Troncoso es el responsable de la dirección y la dramaturgia. Mariano Marín hace las mismas funciones con la música.
-Detrás del texto, está el autor inconformista francés Sebastien Thiery.
-No soy quien para recomendar nada. Pero estén atentos por si vuelve. O busquen fuera por si se pone a tiro.

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