Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 agosto 2022 - 12:09 am
Categoría: General

David Barbero

-He tenido interés en ver por tercera vez la pieza semi-musical ‘Yo soy Pichichi’ que se ha estado representando en la sala BBK de la Gran Vía bilbaína durante toda esta mini temporada festiva de la Aste Nagusia 22.

-El motivo principal de este interés era que, en las dos veces anteriores, había notado una mejora destacada de una a otra. Y eso que el comienzo ya estuvo en un nivel elevado. Deseaba saber si, en esta tercera ocasión, salía con la misma sensación o no.

-Voy a concretar todavía más. Deseaba saber si se sigue manteniendo el interés en todos los momentos de la pieza. También comprobar el tono humorístico general. La diferenciación con los momentos más ‘serios’. Si la relación emotiva entre la pareja protagonista de Lander Otaola e Ylenia Baglieto parece tan convincente. Un interés especial por la aportación de Itxaso Quintana como cantante y como actriz. Y – ¡cómo no? – un destacado motivo de curiosidad se centraba en los debates, ironías, y estima mutua de los tíos intelectuales encarnados por Felipe Loza e Iñaki Urrutia. Sin olvidar a la pareja instrumentista integrada, al piano, por Naier Ibarrola, y, a la batería, por Jon Fresko, en la creación de las diferentes atmósferas. Ah! También tenía curiosidad por comprobar si se mantenía el ritmo de la acción, y el tono de los momentos narrativos. Bueno, y más cosas que corresponden directamente a la dirección escénica de Patxo Tellería.

-En el título de este comentario ya he adelantado que, en esta tercera visión, he ratificado la sensación de que todos ellos se siguen superando. Da la impresión de que Patxo, quizá en este caso proceda llamarle entrenador, les ha puesto a hacer ejercicios de calentamiento y han actualizado la forma física y mental. Incluso han matizado detalles en numerosas escenas.

-La incorporación de Itxaso Quintana sigue implicando un fortalecimiento en la parte vocal de las canciones, donde había, al principio, ciertos desequilibrios.  La pareja en la que descansa la trama emotiva, Lander e Ylenia, aparece también más fresca y con una complicidad redoblada. Han mejorado todavía más su expresividad y su complicidad,

-Los actores Felipe Loza e Iñaki Urrutia son conscientes de que tienen la suerte de interpretar dos personajes que dan mucho juego, y saben utilizar todos los recursos para exprimir todos los matices de sus polifacéticos caracteres.

-Algo similar sucede con los músicos Naier Ibarrola y Jon Fresko. Ambos saben que sus intervenciones cumplen una función por encima de acompañar las acciones interpretativas. Establecen una línea directa de comunicación con el público. Y éste se lo agradece.

-En definitiva, todo el equipo de ‘Yo soy Pichichi’ ha hecho gala a lo largo de estas representaciones, de un estado de forma inmejorable, y ha realizado una labor escénica en permanente mejoría.

-Hay quien dice, con el número de representaciones, se puede caer en la rutina. Aquí sucede todo lo contrario.

 

 

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 26 agosto 2022 - 11:26 pm
Categoría: General

David Barbero

-Esta tarde he acudido al Teatro Campos Elíseos de Bilbao, para ver la obra ‘Comedia sexual de una noche de verano’. Cuando, hace un rato, regresaba a casa, después de haber visto la representación, venía pensando en que hay que tener mucho cuidado cuando uno se topa con los textos clásicos.

-Me explico. El espectáculo que he visto no tiene una relación directa e inmediata con el muy interesante texto de William Shakespeare ‘El sueño de una noche de verano’. Los creadores y promotores lo advierten. Su punto de referencia más cercano es Woody Allen. Además, utilizan el título modificado por el cineasta norteamericano.

-Concretando. Este proyecto teatral se basaba directamente en el guion de la película que Woody Allen realizó en 1982, cuando todavía vivía con Mía Farrow. Es una de las más reconocidas de él. En ella, como en todas, incluye sus características reflexiones a la vez humorísticas, medio-absurdas y psicoanalíticas.

-Incluso parece ser que Woody Allen tampoco se fijo directamente en el texto de Shakespeare.  Tuvo como modelo más directo la versión que ya había hecho el cineasta y teatrero sueco Ingman Bergman. Éste también incluyó sus propias reflexiones, inquietudes y propósitos.

-En la aportación de Allen, junto al juego onírico, despuntan sus ironías, algún sarcasmo existencialista, las reflexiones sobre la incomunicación, incluso dentro de uno mismo, y ese tono de escepticismo inteligente del que hace gala.

-A todo esto, hay que añadir las intenciones y deseos de Triana Lorite a la hora de adaptar el texto. Y también lo añadido por Juan José Afonso, el director de esta función. De esta manera, se puede tener uno idea de la mixtura y las sucesivas influencias superpuestas que posee este proyecto.

