DAVID BARBERO
–Se podrían añadir más adjetivos a los dos que he puesto en el título. Bella y emocionante. También se puede decir que es una narración delicada, enternecedora, atractiva, ejemplar, cuidada, bonita, poética, muy poética … Y más adjetivos.
-Todos estos calificativos se deben atribuir a la historia que se cuenta. Respecto a la manera de contarla, también hay que señalar que es original, trabajada con esmero, variada, no habitual sobre los escenarios. Combina elementos que se usan poco sobre el escenario. Objetos, escritos, material escolar. También hay muchas proyecciones. Una pequeña cámara para captar los objetos existentes en el escenario. Hay que hacer una precisión. No son ni juegos ni otros objetos de los niños de ahora. Hay que retrotraerse casi un siglo.
-Este colocarse en la década de los años treinta del siglo pasado está obligado porque se trata de reconstruir unos hechos reales, que sucedieron entre entre 1934 y 1936. Tuvieron como protagonista a un maestro catalán llamado Antoni Benaiges, y los niños que educó en esos años en el pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba. Permitidme señalar que que este maestro procedía de la localidad tarraconense de Montroig, que tiene un significado muy particular para mí.
-Los responsables de este espectáculo y puesta en escenas son Xavier Bobés y Alberto Conejero, en lo que al texto, realmente muy poético, la dramaturgia y la dirección. Aunque después tendré que hacer una puntualización. Junto a ellos, que son más conocidos, hay destacar también el trabajo de los que han intervenido, con gran acierto, en el espacio escénico, la iluminación, los audiovisuales, las fotografías, el audio, la documentación y todos los otros elementos que aquí adquieren una importancia fundamental.
-También es preciso señalar la labor interpretativa de Xavier Bobés y Sergi Torrecilla. Realizan con mucha solvencia la difícil labor interpretativa de un texto eminente narrativo. bles.
-Ahora me queda contaros la historia real en la que se basa este espectáculo. En 1934, el joven maestro Antoni Benaiges fue destinado a la escuela rural del pueblo Bañuelos de Bureba, en Burgos. Realizó allí una labor pedagógica, social y también humana extraordinaria. Como ejemplo, pagó de su propio bolsillo un gramófono y una rudimentaria imprenta que puso a disposición de todos los alumnos. Con ella, los niños y las niñas de la escuela podían publicar sus emociones, sus sueños, sus alegrías, sus penas y sus deseos.
-En enero del 1936 publican el texto titulado ‘El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca’. Esto es lo que se ha interpretado hoy en el Teatro Arriaga de Bilbao. Por eso, decía que la autoría del texto debe atribuirse a esos niños y a su profesor.
-Con ocasión de esa publicación, el maestro les prometió a sus alumnos llevarles a Cataluña para que vieran el mar, ya que ninguno de ellos no había visto. Reitero que el lugar concreto al que los iba a llevar era su casa familiar situada en Montroig. Iban a realizar ese viaje antes de que terminara ese verano. Pero Antoni Benaiges fue fusilado el día 25 de julio en el inicio del levantamiento militar franquista. Así que no pudo cumplir esa promesa.
-Estoy convencido de que alguna/o de vosotros está ya arrepentida/o de no haber ido esta tarde al teatro Arriaga de Bilbao