David Barbero
-Voy a comenzar este comentario con la afirmación de que lo mejor del espectáculo teatral que he visto esta tarde es, a mi juicio, el trabajo interpretativo y de dirección.
-Me sitúo antes de continuar. Esta tarde, día mundial del teatro, he acudido al Teatro Social de Basauri para ver la obra titulada ‘Los mojigatos’. El autor es el conocido dramaturgo escocés Anthony Nelson. Magui Mira ha realizado la dirección y la adaptación. La obra tiene dos personajes, que son interpretados por Cecilia Solaguren y Gabino Diego.
-Ahora debo explicar por qué he destacado, desde el principio, la interpretación. Suele ser un recurso para dejar ver, sin explicitarlo, que el contenido de la obra ha sido bastante flojo y superficial, encaminado a conseguir la risa fácil.
-Puede verse un adelanto disimulado de esta debilidad en la información y propaganda que se hace antes del estreno de la obra. Primero se indica que trata sobre las dificultades en las relaciones sexuales entre la pareja. Pero inmediatamente se añade que ese motivo ‘cómico’ está situado en un contexto del análisis de la soledad, de la imposibilidad de la comunicación o de los conflictos profundos entre la pareja. Se intenta atribuir una profundidad ideológica inexistente.
-Del planteamiento de Anthony Neilson, como autor, es preciso decir que su veteranía le lleva a proporcionar algunos elementos efectistas para disimular el uso de las dificultades sexuales como el centro principal de su obra. Consigue desviar la atención de los espectadores hacia una propuesta de terapia en directo. Pero la realidad se queda en una anécdota superficial, suavemente procaz y muy poco por encima del chiste verde.
-La adaptación de Magui Mira tiene la habilidad de dinamizar la escasa acción del argumento y establecer un ritmo medianamente vivo con movimientos complementarios. Se nota también en ella la intención de contener cualquier exageración o gesto indebido que dejara en evidencia el carácter provocativo de la comedieta frívola.
-Esa contención es más pronunciada en la interpretación de Gabino Diego. Su personaje tiene más peligros para caer en la procacidad. Por eso, fuerza una apariencia cercana a la ingenuidad exagerada. Es posible que alguien haya encontrado sus tics habituales. Son las características interpretativas que gustan y aplauden sus seguidores incondicionales.
-Cecilia Solaguren aprovecha esta comedia ligera para demostrar que ha alcanzado su madurez personal e interpretativa. Se muestra con el dominio de su amplio abanico de recursos en gestos, movimientos y expresiones. Domina la acción sobre el escenario a la vez que mantiene el equilibrio expresivo sin recurrir a excesos innecesarios.
-También ha vuelto a demostrar hoy que tiene una extraordinaria complicidad con el público. Desde sus primeras palabras o gestos, obtiene su asentimiento y su aplauso. Un mérito digno de valorar.
David Barbero
-Quiero empezar haciendo referencia a un detalle secundario. Esta tarde, he presenciado la obra de teatro ‘A.K.A.’ en la sala BBK de Bilbao sentado en el mismo escenario. Lo destaco porque me ha permitido ver desde muy cerca del intérprete. Y creo que, en este caso concreto, ha sido muy útil para apreciar mejor las características del espectáculo.
-Otra referencia previa. Esta obra, cuyo título completo es ‘A.K.A.- Also Known As’,(También conocido como) era una de la más esperadas en las programaciones vascas, por la gran repercusión que ha tenido en los últimos tiempos a causa de su tratamiento rompedor e innovador.
-Se entrenó en una pequeña sala alternativa catalana hace ya tres años. Enseguida cogió fama. Ascendió a escenarios más ‘normalizados’, importantes y de mayores dimensiones. Inició giras por diferentes zonas de la península. Consiguió premios. Entre ellos, varios Max. Pero no se había acercado, hasta que ha sido traída a esta sala BBK. Lo que es de agradecer.
