-Tú perteneciste al grupo de seguidores de Joaquín Ruiz Jiménez en al universidad. ¿No?
-No era tan católico y tenía pocos años.
-Me ha enfadado un poco que la nota de su muerte lleve el titular de ‘Muere el primer defensor del pueblo’. Eso es lo menos significativo de su biografía. Fue el cargo que le dieron en su vejez para reconocer su trayectoria.
-La gente tiene muy poca memoria.
-Tuvo una trayectoria un tanto compleja.
-¿Compleja?
-Hombre. Comenzó siendo ministro de Franco.
-¡Ministro reformista!
-Reformita se podía ser poco en los primeros años de la dictadura del señor bajito con bigotillo.
-Sobre todo, era muy buena persona. Y las buenas personas nunca triunfan.
-No seas tú injusto. Hay que reconocer su mérito al estar allí en aquellos años. Intentó que el régimen no fuera tan dictatorial.
-Tampoco duró tanto tiempo en el ministerio de Educación. Hubo líos en la universidad y a tomar viento.
-Yo tuve más contactos con el grupo que hacía la revista ‘Cuadernos para el diálogo’. Rozaban el límite de lo posible en esa época.
-Bueno. Vale. Quito mis reparos.
-Fue injusto aquel fracaso electoral en la transición. Se presentó con un partido demócrata – cristiano y no consiguió ni un solo representante en todo España.
-No se puede decir que tuviera un gran carisma popular.
-De todos modos, si luchó por las libertades, yo me quito el sombrero. Siempre es más fácil acomodarse.
– Más fácil y más rentable.