David Barbero
-Ayer por la noche en Bilbao, a la salida del Teatro Arriaga, tras ver la representación de ‘The winter’s tale’ de Shakespeare, hicimos un corro y nos quedamos charlando. Coincidíamos en la satisfacción y el lujo que significa poder disfrutar de un espectáculo tan magnífico.
-Nos referíamos al montaje realizado por la compañía inglesa Cheek by Jowl, dirigida por Declan Donnellan.
-Con la satisfacción y el lujo, nos referíamos al hecho de que Bilbao se haya convertido en una parada de ese circuito internacional, reducido y selecto, en el que se mueve este tipo de espectáculos.
-Acabábamos de ver, presenciar, participar y disfrutar de una puesta escena modélica en todos los sentidos de una de las últimas obras de Shakespeare, ‘El cuento de invierno’. Quizá no muy conocida. Pero imprescindible. Una historia desbordante, sin límites, poliédrica, llena de matices, con elementos cómicos y dramáticos, violentos y entrañables, amor y violencia, sabiduría y agresividad.
-La obra se representaba en inglés con sobre títulos en castellano y en euskera. A veces, la traducción de texto ayudaba a entender mejor los hechos y el carácter de los personajes. Otras, te podías dejar llevar del sonido, del tono, de la melodía. En ocasiones, llamaba tu atención la distribución de los personajes en la escena, o sus movimientos, o sus gestos.
-Un atractivo no menor era el partido sacado en los pocos elementos escénicos. La expresividad, la eficacia para determinar la acción o completar el carácter o producir una emoción. Hay que aludir al juego exacto de las luces. El sonido total y múltiple de las voces. ¡Los efectos sonoros, impresionantes!
-Un capítulo especial es la perfecta, coordinada y ajustada actuación de todos los intérpretes. Los muchos que eran. La perfecta definición de cada individualidad. El coordinado ensamblaje del conjunto en cada momento. Su diversidad y su armonía.
-Decir algo sobre la maestría de Declan Donnellan resultaría reiterativo. El dominio de todos los elementos. La atención individualizada a cada uno de ellos. La graduación de los efectos. La plasticidad. La comunicación con el público.
-Hay algo fundamental en el planteamiento que es digno de destacar. No se trata de reproducir con exactitud la época de Shakespeare, de su mundo, de sus problemas, de sus intenciones. El mundo de Shakespeare es éste. Hoy mismo. Las personas de hoy tenemos los mismos problemas, necesidades y deseos que los de hace 400 años. Los matices diferenciadores son circunstanciales. Con ese pensamiento, Donnellan consigue que funcione perfectamente el contraste de mantener el texto exacto del gran autor británico y colocar a los personajes en este mismo momento.
-Lo dicho al principio. Una gran oportunidad, una satisfacción, un lujo haber podido ver en Bilbao ‘The winter’s tale’ de William Shakespeare, dirigido por Declan Donnettan e interpretado por todo su equipo.