-Voy a adelantar que en esta ocasión el autor a mejorar es Valle – Inclán. Nada menos que Don ramón del Valle –Inclán.
-Difícil misión, si no imposible. Don Ramón es inmejorable.
-Nos situamos. En el Teatro Campos Elíseos de Bilbao se está representando la versión de la obra ‘Luces de bohemia’ que hace la compañía Teatro del Temple.
-Hablar de ‘versión’ es quizá algo exagerado. Hay un respeto del texto del manco insigne.
-Bueno. Se respeta. Pero el planteamiento teórico es ‘partimos de la magnificencia de material textual’ de Valle Inclán. ‘Partimos’ se dice. Y también. ‘Optamos por una propuesta desnuda, despojada, que busca la esencia del discurso humano que brota, palmo a palmo, en esta bajada a los infiernos’.
-Bueno. Vamos a ver. Aclárate. ¿Tú crees que los clásicos son intocables?
-¿Llamas clásico a Valle?
-No, hombre. Todo lo contrario. Los clásicos son tocables. Hay que revivir a los clásicos.
-La ‘versión’ de Teatro del Temple está muy cuidada y trabajada. ¿O no?
-Hay tipos serios por detrás. Hablemos de Alfonso Plou y Carlos Martín.
-Supongo que no te olvidas de los actores. Su trabajo también es de destacar.
-Pero la gente, al salir del teatro, de lo que habla es de la fuerza del texto de don Ramón del Valle – Inclán.
-¡Qué pesado! Eso ya lo sabemos.