-De la esencia, queda el encuentro de tres parejas que se reúnen a cenar con un propósito de celebración festiva y amistosa. Pero los duendes mágicos, junto a los recuerdos de anteriores relaciones entremezcladas y los deseos o inclinaciones sobrevenidas convierten en encuentro en un festival de deseos, búsquedas, requerimientos, entregas, satisfacciones y renuncias.

-También queda la destilación de las sucesivas reflexiones sobre la naturaleza humana, con sus virtudes y sus flaquezas, éstas siempre más atractivas que aquellas.

-Para mostrárselas al público, también con sus aportaciones propias, está la entusiasta labor de actores y actrices como Melani Olivares, Fernando Soto, Iris Diaz, Ismael Fritschi, Raquel Arroya y Mingo Ruano.

-Todo esto es lo que puedo deciros para explicar por qué he regresado a casa con mi reflexión de que hay que tener cuidado cuando se mete la mano en los textos clásicos, sean antiguos o modernos.

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 25 agosto 2022 - 11:58 pm
Categoría: General

David Barbero

-Esta tarde he asistido, en el palacio Euskalduna, al estreno en Bilbao de la obra ‘Laponia’, dentro de la programación de la Aste Nagusia. El acto ha estado rodeado de expectación, ya que era una de las presentaciones teatrales más esperadas para estas fiestas bilbaínas.

-La expectación estaba motivada por muy diversas razones. Una de ellas es el nombre y la fama de sus protagonistas principales, Amparo Larrañaga e Iñaki Miramón, dos intérpretes muy conocidos y queridos por los aficionados bilbaínos.

-También ha influido la buena fama que ha ido recogiendo esta obra durante sus representaciones en Madrid, bajo la dirección de Tamzin Townsend, especialista en este tipo de obras. En Barcelona, ya se había estrenado en catalán y con actores locales. Allí estuvo dirigida por los propios autores Cristina Clemente y Marc Angelet. Asimismo, se ha estrenado y ha tenido éxito en varias capitales latinoamericanas.

-La obra trata sobre el deterioro de las relaciones humanas, incluso dentro de los círculos familiares. Se analiza la influencia de las diferencias culturales. En este caso, entre los cálidos convencionalismos latinos y la frialdad de los planteamientos escandinavos.

-‘Laponia’ desarrolla una estructura cómico-dramática que ha sido experimentada con éxito en décadas anteriores dentro del teatro llamado comercial. Se parte de una reunión entre dos parejas, relacionadas por la amistad, el parentesco o la proximidad. El encuentro comienza siendo cordial. Pero un acontecimiento sin aparente importancia desencadena el enfrentamiento. Este choque va cogiendo fuerza y se va extendiendo a aspectos más íntimos de cada uno de los personajes, hasta llegar al culmen de la violencia verbal o física.

-Aparentemente puede parecer una fórmula fácil de imitar. Pero a la hora de la verdad, se requiere mucho talento para superar los numerosos problemas que van surgiendo con la psicología de los personajes, con la calidad e interés de los temas sobres lo que se discute, con el peligro de falta de acción, de escasez de conflicto, con el contagio del estatismo, con la ausencia de progreso en la discusión, la gran dificultad de un buen punto final… Y algún otro contratiempo que se puede detectar acudiendo a ‘Laponia’.

-Este tipo de obras basadas exclusivamente en la conversación, y sin otros recursos para llegar dramáticamente a los espectadores, requiere, además de un texto adecuado, de unos intérpretes experimentados y cómplices, así como una dirección experta.

-En este caso concreto, parece que se necesitaría algo más de lo puesto para superar los escollos señalados.

 

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 agosto 2022 - 11:43 pm
Categoría: General

David Barbero

-Esta tarde he acudido al palacio Euskalduna de Bilbao para ver, de nuevo, la obra teatral ‘Escape room’ con un objetivo muy claro. La vi el año pasado, también en ese mismo edificio y dentro de la programación de la Aste Nagusia.

-Por supuesto, recordaba que esta pieza fue quizá la que recibió, hace un año, la mejor aceptación del público. Añadiré que yo también realicé, entonces, en este espacio un comentario laudatorio. Ahora se presenta con las mismas características. El único cambio es la sustitución de una de las actrices. Mónica Pérez sustituye a Kira Miró.

-He indicado antes que esta tarde he acudido con un objetivo prefijado. Deseaba analizar de nuevo el mecanismo de relojería con el que se mueve la acción y las intenciones de esta pieza.

-Arranca con el disimulado truco de que se va a tratar de una sesión divertida, intrascendente, para pasar un buen rato, sin más transcendencia ni problemas ni situaciones complicadas. Pero éstos, los problemas, comienzan a aparecer antes de que pasen unos minutos. E irán aumentando en número e intensidad.

