David Barbero
-Ayer, cuando caminaba hacia el Teatro Arriaga para ver el estreno de la obra ‘Izar-Estrella’ de la compañía Marie de Jongh, iba pensando en cómo hace dos años hacía el mismo recorrido para ver su anterior espectáculo titulado ‘Amour’.
-Tras ver aquel ‘Amour’ y también tras su gran éxito, incluso internacional, coincidíamos en que esta compañía se había colocado en un nivel de extraordinario compromiso para mantener el interés y la calidad.
-Vista la ‘Estrella’ de ayer, se puede concluir que ese reto se ha sostenido y mejorado.
-Los miembros de esta compañía, especializada en espectáculos sin palabras, con máscaras, destinados al público familiar, tienen ya demostrado un dominio de estas técnicas que les permite afrontar cualquier tipo de proyecto con todas las garantías.
-En ‘Estrella’, Jokin Oregi, como autor y director, evidencia maestría en la construcción del relato, en el desarrollo de la acción y en la planificación de las escenas. Sabe utilizar los recursos expresivos necesarios, excluyendo la palabra hablada, para comunicar lo que desea. Además, sabe jugar con las emociones y colocar las sorpresas en los momentos adecuados.
-El equipo de interpretación, perfectamente conjuntado y cómplice hasta en los más mínimos detalles, está capacitado para afrontar cualquier tipo de historia. Hasta su dominio de las máscaras, es muy notable.
-En esta ocasión, ha habido una incorporación de gran calidad y muy apropiada para el espectáculo. Se trata del pianista y compositor Iñaki Salvador. Su virtuosismo y su talento estaban ya descubiertos. Pero el trabajo hecho para ‘Estrella’ es magnífico
-También es digno de destacar el trabajo de Elisa Sanz como directora de arte en el vestuario y la escenografía para la creación de los diferentes ambientes.
-Algo más a reseñar es cómo la compañía Marie de Jongh va consolidando un equipo polifacético de gran calidad y perfectamente coordinado.
-No queda más que dar la enhorabuena a todos. Incluso al público por tener la oportunidad de ver este magnífico espectáculo.