-Tenía ganas de ver el espectáculo teatral ‘A fuego lento’. Me interesa el teatro que trata sobre los temas cercanos. Si son temas conflictivos, mejor. Así que fui ayer al Teatro Social de Basuari a verlo.
-‘A fuego lento’ es un espectáculo teatral que trata sobre las conversaciones políticas y otros intentos para solucionar la situación de violencia en el País Vasco durante las últimas décadas.
-Es importante decir que trata este tema a modo de documental. Va exponiendo los hechos más destacados de todos esos años, a la vez que recoge manifestaciones y declaraciones.
-Es preciso insistir en que se nota un esfuerzo en la documentación y elaboración.
-Existe otra versión en euskera que lleva el titulo de ‘Su txikian’. También hay dos versiones escénicas. Una ‘normal’ para el teatro a la italiana, en la que se incluyen proyecciones con imágenes y declaraciones. La otra versión, la que vi, es más de teatro de cercanía. Los espectadores están rodeando a los actores en un terreno muy próximo. Esta versión ha sido también muy cuidada. Los actores se meten y pasean entre el público.
-Intervienen seis actores y una actriz. Varios de ellos interpretan a diversos personajes. Los personajes son reales. Para ser inidentificables, además de adoptar la manera de hablar y moverse, a veces se sobrepone el nombre. Hay que advertir que los actores no cambian de vestuario sino que siempre van con una camiseta negra. Al menos, en la versión que he visto.
-Yo destacaría la labor de Galder Pérez como autor y director.
-Algo tendrás que decir sobre la empresa Glu Glu como productora. ¿No?
-Tiene su mérito afrontar este tema.
-El productor hizo ayer una introducción al espectáculo en la que señaló las características del mismo. Añadió que la compañía había interrumpido su trayectoria de funciones cómicas para hacer ésta ‘seria’. Pero pidió a sus seguidores que no se alarmaran, porque ya están preparando otra cómica.
-¿Quiere decir eso que este intento ‘serio’ no ha ido bien? ¿No ha sido suficientemente exitoso?
-Yo le vi contento. Y hasta satisfecho.
-Pero un empresario tiene que mirar los resultados.
-Yo fui al teatro con una reflexión añadida. Había oído que, en las representaciones anteriores, no había habido mucho público. Me sorprendía porque, como he dicho, trata de hechos cercados y polémicos. Esta sociedad está teóricamente muy politizada. Por lo tanto, debía ser un espectáculo a seguir por mucha gente.
-¿Por qué crees que pasa eso?
-Eso es muy difícil de saber. Al menos, para mí. Mi reflexión estaba plateada en la siguiente disyuntiva. ¿Esta sociedad pasa de todo o el espectáculo contribuye a que la gente no le preste atención?
-¿Llegaste a una conclusión?
-Pueden suceder las dos cosas. ¿No?
-Desde luego, la gente pasa ya hasta de su propia sombra. Creo que a la mayoría le importa un carajo todos esos rollos políticos.
-Y el espectáculo ¿qué? ¿Tiene o no tiene elementos para despertar interés?
-Yo lo he descrito antes.
-Pero ¿cómo lo valoras?
-Si te empeñas, insistiré: He destacado antes que se adopta un esquema de documental. Los esquemas documentales son difícilmente teatrales. Caminan por sendas paralelas. El documental va a la exposición. El teatro debe ir al conflicto, a la intriga, al planteamiento atractivo, con un nudo conflictivo y un desenlace inesperado.
-¡Ha habido ya tantos documentales y reportajes sobre este tema!
-Tiene este documental la característica de ser complejo. Con muchas fechas. Desde la butaca, hay que hacer un gran esfuerzo para saber en qué momento estás. Hay muchos personajes, intercambiados. Lo que dice cada uno de ellos, en cada una de las ocasiones, es difícil de comparar con lo que ha dicho antes o dirá después. La acción dramática no es perceptible con facilidad. La identificación emocional está distanciada.
