-Los cinco o seis últimos espectáculos que he visto han sido monólogos.
-Demasiado ¿no?
-Vete a otras obras teatrales.
-No los busco yo. Es lo que hay.
-Un actor o una actriz se sube a un escenario, Se sienta en una silla alta y comienza a contar sus cosas.
-Unos son ocurrentes, Otros, graciosos. Los hay incisivos. También hay monólogos aburridos y vulgares.
-Tú has dicho que eso no es teatro
-Lo que pasa es que no hay pasta. Son las consecuencias de la crisis económica.
-Quizá sea algo más. Una crisis más profunda.
-¿Más profunda todavía?
-Se puede sospechar que a la gente le gusta más que le cuenten las cosas, en lugar verlas representadas por sí mismo.
-Pensaré sobre ello.

-Vi ayer de nuevo la interpretación de Rafael Álvarez ‘El brujo’ en el Testigo’
-Magnífico.¿no?
-Es el mayor virtuoso en el arte de interpretar monólogos.
-Una maestro. Más. El maestro.
-¡Qué capacidad tiene para improvisar! Todo le sale natural, espontáneo, fácil, fluido.
-No sé si estoy de acuerdo. Yo puntualizaría diciendo que parece que todo le sale espontáneo, natural, fluido, fácil
-¡Eso es lo más difícil! Lo más trabajoso.
-No voy a dudar de que ‘El brujo tiene unas cualidades naturales extraordinarias para. Pero también un gran trabajo, un gran dominio de la técnica. Un ejercicio de la expresividad. Un …
-El dominio de la voz.
-La confluencia de todos los elementos que están presentes en la escena.
-Lo que quiero llevar a tu conciencia es que eso tiene un gran mérito.
-¡Hay que trabajárselo!