David Barbero
-La sala BBK, de la gran Vía de Bilbao, ha Inaugurado esta tarde su nueva etapa de programación con la pieza de danza contemporánea ‘Gorpuztu’, de la compañía de la coreógrafa Eva Guerrero.
-Yo lo he entendido como una declaración de principios. En la elección de esta pieza y en sus características, encuentro las claves del rumbo futuro de la programación en lo que a artes escénicas se refiere.
-‘Gorpuztu’ es una pieza especialmente cuidada y significativa. En ella, Eva Guerrero demuestra la madurez y perfección que ha adquirido como creadora. La bailarina solista Garazi López de Armentia pone en ejercicio todas las cualidades y su gran expresividad como bailarina y como intérprete.
-Muy significativa es la aportación del cuarteto integral de música y canto que participa. Tienen protagonismo en el desarrollo de esa búsqueda del equilibrio. Participan en la creación de las diferentes atmosferas; y establecen la comunicación de las emociones. Citemos sus nombres como reconocimiento, Yolanda Bustillo, Carla Sevilla, Nerea Alberdi y Cristina Samaniego.
-Es un espectáculo en el que se potencia la suma y la fusión de todos los elementos. La escenografía, los objetos, la iluminación, el vestuario y el movimiento caminan en la misma dirección para completar el efecto artístico deseado.
-Es preciso destacar el carácter femenino y polifacético de un amplio equipo muy preparado y profesionalizado, a cuyo frente está la producción de Jemima Cano.
-Otro aspecto a considerar es la actualidad del tema desarrollado en esta coreografía. La búsqueda de la serenidad. La superación de las tensiones y conflictos. Las formas y las posturas para su conquista. La eliminación de los ruidos y los desasosiegos. Unido todo por una curiosa investigación sobre los diferentes usos del cuerpo con referencias rituales.
-En esas claves de trabajo artístico concienzudo, de fusión de géneros, con exigencia de calidad, de equipos femeninos, de modernidad, de investigación, de búsqueda, parece estar orientada la incorporación de la autora, directora y actriz María Goiricelaya, como responsable de la programación de artes escénicas en esta sala BBK.
-¿No creéis que hay motivos para estar atentos? Puede producirse un buen revulsivo.
David Barbero
-Cuando venía hace un rato hacia casa, por las calles casi solitarias de Bilbao, después de ver en el palacio Euskaduna el espectáculo ‘Bilbao. Ahivalahostia’, me preguntaba cómo podría definirse. Y he coincidido con otros colegas en que hay que incluirlo en el ya configurado género de cabaret bilbaíno.
-Entre la bilbainada y una, benévola, autocrítica. Entre el orgullo de la propia manera de ser y la broma de la exageración. Lleno de curiosidades locales, relatos cercanos, costumbres, canciones, dichos típicos y personajes característicos. Rodeado todo es de humor y complicidad.
-Allí están el gargantúa, Marijaia, la enamorada de Arrikibar, la Carola, San Blas, el txikitero, La Otxoa y, desde luego, el athletic club.
-Ya el libro homónimo de Tomás Ondarra, publicado hace unos años, que ha servido de base, fue definido como una biblia sobre Bilbao. Otros preferían la expresión vademécum botxero. O las sagradas escrituras bilbaínas.
-Ahora se ha convertido en el espectáculo, tan peculiar como diferente, que esta tarde se ha estrenado en el palacio Euskalduna. Este complicado, difícil y muy meritorio traslado al escenario ha sido trabajo, – y no ciertamente fácil-, del polifacético teatrero Gorka Mínguez y el músico Yeyo Bayeyo.
-Gorka, de esta manera, ha incluido en su repertorio quizá el único género escénico que le faltaba. Su decisión, su valentía y su entrega en todo lo que emprende, le hacen merecedor de reconocimiento y admiración. Yeyo demuestra sus grandes cualidades al piano, con la voz y en las interpelaciones como actor y showman
-El objetivo de este ‘Bilbao. Ahivalahostia’ es convertirse en un espectáculo referente periódico de Bilbao. Hoy ha comenzado su andadura. Con el rodaje inmediato, desarrollará la personalidad y la forma propia que ya han quedado definidas en el estreno. Y que han sido acogidas con entusiasmo por un público numeroso y atento. Así que todo augura larga vida a ‘Bilbao. Ahivalahostia’
David Barbero
-He acudido esta tarde al Teatro Arriaga con una enorme curiosidad empañada de cierto escepticismo. ¿Sería posible recrear sobre el escenario la complicada, pero emblemática, misteriosa y muy inteligente novela ‘Pedro Páramo’ de Carlos Rulfo?
-Confieso que la primera vez que la leí, además de quedar alucinado por su novedad narrativa, tenía que ir repasando las páginas anteriores para mantener el ‘hilo’. Incluso debía ir tomando notas sobre los personajes.
-Adelantemos que esta tarde se ha estrenado en el teatro Arriaga de Bilbao la adaptación de la novela de Juan Rulfo, ‘Pedro Páramo’, quizá la más emblemática del llamado realismo mágico latinoamericano. El autor de la dramaturgia es Pau Miró. La dirección es responsabilidad de Mario Gas. Los intérpretes son Pablo Derqui y Vicky Peña. De inicio, es para admirar a todos por su valentía al tomar parte en esta apasionante, pero difícil, empresa.
-Mientras caminaba, estaba muy interesado en imaginar cómo habrían resuelto el onírico peregrinaje de Juan Preciado en la búsqueda por descubrir lo que había hecho su padre Pedro Páramo para haberse convertido en el hombre más poderoso y más corrupto del pueblo de Comala, símbolo de la humanidad. Cómo irían encajando los testimonios de los muertos vivientes ya que cada uno esconde más de lo que dice dentro del laberinto de relaciones interesadas y de supersticiones ventajosas.
