-Bueno, ¿Qué tienes tú en contra del arzobispo Desmond Tutu? ¿No me vas a salir ahora racista?
-Todo lo contrario. Me parece un luchador por las libertades y la igualdad.
-Un poco extravagante ¿No?
-Yo estoy muy contento de que se ocupe del caso vasco.
-¿Tú crees que el caso vasco debe llevarse a la consideración del consejo de ancianos?
-Parece un poco tribal.
-Sacarlo al terreno internacional siempre es positivo
-Los ancianos pueden ver las cosas con más serenidad y más distancia. Sin apasionamiento. Es lo que tú siempre has pedido.
-Insisto en que a mí lo de Tutu me parece bien.
-Hombre. Hay que reconocer que lo que digan esos ancianos no se va a traducir en nada concreto.
-Hay un aspecto clave. Si ellos se informan bien y en profundidad, me parece perfecto que traten el tema vasco.
-¿Por qué dudas de que se vayan a informar bien?
-De momento, han recibido las posiciones de Ibarretxe como si fueran las de todo el pueblo vasco, cuando Ibarretxe sólo representa a la mitad de su propio partido.
-Ibarretxe es el lehendakari.
-¡Eso ya lo sé! Pero hasta la mitad de su propio partido está contra sus posiciones.
-Que los inviten a visitar Euskadi.
-Los invitados suelen ser muy agradecidos.
-Tutú se ha comprometido a llevar el caso vasco al consejo de ancianos como agradecimiento por un premio que le llevó Ibarretxe.
-¡Eres un sectario! Tutu tiene el premio Nóbel. Tiene ya colmada toda su vanidad.
-Yo insisto. Que dé su opinión. Nos vendrá bien.