Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 26 agosto 2023 - 11:49 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Hay espectáculos que son difíciles de definir. Suelen existir diferentes causas de esa dificultad. Pero siempre está presente la de no ser unos productos escénicos estandar o catalogables en los géneros habituales. Tienen calidades y características singulares.

-Esta circunstancia se puede aplicar de ‘Carbón Club’ de la Compañía Markiliñe, que estos días se ha estado representando en el Palacio Euskalduna de Bilbao, dentro de la programación festiva de la Aste Nagusia.

-Quienes tienen más posibilidad de conocer su esencia son los propios creadores. Ellos, los miembros de esta veterana y muy premiada compañía, la definen en estos términos. ‘ Es un metáfora de la vida abierta a diferentes reflexiones: el valor de la amistad, el destino trágico, el coraje vital, la tierra profunda, las guerra cercanas, la lucha contra la explotación’. Y añaden: ‘Sobre todo, es un homenaje lleno de admiración hacia los hombres y las mujeres de la mina’.

-Otras descripciones que pueden completar la definición aluden a una suma de diferentes géneros escénicos. Hay una estructura de cabaret. Es teatro de denuncia. Alguien puede encontrar elementos de terror. Por supuesto, impera el concepto de teatro de calle, abierto, sin límites. La importancia de la música. La selección de canciones  sobre la mina y los mineros. Se presta mucha atención a las mujeres implicadas.

-En el espectáculo, hay mucho humor. Hablando del carbón, es lógico que hasta el humor sea negro. No tiene un argumento lineal con el esquema rígido del planteamiento, nudo y desenlace. Un elemento algo destacado es un flicteo amoroso entre dos mineros. Pueden encontrarse referencias cinematográficas. No faltan sus protestas por las malas condiciones del trabajo. Tampoco falta la represión policial.

-Desde luego, es una exposición o descripción notablemente completa del trabajo en las minas. La dureza. El peligro. La muerte. Seguramente supera esos límites y llega a ofrecer una metáfora de la vida misma.

-Una mención muy especial merece el trabajo interpretativo de todos los miembros de la compañía Markeliñe. Con un estilo y unas complicidades muy propias. La fuerza y el impacto de cada una de las escenas. Incluso de cada movimiento y cada gesto. Los rapidísimos cambios de roles y situaciones.

-La compañía Markeliñe, radicada en la localidad vizcaína de Amorebieta, tiene unan trayectoria larga y muy reconocida en la elaboración cuidadosa de espectáculos destinados a todo tipo de públicos, gustos y apetencias estéticas. Prestan también atención a los más pequeños. Cuidan mucha la calidad. Tienen experiencia en diversos géneros escénicos. Incluido el circo. Han trabajado tanto en salas como en la calle. Han recibido el reconocimiento con numerosos premios y distinciones. Incluso internacionales, como esta obra.

-Este espectáculo de ‘Carbón Club’ está pensado para ser presentado preferentemente en el exterior, en la calle. Pero acepta otras escenificaciones. Por ejemplo, en el Palacio Euskalduna se ha venido representando en uno de los ‘halles’. Naturalmente sin butacas. Con los actores y los escenarios entre el público o al revés.

-Tiene un desarrollo muy coral, como casi todos los espectáculos de esta compañía. La creación es colectiva y todos los intervinientes dominan varias especialidades escénicas.

-Un apunte final. La compañía Markeliñe viene representando esta obra desde hace ya bastante tiempo. Algunas veces, en lugares muy destacados de aquí y del extranjero. Desconozco cuales son sus planes futuros sobre la continuidad de esta pieza. Por si acaso, pienso que sería conveniente estar atentos a las próximas posibilidades de verla. No sea que se la pierdan definitivamente. ¡Sería una pena!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 26 agosto 2023 - 12:15 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Soy consciente de que el titular que he puesto a este comentario es muy confuso. Así que me pongo a explicarlo.

-Cuando caminaba esta tarde, mientas chispeaba, hacia el Pabellón 6 de Zarrozaurre para ver el reestreno de ‘El viaje a ninguna parte’ iba tratando de imaginarme qué cambios o novedades o sorpresas podría encontrar sobre lo que vi en su estreno, hace ya algún tiempo, en el teatro Arriaga de Bilbao.