-En resumen, ¿crees que el espectáculo no se lo pone fácil al público?
-De todos modos, no se pueden sacar conclusiones definitivas. La obra está en pleno proceso de exhibición. Faltan muchas plazas fuertes.
-Para mí, queda la valentía de haber afrontado un tema cercano y conflictivo. No es frecuente
-Ayer vi en el Teatro Arriaga de Bilbao ‘La vida es sueño’, producida por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida pro Helena Pimenta.
-¡Bien! ¿No?
-Sí. Es un espectáculo muy trabajado, en el que se cuidan todos los detalles.
-Ésa es la obra en la que una actriz interpreta el papel principal del príncipe Segismundo. ¿Verdad?
-Ése es uno de los aspectos que más han destacado los medios de comunicación.
-¿No lo hace bien Blanca Portillo?
-Lo hace muy bien. Humaniza bastante al personaje. Hace un gran esfuerzo para transmitir sus sentimientos y sus pensamientos,
-La obra de Calderón de la Barca es muy doctrinal.
-Era cura y teólogo. Eso le llevaba a lanzar sermones.
-La visión de relativizar la vida, los éxitos, los fracasos y los amores es un pensamiento de bastante profundidad, no sólo religiosa.
-Quizá la tesis esté por encima de la manera de explicarla o demostrarla.
-Hay que destacar la versión que ha hecho Juan Mayorga.
-Mayorga es un maestro en versionar clásicos. Esta vez, ayuda mucho a seguir la historia. Destaca los conflictos principales. Insiste en la manipulación de las personas.
-A Helena Pimenta, como directora, hay que darle también bastante parte de esos méritos.
-Hay que reconocer que ‘La vida es sueño’ es una obra dura no solo para los intérpretes sino también para los espectadores. Sus largas frases son terribles. Pone el verbo principio de la frase, si lo pone. Después, camina por caminos enrevesados con palabras largas y raras subordinaciones. Al cabo de mucho tiempo, termina esa frase con un sujeto abstracto, si es que lo hay. Para ese momento, es muy difícil retener la idea del comienzo.
-Es preciso accionar todos los sentidos.
-¡Pero merece la pena!
-Ayer vi en la sala de La Fundición de Bilbao uno de los espectáculos teatrales que más me ha interesado en los últimos meses.
-¡Dinos, dinos!
-Se trata de un espectáculo de pequeño tamaño, pero con mucha plusvalía por detrás. Se titula ’Ella y él: ficciones’.
-Hay que decir que es un intento de reflotar la compañía teatral Legaleón –T. Desde hace años, funciona como el Guadiana.
-La obra es una reflexión sobre la desaparición. Se trata ese tema a título individual y también colectivo. Lo que implica el hecho de desaparecer. Cuáles pueden ser las causas. Cuáles son las consecuencias.
-El arranque es muy curioso. Los constructores totales de esta obra son Espe López y Txubio Fez de Jáuregui. La idea, el texto, la interpretación y la dirección son de los dos. Decía que el arranque es curioso porque ellos dos comienzan a investigar sobre dos actores llamados Espe López y Txubio Fez de Jáuregui que desaparecieron.
-Todo está tratado con gran sentido del humor.
-Tiene ese arranque autobiográfico. Pero la anécdota transciende.
-Debes reconocer que si a ti te ha gustado tanto es porque tú habrás puesto algo de ti o tenías el terreno apropiado para que te gustara. Siempre pasa eso.
-Ayer fui al teatro Barakaldo a ver El Buscón. Es una adaptación libre de Alfonso Zurro sobre el texto de Francisco de Quevedo.
-Iba convencido de que Zurro no me decepcionaría. Es un director y un autor de teatro experimentado y que tiene todas las garantías.
-Como venía de un escarmiento morrocotudo con la adaptación de ‘La regenta’, me congracié con las adaptaciones de los clásicos.