-Este ‘detalle’, a juicio de varias personas con las que lo he comentado, obliga a hacerse preguntas sobre la rapidez/tardanza con la que son programadas aquí determinadas obras de interés.
-Vamos con los datos para situar el espectáculo. El autor del texto, muy trabajado y matizado, es el argentino Daniel J. Meyer. Su carácter innovador radica en la ruptura de las coordenadas del tiempo y del espacio expositivos. También destaca la novedad de tratar los problemas de la juventud como la viven los propios jóvenes. Y la novedad de afrontar la situación de una parte de la juventud concreta como son los migrantes, aunque ya se hallen integrados. O ellos lo crean.
-La dirección ha corrido a cargo de Montse Rodríguez Clusella. También muestra rasgos novedosos y nada habituales en los escenarios. Se rompen los criterios de linealidad. Se fragmentan las acciones. Se mezclan y se interrelacionan con parámetros más libres, directos y comunicativos. Uno de sus grandes méritos es el ritmo lleno de dinamismo y vitalidad.
-El primer intérprete de este espectáculo fue Albert Salazar. En la actualidad, ha asumido el papel Luis Febrer. El primero consiguió numerosos reconocimientos. Pero este segundo no le va a la zaga. Realiza también un muy buen trabajo fuera de los cauces habituales. Desarrolla un esfuerzo físico extraordinario. Rompe las referencias de los personajes y las acciones con cambios vertiginosos en las localizaciones temporales y espaciales.
-Estas mismas características rompedoras se dan en los planteamientos de la escenografía, en la iluminación y en los recursos expresivos. El espacio sonoro y las canciones fluyen también con idéntica libertad.
-Todas estas innovaciones del texto, de la dirección, de la interpretación, de la escenografía, la iluminación o la música encajan además con las especiales características de la historia que se expone y con el personaje que la protagoniza. Ya he dicho que se trata de la vida de un adolescente migrante. Todo se ve a través de sus ojos. Somos testigos de sus preocupaciones cotidianas. De sus aficiones, sus temores, sus estudios, sus gustos. También sus tristezas y sus dudas. La música que prefiere, su móvil. El amor. Sus aspiraciones. Y las dificultades en que se ve implicado. La incomprensión y el rechazo por los prejuicios y los intereses sociales.
-Junto a él, también queda reflejada la sociedad que le rodea. Desde luego, sus padres adoptivos. Los otros jóvenes y adolecentes. Los padres de estos compañeros. La diferencia de clases sociales. Las leyes. La injusticia.
-Sin duda esa misma historia, ese mismo personaje y esta sociedad actual se podían haber representado siguiendo las normas habituales en los espectáculos teatrales. Sin embargo, el resultado habría sido muy diferente. A mi juicio, no habría habido una simbiosis tan natural y adecuada, una visualización tan clara.
-Personalmente, me he reafirmado en la sensación y en la opinión de que el teatro debe ir transitando por nuevos caminos, si desea tratar de modo más adecuado los problemas actuales. Esos nuevos caminos también son necesarios para comunicar estas situaciones nuevas a los espectadores de hoy, que han cambiado quizá más que el propio teatro.
David Barbero
–Me voy a permitir cambiar. Con vuestro permiso. Normalmente escribo por la noche los comentarios de las obras que he visto por la tarde. Como ya conozco la obra que esta tarde se va a representar en el teatro Arriaga, voy a destacar, antes, lo que me parece destacable en ella. Por si a alguien le puede ser útil a la hora de fijarse en los detalles.
-Esta tarde y todo el fin de semana, se va a representar en el teatro municipal de Bilbao, ‘Señora de rojo sobre fondo gris’. Es un monólogo que Miguel Delibes publicó como una novela breve. No disimuló su tono autobiográfico. Desde el momento de su publicación, se entendió como un homenaje a su esposa, Ángeles de Castro, fallecida poco antes.
-Tampoco ocultó su compromiso social. Desde el mismo título, dejó claro que su intención era hacer un retrato, además de la mujer de rojo, del fondo gris, político y cultural, en el que habían transcurrido sus vidas.