-He ido repasando los distintos elementos y aspectos de su planteamiento de entonces. He comenzado por lo más material, la escenografía variable de José Ibarrola y los decorados móviles. La colocación y los movimientos de los personajes en cada escena. La sensación de movimiento permanente. El reflejo de una profesión itinerante en el tiempo, en el espacio y en el interior de cada uno.

-Desde el principio de esta representación, me ha condicionado la nueva perspectiva, no nueva distancia, (quiero decir la mayor proximidad, quizá no sólo en sentido físico) para sentir el espectáculo de forma diferente. Más cercana que entonces. Me ha llegado a parecer una obra distinta. No sé si he sido yo el que he entrado en ella con más claridad, exactitud y riqueza de matices. O si ha sido la propia obra la que se me ha aproximado con esas cualidades.

–He tenido la impresión de que la música recreada por Adrián García de los Ojos ocupaba más espacio. Como si hiciera más visible – perdón, audible – su presencia. Como si fuera guiando los movimientos de dentro y de fuera. Y proporcionando sentido a todo y organizando todos los movimientos interiores y exteriores.

-Cuando han llegado los integrantes de la compañía Galván-Iniesta – quizá sea más apropiado decir familia – se les ha visto como más en su propia casa, aunque sea itinerante. Las distintas generaciones de varones encarnados por Ramón Barea, Patxo Tellería y Mikel Losada, con el añadido también familiar de Diego Pérez.

-La parte femenina de la estirpe, encabezada por la Iniesta madre, aquí ha parecido como si tuviera más luz, más presencia, más entidad, a pesar de que ésos eran tiempos patriarcales. El trío de Itziar Lazkano, Irene Bau y Olatz Gamboa evidenciaban rebeldía contra esa subordinación.

-La cercanía, a la que he aludido antes, me ha permitido percibir con gran nitidez los rostros de cada uno y los debates interiores que libran por dentro. Cada intérprete me ha parecido más trasparente. Y me ha permitido ver más cosas dentro.

-En definitiva, ‘El viaje a ninguna parte’, tras el estreno en el Teatro Arriaga, la estancia en Madrid en el teatro Fernán Gómez y la gira por numerosos locales escénicos de la península, ha llegado al Pabellón 6 de Zorrozaurre. Y dan la impresión como si ésta fuera su plaza natural a la que debía llegar.

-Cuando ha terminado la función, seguía chispeando. Pero me he dado menos cuenta, mientras caminaba de vuelta. Me ha entrado la duda sobre la ‘culpa’ (positiva) la tiene la cercanía o debo personificarla en quienes han participado.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 agosto 2023 - 11:19 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Sin menospreciar a nadie ni establecer criterios de comparación, reconozco que, al conocer la programación teatral de la Aste nagusia de Bilbao, lo que despertó en mí gran interés fue la obra que he visto esta tarde en la Sala Kúpula del Teatro Campos Elíseos: ‘Miércoles que parecen jueves’.

-Inmediatamente voy a explicar los motivos de esa curiosidad interesada. Pero antes  quiero adelantar que lo visto y disfrutado esta tarde ha justificado aquel deseo premonitorio.

-Vamos con los motivos de esa predilección. Debo aceptar que para entonces ya había leído algo sobre el proyecto, donde se destacaba su originalidad. Pero las verdaderas razones estaban en tres nombres.  Juan José Millás, el autor, Mario gas el director y Clara Sanchís, la interprete.

-Millás es un escritor muy estimado por mí a causa de sus novelas y de sus breves pero substanciosos artículos periodísticos, ademas de sus colaboraciones en radio. E incluso algún guión.  Éste estreno teatral es digno de atención en una persona tan hábil con la escritura. Pensé, desde el principio, que en el teatro también marcaría su personalidad y la manera original de tratar los asuntos más diferentes.

-A Mario Gas, le vengo siguiendo desde hace mucho tiempo. Sobre todo como director. También como actor y como profesor de cursos académicos. Creo que los proyectos que pasan por sus manos tienen un plus de creatividad, de hondura, de perspectivas. Esa esperanza condicionó mi deseo.

-De Clara Sanchís, he presenciado varias interpretaciones. El recuerdo que tengo de esas me lleva al riesgo, al rigor, al compromiso, a la valentía. La ultima vez, todavía reciente, con ‘Una habitación propia’ de Virginia Woolf, estaba también de la mano de Mario Gas,

-Iba a decir que con todos elementos en la cabeza y con mucha curiosidad, he acudido esta tarde a la sala Kúpula del Teatro Campos Eliseos de Bilbao para presenciar, con mucha atención, esta propuesta que rezuma enigmas hasta en el título ‘Miércoles que parecen jueves’.