-Zurro trae hasta la actualidad, al mismísimo siglo XXI, toda la picaresca que Quevedo puso en el XVII.
-Hablemos algo de Quevedo. ¡Qué lenguaje! ¡Qué ironía! ¡Qué matices lingüísticos, sociales, ideológicos, humanos, filosóficos! Encanta oírle y leerle.
-Estábamos con el espectáculo dirigido por Alfonso Zurro. Me interesó mucho la técnica para acercarlo a la realidad actual, mediante la mezcla de escenas situadas alternativamente antes y ahora.
-El ritmo que imprime a la obra es extraordinario.
-Para los actores y las actrices tiene que ser agotador.
-El remate final, identificando a los políticos actuales con los más tramposos de los pícaros de todos los tiempos, es fascinante. Coherente. Pero a la vez inesperado. Ideológicamente afortunado.
-¿Es que no vas a poner ni un solo pero, aunque sea colateral? Si todo son alabanzas, van a pensar que lo haces porque sois amigos.
-No sería el primero que rompiera una amistad por una crítica severa.
-Diré dos cosas. Creo que no son necesarias tantas escenas, tantas ‘picardías’. Quizá si se suprime un cuarto de hora al espectáculo, algunos lo agradecerían.
-¿Y la otra?
-No sé si se podría lograr que esas ‘picardías’, en lugar de caminar en paralelo o en circunferencia, fueran ascendiendo de una a otra, con una especie de argumento entrelazado, hasta culminar en la conclusión final.
-¿Estás seguro de que eso mejoraría la obra?
-Voy a ser prudente. Rectificaré el título. A mí, me pareció un mal espectáculo teatral el que ha producido Teatros del canal de Madrid, bajo la dirección de Marina Bollain y con adaptación de la propia directora y de Vanesa Montfort. Yo lo vi ayer en el Teatro Arriaga de Bilbao
-Incluso seré relativista. Reconozco que, con una sola visión, no se puede juzgar una obra de teatro en profundidad.
-Otra salvedad. Sé que montar una obra de teatro cuesta mucho tiempo, trabajo, estudio y hasta dinero. Eso es digno de respeto.
-Con esas salvedades, ¿qué quieres decir sobre esta versión de La regenta?
-Principalmente: Para hacer una crítica de los programas televisivos del corazón no es necesario destrozar una obra tan extraordinaria como es La regenta.
-Además, ni siquiera se hace una buena crítica de ese tipo de programas.
-Comienza la función resumiendo lo que dice el diccionario Wikipedia sobre la expresión: La regenta. Si empezamos con ese nivel, no se puede llegar muy lejos. Pero es que, además, se retrocede.
-Existe una frivolización y una devaluación de la protagonista, del resto de los personajes y de la acción de la novela.
-La mayoría de los actores y actrices son inadecuados para sus papeles.
-No vale la explicación de que inicialmente se pensaba hacer otra adaptación de esa novela, que fue derivando hacia lo que ha terminado siendo.
-La dirección escénica es muy pobre. No ha sabido ni implicar a los actores y actrices en sus propios papeles. Es lo fundamental. Ha insistido en que hagan algunos gestos o muecas. Pero no va más allá.
-Eso lleva a una interpretación mecánica y artificial.
-Si quieres una explicación, te puedo decir que la directora está más acostumbrada a dirigir ópera.
-Como no he visto las óperas que ha dirigido, no puedo decir nada sobre eso.
-Antes de que se me olvide, el vestuario es inadecuado totalmente. Sobre todo en los personajes femaninos.
-No hace falta que sigas. Ha quedado ya clara tu opinión.
-Insisto en lo de las salvedades iniciales. Puede haber otras personas a quienes les haya podido gustar.
-No estaría mal que todo el equipo hiciera un acto público de reparación o desagravio a La regenta y a su autor, Leopoldo Alas ‘Clarín’.
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