-Se mezclan diversas situaciones, tramas e intereses. Por una parte, es un grupo de amigos, dos parejas, con la incorporación de un miembro nuevo. Van a asistir a un juego de intriga. Además, ha aparecido en el lugar un cadáver descuartizado cuyas incógnitas no se han aclarado. Se añade un conflicto de compromisos políticos. Incluso aparecen tensiones sexuales no resueltas y otras resueltas en exceso.

-Además, se desarrolla con maestría un muy hábil juego de verdades y mentiras, de compromisos y deslealtades, de apariencias falsas y realidades por interpretar. Existen sorpresas en los momentos adecuados y descubrimientos cuando no se esperan.

-Como me ocurrió hace un año, hoy he ratificado la gran habilidad creativa, quizá se deba llamar sabiduría, de Joel Joan y Héctor Claramunt como autores y directores. Para el manejo de todos estos elementos, ponen en marcha un mecanismo muy cuidado, a un ritmo preciso, sin pausas, pero sin precipitaciones. Están calculados los avances y también los sobresaltos. Una de las claves sutiles está, creo, en relacionar las diferentes tramas, para que avancen simultáneamente y caminen hacia una resolución coordinada.

-En la ejecución de este mecanismo o resolución de este rompecabezas, tienen una buena parte de responsabilidad los cuatro actores. En esta nueva visión, me ha parecido que lo llevan ya muy asumido y muy aprendido, con el número de representaciones acumuladas.

-He encontrado al elenco todavía más compenetrado. Tanto a los ‘veteranos’ Antonio Molero, María San José y Leo Rivera, como a la ‘nueva’ Mónica Pérez. Dominan las situaciones y son conocedores de las impresiones que deben causar en el público en cada momento. Obedecen a la exigencia, en las obras de intriga, de llevar al espectador por los caminos deseados para que la resolución resulte más eficaz.

-Por lo tanto, lección confirmada. En teatro, para que algo funcione de modo fluido, debe poseer un mecanismo muy engrasado en todos los elementos: la historia, el ambiente, el ritmo, los personajes, las sorpresas…

– Ah! El buen manejo de la verdad y la mentira, las apariencias y la realidad es fundamental y muy agradecido.  Pero exige una exactitud de relojería.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 agosto 2022 - 11:29 pm
Categoría: General

 

David Barbero

-Creo que todos los que la conocéis, coincidiréis conmigo en que Bea Insa es una teatrera polifacética, interesada en todos los géneros escénicos, inquieta, muy trabajadora…

-Creo también que todos los que le conocéis, coincidiréis conmigo en que Ángel Mirou es un teatrero, sobre todo autor, pero también desarrolla otros oficios, interesado por distintos géneros, observador, inquieto con apariencia de tímido, también muy trabajador…

-Estoy convencido también de que quienes habéis seguido su trabajo en común, coincidiréis conmigo en que se preocupan de temas actuales, que se ocupan de asuntos polémicos, que conectan con la actualidad, que tienen una mirada crítica e intencionada sobre esta sociedad.

-Todo esto se ha podido comprobar en las ya numerosas piezas que han presentado en común durante los últimos años. También, y yo creo que de modo especial, se puede constatar en la obra de ambos que he visto esta tarde en la sala Kúpula del Teatro Campos Elíseos, dentro de la programación de la Aste Nagusia bilbaína de este año 2022.

-El título. ‘Tarán Tran Transición’, da muchas pistas tanto sobre el contenido como la manera de tratarlo. Se enmarca en la trayectoria de teatro documental. Con especial énfasis en el adjetivo documental en esta ocasión, aunque también se preocupan de introducir otros elementos escénicos y narrativos que agilizan la exposición.

-El contenido es el análisis de un periodo cercano de la historia de España. El que está entre la dictadura franquista y la democracia parlamentaria bajo una monarquía hereditaria. Un periodo breve, pero lleno de inquietudes, contradicciones, esperanzas de muchos, ambiciones de algunos, atropellos de otros. Incluso con algún golpe de estado, cuyo desarrollo todavía no está aclarado.

-El modo de tratarlo incide en la crítica hacia acontecimientos o decisiones que todavía no han sido aclaradas o cuyas circunstancias no parecen del todo democráticas. Se añade bastante humor, abundante documentación, posicionamiento en el lado de los débiles. Tiene apuntes cómicos, ironías, alusiones al destape, a las amantes del rey y a los cabreos de la ultraderecha.

-El género escénico podría parece un monólogo, por intervenir una sola intérprete. Pero no se limita a esa fórmula. Incluye otros muchos elementos. Hay acción y desarrollo escénico.

-En el aspecto netamente interpretativo, varios de las asistentes esta tarde han comentado la expresividad y la fluencia en la comunicación mostrada por Bea Insa. Tampoco debe infravalorarse la labor de la violonchelista Ana Ispizua sobre todo en la creación de atmósferas. No ha pasado desapercibido, en los comentarios positivos, la presencia sobre el escenario de Ángel Mirou, el autor. Y hasta ha habido elogios para la iluminación de Patxi Pascual.

 

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