-Tengo que añadir que llevaba más información en mi cabeza. Había leído que el asunto principal del que trata la obra es la identidad  personal, del conflicto  entre lo considerado real y no real. Lo cual despierta, por lo menos en mí, más curiosidad. También tenía información sobre lo que me pareció un arranque original para una pieza teatral. Lo puedo decir porque está escrito ya en todas las referencias sobre la obra. El escenario muestra el lugar donde Juan José Millás, autor del texto, va a dar una conferencia. En lugar de Millás, se presenta Clara, la actriz, y asegura con toda rotundidad que ella es él. Y además entra esgrimiendo una pistola.

–Todo esto es lo que sabía y sentía, cuando esta tarde me sentaba en el patio de butacas que estaba completamente lleno. Lo que desde allí he contemplado me ha permitido satisfacer las expectativas creadas. No habrá afirmarlo como una realidad. Habrá que matizarlo, diciendo que eso me parece.

–El texto de Juan José Millás confirma que la originalidad, el ingenio, la imaginación, el escribir bien, los acertados diálogos sientan bien al espectáculo teatral, incluso ahora que se está incorporando nuevos elementos técnicos a escena. Quizá algún analista de lo estrictamente teatral piense que es demasiado literario, que le falta intriga dramática. Pero destaquemos los aspectos de originalidad e imaginación.

–La dirección de Mario Gas demuestra lo que se puede hacer con un monólogo o espectáculo unipersonal, como se llaman ahora. Hay muchos más recursos que sentarse en una butaca elevada y hablar. Utilicemos otra vez el quizás, para indicar que alguien puede echar en falta algo de progresión dramática.

–Sobre lo que no hay ningún quizá es sobre la interpretación. Clara Sanchís realiza excelentemente un trabajo lleno de dificultades. Hace gala de una gran gran expresividad en gestos, movimientos, actitudes y maneras de ‘representar’ ese texto. Además, demuestra habilidades en la encarnación de un personaje, digamos que complicado por no entrar en detalles y dualidades.

–Puedo decir que he regresado a casa muy reconfortado por haber dándole vueltas a la cuestión de la identidad, al conflicto entre lo que es realidad y lo que no o lo que es verdad o mera apariencia repetida. Así que muchas gracias, Millás, Gas y Sanchís.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 agosto 2023 - 4:33 pm
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Me declaro un firme, y ya veterano, seguidor de Goyo Jiménez. No sólo en lo referente a sus espectáculos o shows unipersonales escénicos, también en sus creaciones televisivas y otras manifestaciones como quieran llamarse. Me parece que, en todas ellas, demuestra tener y desarrollar una gran inteligencia, un fino ingenio y una sutileza muy perspicaz. En lo referente a sus producciones escénicas, he estado atento a sus tres ‘Aiguantulivinanerica’. También lo estuve al ‘Más difícil todavía’ y al ‘Confusio’.

-Confieso que esta vez he acudido todavía con más curiosidad al Teatro Campos Elíseos de Bilbao, su sede ya permanente durante las sucesivas ‘astes nagusias’ desde hace once años. Significaba la presentación de su nuevo espectáculo y quizá una nueva etapa. Con el sugestivo y enigmático título de ‘Misery class’. Confieso que he buscado información previa. Pero he comprobado que JIménez se ha preocupado premeditadamente de no dar pistas sobre su contenido.  Pero este título hace referencia a que se dirige, con ese nombre, a la clase social que no ocupa precisamente de las preferencias en la división de categorías, por ejemplo, en los aviones.

-Mi curiosidad radicaba en descubrir por qué caminos o en qué jardines  se metería ahora Goyo Jiménez, después de estar tiempo recurriendo, con tanto ingenio e intención, a los americanos de América del Norte para tratar de los asuntos de aquí. En realidad, a mí, esas etapas previas no me han parecido tan marcadas, tan diferentes, ni siquiera tan ‘ameranas’. Me habían parecido todas impregnadas de la ironía, el humor, el análisis, la crítica y la perspicacia antes señaladas del autor.

-Si el propio autor ha preferido mantener el secreto sobre las novedades

de este nuevo espectáculo, no seré yo quien os lo descubra. Lo que sí que os diré es que se trata de un espectáculo más cercano en las alusiones, más directo, con más referencias a esa clase cotidiana, a nuestras contradicciones, nuestras miserias.

