Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 31 octubre 2021 - 11:27 pm
Categoría: General

David Barbero
-Digamos para empezar que Álvaro Murillo es uno de los personajes más interesantes, curiosos, originales y sorprendentes del mundo del flamenco y la danza contemporánea. Por sus planeamientos, sus inquietudes, sus investigaciones, su actitud. Y también su figura. Su barba intencionadamente expandida, su larga melena y sus zapatos rojos.
-Aquí en Bilbao, tipos como él difícilmente se podrían encontrar fuera del ámbito de La Fundición y sus interesantes aportaciones. A Álvaro Murillo, lo han traído dentro del Festival Internacional de Danza Contemporánea Dantzaldia, que ellos vienen organizando desde hace más de dos décadas
-La pieza que ha interpretado esta tarde lleva el título de ‘Flamencas’. Tiene una estructura en la que él se siente cómodo. Es una fusión de flamenco y danza contemporánea, a lo que se añade una explicación hablada a modo de síntesis. Con todo ello, se expone el fruto de sus investigaciones. En este caso, sobre la influencia de la mujer en el flamenco.
-Esta actividad investigadora es importante en el trabajo de Murillo. Él es extremeño. Comenzó en la Universidad de Extremadura. Sus primeros estudios estuvieron relacionados con el deporte. Primero, experimentó con la danza contemporánea. Y posteriormente, añadió el flamenco. Pero no se ha quedado ahí. Ha seguido investigando.
-Otra de estas investigaciones ha tratado sobre los orígenes del flamenco entre los esclavos africanos. Para ello, viajó y convivió con sus descendientes en África. Ahora, está realizando su tesis doctoral sobre la aplicación de la danza y el flamenco en los pacientes crónicos. También ha profundizado en las raíces literarias y folclóricas de ‘Bodas de sangre’ de García Lorca.
-No creáis que expongo todo esto como una muestra de erudición libresca. Quiero comunicar que todos estos aspectos, esta actitud, este planteamiento, esta forma de trabajar y de vivir el arte marcan la diferencia de Álvaro Murillo. Y definen su perfil artístico singular. E incluso todo su trabajo en equipo. Con su hermano Daniel, que toca el cajón y el bajo, a la vez que es el responsable del diseño y aportaciones gráficas. Y otros artistas polifacéticos.
-Lo dicho al principio. Uno de los personajes más interesantes, curiosos, originales y sorprendentes de este mundo del flamenco y la danza contemporánea. Traído por los chicos de la Fundición, dentro del festival Dantzaldia. Es muy posible que vuelva pronto por aquí. No olviden su nombre. Ni su figura.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 31 octubre 2021 - 12:03 pm
Categoría: General

David Barbero
-Voy a confesar otra de mis frecuentes equivocaciones. Ayer por la noche fui a ver, en el palacio Euskalduna de Bilbao, el espectáculo cómico ‘El sentido del humor: Dos tontos y yo’. Creado, dirigido y protagonizado por los muy conocidos humoristas José Mota, Florentino Fernández y Santiago Segura.
-Ése no fue el error. Mi equivocación consistió en que ya de modo previo, antes de ver el espectáculo, llevaba dudas sobre su calidad escénica, sobre su estructura y su consistencia teatral. Incluso tenía el prejuicio de que esos tres ‘famosos’ se limitarían a repetir sobre el escenario las mismas ‘cosas’ que les funcionan en las ‘improvisaciones’ de la televisión.
-He entrecomillado los distintos prejuicios negativos que yo había encadenado en mi subconsciente. Y que resultaron estar lejanos a la realidad.
-Para empezar, cuando me acercaba al Euskalduna, ya se veía una cola larguísima de personas de todo tipo y edad preparadas para entrar. Incluso con bastante tiempo de antelación. Un público al que se le notaba la satisfacción, las ganas y el deseo de ver y participar de modo activo.
-El espectáculo resultó que estaba preparado al detalle. Con elementos complementarios. Con provocaciones cómicas desde el principio. Con guiños cómplices. Con músicas y eslóganes calculados para levantar el ánimo.
-Desde luego, no se trataba de lanzar los ‘numeritos’ habituales de sus intervenciones televisivas. Existía una estructura establecida. Unos movimientos calculados. También se habían estudiado los ritmos y los silencios, fundamentales para que un gag o un chiste funcione.
-Tampoco me voy a pasar en alabanzas. Desde luego, no todo era perfecto. Ni todas las escenas funcionaban. Algunas podían, a mi juicio, ser eliminadas para mejorar y aligerar el conjunto. Determinados parlamentos lograron más efecto cómico y otros resultaron más flojos.
-Uno de los elementos más positivos fue logro de un público activo, cómplice, participante, atento a captar las insinuaciones y la intención oculta de cualquier gesto. Con reacción inmediata a las provocaciones intencionadas de los cómicos.
-Esto de la conquista de los espectadores, en número y en complicidad, en entusiasmo y en participación, incluso en adhesión incondicional, es un asunto pendiente para las artes escénicas. Seguramente hay artistas que prefieren que el público sea serio, distante, silencioso, reflexivo. Pero quizá ese criterio merezca una revisión. O al menos, una puesta en estudio.
-A título personal, yo ayer me apunté la lección de que me debo mirar ese prejuicio. El plural, esos prejuicios.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 29 octubre 2021 - 11:32 pm
Categoría: General

