David Barbero
-He tenido interés en ver por tercera vez la pieza semi-musical ‘Yo soy Pichichi’ que se ha estado representando en la sala BBK de la Gran Vía bilbaína durante toda esta mini temporada festiva de la Aste Nagusia 22.
-El motivo principal de este interés era que, en las dos veces anteriores, había notado una mejora destacada de una a otra. Y eso que el comienzo ya estuvo en un nivel elevado. Deseaba saber si, en esta tercera ocasión, salía con la misma sensación o no.
-Voy a concretar todavía más. Deseaba saber si se sigue manteniendo el interés en todos los momentos de la pieza. También comprobar el tono humorístico general. La diferenciación con los momentos más ‘serios’. Si la relación emotiva entre la pareja protagonista de Lander Otaola e Ylenia Baglieto parece tan convincente. Un interés especial por la aportación de Itxaso Quintana como cantante y como actriz. Y – ¡cómo no? – un destacado motivo de curiosidad se centraba en los debates, ironías, y estima mutua de los tíos intelectuales encarnados por Felipe Loza e Iñaki Urrutia. Sin olvidar a la pareja instrumentista integrada, al piano, por Naier Ibarrola, y, a la batería, por Jon Fresko, en la creación de las diferentes atmósferas. Ah! También tenía curiosidad por comprobar si se mantenía el ritmo de la acción, y el tono de los momentos narrativos. Bueno, y más cosas que corresponden directamente a la dirección escénica de Patxo Tellería.
-En el título de este comentario ya he adelantado que, en esta tercera visión, he ratificado la sensación de que todos ellos se siguen superando. Da la impresión de que Patxo, quizá en este caso proceda llamarle entrenador, les ha puesto a hacer ejercicios de calentamiento y han actualizado la forma física y mental. Incluso han matizado detalles en numerosas escenas.
-La incorporación de Itxaso Quintana sigue implicando un fortalecimiento en la parte vocal de las canciones, donde había, al principio, ciertos desequilibrios. La pareja en la que descansa la trama emotiva, Lander e Ylenia, aparece también más fresca y con una complicidad redoblada. Han mejorado todavía más su expresividad y su complicidad,
-Los actores Felipe Loza e Iñaki Urrutia son conscientes de que tienen la suerte de interpretar dos personajes que dan mucho juego, y saben utilizar todos los recursos para exprimir todos los matices de sus polifacéticos caracteres.
-Algo similar sucede con los músicos Naier Ibarrola y Jon Fresko. Ambos saben que sus intervenciones cumplen una función por encima de acompañar las acciones interpretativas. Establecen una línea directa de comunicación con el público. Y éste se lo agradece.
-En definitiva, todo el equipo de ‘Yo soy Pichichi’ ha hecho gala a lo largo de estas representaciones, de un estado de forma inmejorable, y ha realizado una labor escénica en permanente mejoría.
-Hay quien dice, con el número de representaciones, se puede caer en la rutina. Aquí sucede todo lo contrario.