-Creo que uno de los aspectos a observar, – al menos a mí me interesó- es ese contraste de colores, el rojo y el gris, para describir y simbolizar los dos tipos de realidades, la personal y la social.
-Por supuesto un elemento muy destacable de esta obra, quizá no sea necesario destacarlo, es el texto. ¡Qué lujo de texto! Qué variedad de palabras. Qué exactitud en los términos usados. La expresividad. Hasta la musicalidad de las frases. Su estructura. Su longitud. La construcción del discurso. La graduación del interés. El tono para cada una de las partes.
-Otro motivo al que hay que estar atento es la interpretación. El gran Pepe Sacristán. Qué eficacia de gestos y de expresiones. ¡Y la voz! No sólo la calidad y la modulación. La matización de cada sonido. Los cambios de entonación. También la naturalidad en la emisión. La capacidad para transmitir cada emoción. Algo obligatorio no frecuente: la emisión para que se oiga sin esfuerzo hasta en las últimas filas.
-También es digno de observar con cuidado la eficacia de la puesta en escena. La utilización del mobiliario, de la luz, de los sonidos. Cada elemento tiene un objetivo, o una intención. Es difícil evitar la comparación con los falsos recursos de exagerar para buscar un protagonismo vacío sobre la base de efectos de artificio.
-Creo que a lo largo de mis numerosos comentarios he dejado claro que no tengo una visión nostálgica del teatro. Soy decidido defensor de que, en las artes escénicas, hay que mirar hacia el más riguroso presente en ls formas y los contenidos.
-Pero me parece un error no apreciar y degustar las virtudes del teatro que ha precedido al presente. Por eso se lo adelanto, con la recomendación, si me lo permitís, de que no os perdáis detalle en las tardes de este fin de semana en el teatro Arriaga.
David Barbero
-Antes de acudir esta tarde al teatro Arriaga de Bilbao, me ha venido insistentemente a la cabeza el tema de las delicadas relaciones entre las artes escénicas, el teatro en concreto, y los jóvenes.
-No tengo datos estadísticos exactos sobre su asistencia. Tampoco tengo ahora contacto académico con ellos como para conocer directamente sus gustos. Pero en los patios de butacas teatrales se ven muchos más pelos canosos y melenas teñidas con tinte de peluquería.
-Esta preocupación me ha venido porque esta tarde, he ido al ver la obra ‘Un viaje a América’. Trata sobre dos chicas muy jóvenes, que realizan un viaje de estudios, durante un curso completo, a América. Estas dos estudiantes son interpretadas por dos actrices, también muy jóvenes, Nerea Mazo y Miren Arrieta, una bilbaína y otra donostiarra.
-Ambas realizan un trabajo interpretativo muy completo, esforzado y duro. Tienen que dar vida también a otros muchos personajes. Deben utilizar tonos muy diferentes. En idiomas distintos. Definir, con ellos, a personajes extremos y en muy poco tiempo. Los cambios de actitud y talante son vertiginosos. Tienen que cantar, bailar, interpretar, narrar y tocar instrumentos musicales. Con tan pocos años, demuestran una cuidadosa preparación y una bien aprovechada experiencia. Se nota tanto en el entusiasmo como en la calidad de su labor interpretativa. Su trabajo es digno del más sincero elogio.
-El equipo que las rodea está formado por profesionales veteranos que ya han demostrado sobradamente sus cualidades, su talento y sus grandes conocimientos. La autoría es de Patxo Telleria. La dirección de Mireia Gabilondo. En la escenografía, iluminación y audiovisuales están Fernando, David y Daniel, los tres con el apellido Bernués. Están vinculados a la compañía Tanttaka, de acreditada calidad en el llamado teatro para adultos. En esta propuesta, ejercitan su capacidad, talento y entusiasmo. Lo tienen en un
grado muy elevado.