David Barbero
-Siempre he defendido que el teatro debe ser un reflejo de la sociedad en que se desarrolla. Un lugar donde se expongan, se reflejen y se debatan los problemas que esa sociedad tiene. Comprometido con su tiempo y con los problemas que afectan a la gente.
-Ese compromiso implica rigor, honestidad, valentía, responsabilidad, seriedad y equidad a la hora de tratar esos problemas sociales, o políticos o religiosos o del tipo que sean.
-Voy a caer intencionadamente en una reiteración. Creo que el teatro comprometido debe tener un tratamiento ‘teatral’. No debe ser un reportaje periodístico. Ni un debate audiovisual. Ni un juicio. Ni un mitin político, o religioso o doctrinal. El teatro está incluido en las artes escénicas y a sus exigencias debe responder.
-Este planeamiento no está reñido con defender también el teatro cómico, el satírico o el de divertimento. Incluso, se puede coincidir en que el humor puede ser una de las mejores maneras de afrontar esos problemas sociales.
-Estas consideraciones eran las que hacía esta tarde, mientras me encaminaba al teatro Arriaga para ver la obra ‘Altsasu’. Como el título indica, trata sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en esta localidad navarra en octubre del 2016. En ellos, se vieron implicados miembros de la guardia civil y jóvenes de la izquierda abertzale.
-Aquellos hechos se hicieron polémicos muy pronto. La polémica se fue extendiendo geográficamente y aumentando con manifestaciones, opiniones, acusaciones, posicionamientos a favor y en contra. Hubo intervenciones políticas. Más enfrentamientos verbales en los prolegómenos del juicio, durante el mismo y después de la sentencia.
-El tratamiento de la obra vista hoy toma su base de las actas del juicio. Se ha realizado también una amplia investigación. Se han buscado testimonios en todas las direcciones. Se han adoptado posturas de honestidad, imparcialidad, búsqueda del entendimiento y se han potenciado más preguntas que las aseveraciones absolutas.
-El resultado es una obra muy intensa. Con escenas que analizan los hechos. Otras, dedicadas a los personajes intervinientes. Alusiones a la situación social. A las implicaciones personales. Las connotaciones políticas. Con una mirada muy especial puesta en las decisiones judiciales.
-En el tratamiento escénico, se utiliza una manera muy ágil de conectar las escenas. Con intercambios inmediatos de personajes. Superando las limitaciones de tiempo o de espacio. Con muy pocos elementos físicos para concretar situaciones o lugares. Habría que destacar el planteamiento dinámico, innovador, ágil, eficaz y moderno de llevar la acción y el desarrollo dramático.
-Me ha parecido determinante que cada intérprete tenga que encarnar personajes situados en ambos bandos y se vean obligados a entender y defender ambas posturas.
-También se ha potenciado el juego simbólico e imaginativo. Las referencias artísticas. La introducción de connotaciones festivas o las figuras emblemáticas del carnaval de Alsasua.
-La autoría y la dirección son de María Goiricelaya. Ella también ha llevado a cabo la investigación. Ha definido el propósito del análisis y la exposición. La producción es de la compañía Dramática Errante. Entre los intérpretes, figuran Ane Pikaza, Nagore González, Egoitz Sánchez y Aitor Borobia. Todos han realizado un muy destacado trabajo, especialmente por la necesidad de seguir el vertiginoso ritmo expositivo. Por los cambios constantes. Por la necesidad de adoptar nuevos, y hasta enfrentados, registros en escasos segundos.
-He prestado atención a las reacciones del público, porque este tipo de obras tiene una relación más directa y más viva con los espectadores. Ha existido un silencio atento y expectante durante la representación. Después, los aplausos han sido unánimes. Hay que reconocer que unos más entusiastas que otros. Al salir, la gente hablaba en grupos. Es lo que se perseguía.
-Al volver a casa, tras ver la obra, he caminado reafirmándome en la defensa del teatro como reflejo de la sociedad en la que vive, como escenario de los problemas existentes y con una relación estrecha con las preocupaciones de la gente de ahora y aquí mismo.
-Es la manera, a mi juicio, de que las artes escénicas estén vivas y no se acerquen a convertirse en piezas de museo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 octubre 2021 - 10:43 pm
Categoría: General