-Ahí está Goyo Jiménez con idéntico dinamismo, con su vertiginosa rapidez mental, su ajustada relación con los espectadores, sus ironías sugerentes, la exigencia de atención y muchos reflejos para captar, por lo menos, la mitad de sus gags. Llegar a pillarlos todos marcaría un récord.

-También está ahí su público fiel. Ayer era el día del estreno y ya estaba lleno hasta la bandera. Sus incondicionales y entusiastas seguidores. Los aplausos y las ovaciones también comenzaron antes de que empezara a hablar.

-Así que ‘Misery Class’ alarga el genio y la figura de Goyo Jiménez,

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 agosto 2023 - 12:55 am
Categoría: General

DAVID BARBERO

-Tengo una ligera sospecha de que me he metido en un jardín recién regado al titular este comentario después de salir del Palacio Euskalduna, donde he visto la pieza cómica ‘La curva de la felicidad’, dentro de su programación festiva de la Aste Nagusia.

-Intentaré salir, comenzando por la trayectoria, nada corta, de esta exitosa obra teatral. Está a punto de cumplir dos décadas, ya que sus autores, Eduardo Galán y Pedro Gómez, la estrenaron en el año 2004. En ese tiempo, ha tenido varias reposiciones y versiones, además de contar con una adaptación cinematográfica.

-Coincidiendo con esos primeros años del siglo XXI, se dieron pasos muy expresivos sobre la deconstrucción de la llamada sociedad patriarcal. Comenzó a hablarse de las debilidades de lo masculino. Se puso en duda quien era en realidad el llamado ‘sexo débil’.

-Es la situación que ya entonces analizaba o exponía esta obra. Además desde el punto de vista del humor. Y situaba a sus protagonistas, todos hombres, en una edad clave como es la crisis de los cuarenta. En aquel momento, la interpretación de esos síntomas se llevó por el lado de la comicidad. Sin extenderse en la connotación sociológica.

-Lo que se planteaba, en definitiva, era que un cuarentón se sentía indefenso para llevar la vida adelante al ser abandonado por su mujer, a quién él y toda la sociedad consideraba, en teoría, la parte débil de la pareja. Además sus amigos, más o menos de la misma edad, intentaban rechazar esa conclusión, pero se veían obligados a aceptarla. Todo desde luego en plan de comedia jocosa.

-La película que se hizo sobre este texto se estrenó, con no mucho éxito, unos años después. En el arranque de la segunda década de este siglo. Para ese momento, los análisis, estudios y comentarios sobre la debilidad y las incertidumbres masculinas se habían generalizado y convertido en best-sellers. La obra continuaba representándose. El panorama se seguía planteando en el tono de comedia exagerada. Pero las contradicciones y las polémicas eran más fuertes, con lo que el texto original adquiría una nueva y fortalecida actualidad.

-Da la coincidencia que ahora, cuando está próximo el  vigésimo aniversario, han vuelto a montar la obra el grupo de actores entre los que hay varios que participaron en la primera propuesta. Citemos sus nombres: Gabino Diego, que es el incorporado al grupo, Antonio Vico, Jesús Cisneros y Josu Ormaetxe. Este último, además, asume la dirección escénica.

-Nos encontramos, en esta tercera década de este siglo XXI, con un panorama muy caliente y crítico sobre esta cuestión de la sociedad patriarcal, el reajuste del papel que debe adoptar el varón ante las nuevas derivas sociales y las relaciones con las personas de otro sexo se planean en términos diferentes. Por lo tanto, el texto ha recobrado una nueva actualidad. El planteamiento sigue siendo cómico. Pero …

-Aprovecharé este inciso para decir que, quizá, algunos piensen que al texto se le notan los años y no le vendría más una actualización. La interpretación resulta solvente. Y la dirección consigue momentos de notable valor, sobre todo al final de la función.

-Pero … esta tarde, mientras estaba viendo y disfrutando de esta pieza polivalente, a la vez que me deleitaba con sus situaciones y golpes cómicos, me han venido reflexiones variadas sobre el paso del tiempo y la necesidad de adaptarse a las cambiantes circunstancias.

-Se lo digo por si ustedes desean también descubrir y experimentar las mismas sensaciones. Oportunidad tienen con esta ‘La curva de la felicidad’ para comprobar si hay motivos o no para hablar de la (in)felicidad masculina o de esa curva de la felicidad.

 

 

 

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