-No tengo capacidad, ni conocimientos para sacar conclusiones sobre si es eso lo que se debe hacer para captar el interés de los jóvenes. Pero estoy convencido y sobre todo tengo el deseo de que obras como ‘Un viaje a América’ puedan contribuir a ello. No solo por el tema tratado. También, y mucho, por la buena labor realizada por Miren Arrieta y Nerea Mazo, y por el esfuerzo de los adultos que participan en ella.
-Lograr un teatro que realmente interese a las generaciones más jóvenes es fundamental no ya para el futuro. Para el presente.
David Barbero
-Reconozcamos que suele haber una infravaloración teatral sobre los monólogos. Hay quien duda incluso de su entidad teatral. Se le atribuye el escaso valor de ‘contar’ cosas sin que exista vida, conflicto o dramatismo sobre el escenario.
-No negaré yo que, a veces, sucede. Hay quien utiliza los monólogos a modo de cuenta chistes no siempre graciosos. O para echar discursos soporíferos. Pero quien mantenga el prejuicio de aplicar esa valoración negativa de modo generalizado, sólo tiene que asistir a una representación de ‘Soka’ para eliminarlo.
-La oportunidad se la ofrece pabellón 6 durante este fin de semana. Yo la he aprovechado esta tarde.
-Los méritos deben repartirse entre el intérprete, Iñaki Rikarte, el director y responsable de la escenografía, Fernando Bernués, y el autor Mikel Gurrea. Y hay que guardar la parte correspondiente para el equipo técnico formado por Edi Nuadó, Dani Bernués y Txema González.
-Como son datos que aparecen en las referencias periodísticas, no descubro nada si digo que el protagonista es un profesor de gimnasia que se encuentra con que uno de sus alumnos, de 11 años, se ha ahorcado. El clima social creado por ese grave acontecimiento le implica y condiciona su vida.
-El planeamiento ya es directo, impactante, con la fuerza para golpear al espectador. Desde el comienzo, la tragedia está sobre el escenario. Y no solo el hecho. Inmediatamente queda reflejada la situación social, el acoso, bulling, la violencia física y psíquica, la maldad, las injusticias. También aparece – se vive- la culpa, la denuncia, la responsabilidad, la rabia. Todas esas emociones son transmitidas con gran fuerza a los espectadores.
-Lo hemos calificado como monólogo, porque hay un solo intérprete. Pero existen muchos personajes implicados. Y están ahí sobre el escenario. Hablan y viven sus dramas o sus excusas. Y las investigaciones. No se cuentan. Se viven. Se puede decir, incluso, que la acción tiene un ritmo hasta frenético.
-El escenario está casi vacío. Tiene muy pocos elementos. Unas sillas. Pero está lleno de recursos significativos. Incluso se multiplica en diversos lugares, sin necesidad de más elementos.
-Ah! La soga del título está muy presente, viva, llena de significados. Como si fuera un personaje más. Provocando emociones y participando en la acción.
-El espacio sonoro tiene un papel decisivo en la creación del ambiente y la transmisión de sentimientos. Las proyecciones colaboran decisivamente.
-Con lo dicho, ya se ha podido deducir que la interpretación poli-facética, pluri- detallista, multi-emocinal es un elemento decisivo en todo el desarrollo. El texto tiene las habilidades de ser directo, de huir de las florituras innecesarias, de reunir los elementos emotivos a los narrativos, de identificar a los personajes con detalles. La dirección tiene el merito de haber puesto valor en cada elemento y multiplicarlo al conjuntarlos.
-Deseo repetir los nombres de los muy meritorios ‘responsables’ de este completísimo, variado y muy potente espectáculo. Iñaki Rikarte, Fernando Bernués y Mikel Gurrea. ¿Alguien sigue dudando de la necesaria aportación de los llamados técnicos? Pues la ‘culpa’ es de Edi Nuadó, Dani Bernués y Txema González.
-Lo dicho arriba. Quien vea esta ‘Soka’ no podrá ya considerar al monólogo un género de segunda. Si alguno lo es, puede tomar aquí ejemplo.
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