David Barbero
-Deseo decir públicamente, y en el tono más alto posible, que amo a los payasos. Tengo hacia ellos el mayor de los respetos y la mejor de las estimas. Me parece el personaje escénico más inteligente, emotivo, sabio y entrañable.
-En el terreno profesional, la especialización del clown creo que es a más difícil, la que requiere más capacidades, recursos más elaborados, dotes mejor ordenados y cualidades más definidas. Su aprendizaje exige perseverancia, meticulosidad, estado de ánimo. Pide actitud, además de aptitud.
-En el campo personal, me parece que un payaso no puede ser mala gente. No puede tener envidia, ni odio, ni ser violento o agresivo o malvado. Ni es capaz de engañar conscientemente. Quizá pueda ser glotón o perezoso. O incluso presumido. Pero es imposible que un payaso haga mal a nadie.
-Toda esta declaración, absolutamente sincera, viene a cuento de que esta tarde he asistido en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao al espectáculo titulado ‘Clowns’. Es una creación de Productores de sonrisas. Quizá se pueda decir que pertenece al género del circo. Pero supera todos los límites.
-Los protagonistas son los payasos. En concreto, cinco. Cada uno diferente, irrepetible. Con distintos trajes, maquillajes, dibujos, tintes o tonos. Pero con el mismo espíritu. Iba a escribir con la misma humanidad. Pero me ha superado la duda. Hay muchos humanos que han rebajado mucho el nivel.
-Merecen ser citados por sus nombres o apelativos. Gensi, Isa Belui, Davis Vassallo, Luigi Belui y Housch-Ma-Housch. Los dos primeros son carablancas y se encargan de presentar y poner orden en le espectáculo. Los otros tres intentan desbaratarlo todo. Hacer que el caos aparente se convierta en risa. O en sonrisa. Y así haga feliz a mucha gente.
En este espectáculo, se pueden ver las técnicas tradicionales y actuales de este viejo oficio. También se percibe la notable evolución que está experimentando el circo en general y las actuaciones de los payasos, en concreto.
-Asimismo se puede encontrar un recuerdo y homenaje a los grandes nombres del pasado. En el espectáculo, está presente Charles Chaplin. Pero se palpa la nostalgia de Charlie Rivel, Buster Keaton, George Karla o el mismo Marcel Marceau.
-Esta tarde el teatro Campos Elíseos estaba completamente lleno. El público era diferente y mucho más ruidoso que en otras ocasiones. Se notaban las risas, los gritos, los saltos y los aplausos de los más pequeños. Pero también había numerosos adultos, que no necesitan chistes verdes o burlas exageradas para reírse.
-El espectáculo va a representarse todos los días del largo fin de semana. Con varias sesiones diarias. No lo dejen pasar.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 26 octubre 2021 - 1:00 am
Categoría: General

David Barbero
-Confieso que siento una oculta satisfacción cuando llega alguna ópera que no pertenece a las clásicas composiciones italianas. Sé que es ir un poco contra corriente. Los gustos mayoritarios suelen seguir las obras más conocidas de Verdi, Rossini, Donizetti, Puccini o Bellini. Desde luego, no tengo nada contra ellos. Todo lo contrario. Pero dejo constancia de esa ‘debilidad’.
-Así que esta tarde-noche he acudido contento a disfrutar de ‘De los cuentos de Hoffmann’, con la que la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, ABAO, ha inaugurado su temporada número setenta. En esa satisfacción, estaba también la constatación de que este arranque significa el fin de la situación negativa que ha sufrido la ópera durante toda la pandemia.
-`Los cuentos de Hoffmann’ es una de las cumbres de las óperas francesas. En unión de ‘Carmen’ y de ‘Manon’. Cuenta con un argumento más novedoso, complejo y mejor elaborado de lo habitual. Con matices literarios más elevados y con elementos de mayor elaboración. Hay que destacar los valores musicales del compositor Jacques Offenbach. Pero en esta ocasión, no se puede olvidar uno de citar al libretista de Jules Barbier. A pesar de su tendencia a recrearse en los elementos accidentales del argumento y ralentizar así el desarrollo de la acción.
-La ABAO tiene a gala, y merecidamente, su cuidado a la hora de elegir las mejores voces para sus representaciones. En esta ocasión, ese cuidado ha sido exquisito, y más teniendo cuenta que el elenco es amplio. En él, destacan la soprano Jessica Pratt afrontando el reto de las tres amantes tan distintas y exigentes; el bajo menorquín Simón Orfila, que encarna a los malvados; y, seguramente sobre todos ellos, el tenor Michael Fabiano, que asume el papel protagonista de Hoffmann. Pero sería injusto no valorar al resto de cantantes, incluidos los muy reconocidos interpretes locales.
-Los que se fijan con detención en la actuación de la orquesta, en este caso la BOS, han expresado sinceras alabanzas. También, para el muy competente director musical, Carlo Montanaro. Ellos, en unión del coro, han recibido los sonoros aplausos del público en reconocimiento de su labor.
-En cambio, sobre el director de escena, Vincent Huguet, la mayoría opinaba que se había fijado más en la espectacularidad del escenario que en clarificar el desarrollo de la acción y en potenciar la evolución interior de los personajes. Una monumentalidad escénica que ha dificultado el movimiento de los intérpretes e impedido la creación de las diferentes atmósferas.
-En su conjunto, esta representación de ´Los cuentos de Hoffmann’ ha significado un gozoso regreso a la fiesta de la música y el canto lírico, en el arranque de esta temporada número setenta que promete ser digna de aprovecharse y ser disfrutada.

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