-Tenía una curiosidad destacada dentro de otras muchas. Cómo habrían materializado, encarnado, a los muchos protagonistas, sus fantasmas, las almas o espectros de los que habían vivido en ese pueblo. Cómo expresarían la utilización y dominio por el cacique despiadado para beneficio propio. Me iba peguntando también si se parecería o no a lo que yo había imaginado en mis lecturas esforzadas y apasionantes.
-¡Ha resultado que sí! Nada más entrar en patio de butacas, encima del escenario de teatro Arriaga, con el telón abierto, estaba el desolado pueblo onírico de Comala. De momento, sus espectros fantasmagóricos parecían ocultos. Inmediatamente ha ido apareciendo la vida esperpéntica y enigmática, extraña e hipnótica, llamativa y sorprendente. A la vez atractiva y rechazable.
-Pau Miró, como adaptador, ha traído la práctica totalidad de las acciones y de los personajes de la novela. Ha mantenido la esencia, los diferentes caracteres, las enrevesadas relaciones, el relato de los abusos, de la miseria, la ignorancia y la corrupción. Está logrado con fidelidad al texto original y manteniendo el espíritu.
-Ese mismo deseo de totalidad y de fidelidad preside la difícil labor de dirección de Mario Gas. Su recreación de lo que se considera (i)realismo mágico es de alabar y de admirar. Ha cuidado hasta los detalles más pequeños. También lo ha contagiado a todo el equipo responsable de la escenografía, el espacio sonoro, la iluminación, con la gran importancia de las sombras. De ellos, es gran parte del mérito para colocar al espectador dentro de ese mundo tan peculiar.
-Sobre el escenario, la admiración se la llevan, desde el principio, Vicky Peña y Pablo Derqui por su esfuerzo titánico y a la vez detallista en la encarnación de los numerosos personajes. Además, personajes tan peculiares cada uno de ellos. Los cambios de identidad, a veces, son tan rápidos que tienen que definirlos con un gesto, una mueca, un cambio de postura o una entonación diferente. Realizan ambos un trabajo excepcional que los define como actores extraordinarios y de gran calidad.
-No se puede minusvalorar la exigencia que esta obra presenta para el espectador. Reclama una atención activa y constante. No cabe ningún descuido o desconexión, a riesgo de perder detalles necesarios para entender a los personajes o mantener la coherencia de la complicada historia.
-Como consecuencia de esa exigida concentración y por el impacto de las imágenes, de las palabras, de los personajes, con sus gestos, sus actitudes y sus expresiones, al terminar la representación, sales a ‘realidad’ y la sigues viendo tan esperpéntica como el Comala desolado que dejó Pedro Páramo después de sus alucinantes fechorías.
-¿Será que el realismo mágico te descubre el auténtico color de lo que pasa?
David Barbero
-‘Alimento para las moscas’ es una aventura apasionante para un espectador activo del teatro.
-Te permite entrar en la cabeza de un monstruo social, de un asesino. Meterse dentro. Ver y sentir cómo funciona. O cómo dis-funciona. Cómo se conectan – o no – los nervios, las neuronas, los sentimientos. O quizá ver que no existen sentimientos. O descubrir que tiene más debilidades que agresividades.
-Toda obra de teatro te puede permitir realizar esa imprudente operación de voyerismo indiscreto. Entrar en vidas imaginarias, más o menos cercanas a la realidad. Más o menos cercanas a uno mismo. Con posibilidad incluso de jugar a identificarte con el protagonista. O con el antagonista.
-‘Alimento para las moscas’, en cambio, va por otro camino. Está pensada y realizada con la premeditada intención de meterte en el cerebro de alguien al que condenas y que te repugna.
-El texto lo ha escrito el muy insigne y misterioso Eusebio Calonge. La dirección en profundidad es del experimentado Borja Ruiz. La contundente interpretación la ‘vive’ Arnau Marín. Sin desmerecer las aportaciones de la canción de Yolanda Bustillo, el espacio sonoro de Roger Marín y la iluminación de David Alkorta.
-El espectador sólo debe abrirse para recibir la inquietante sensación de ir penetrando en ese cerebro miserable y perverso. Sentir desde dentro el instinto de matar, el deseo sucio de poseer y destruir. La pasión obscena de la crueldad. Pero también encontrarse allí con el miedo. Comprobar la debilidad. La impotencia incluso. ¡Y el gran desprecio hacia sí mismo!
-Como espectadores estamos acostumbrados a ver a los personajes de ficción desde fuera. Con un consciente distanciamiento. Pero ‘Alimento para las moscas’ ofrece una inmersión. Una implicación. Un viaje hasta dentro. La vivencia, el descubrimiento están incluso por encima del juicio o de la condena o incluso del análisis psicológico y moral.
-Hay un aspecto que no se debe obviar. Ha quedado claro que se trata de la maldad y la monstruosidad. Sin paliativos, ni contemplaciones ni dudas. También sin ambigüedades. Sin embargo, se puede percibir o sentir quizá una dicotomía entre el texto de Calonge más narrativo, quizá más descriptivo, frente a una interpretación o una vivencia actoral más emotiva y más visceral. Quizá de esa manera, intencionadamente el impacto de la introspección es todavía más rico en matices.
-En la primera frase, he colocado el adjetivo ‘apasionante’ para calificar la vivencia de esta obra. Para una descripción más completa, habría que añadir fuerte, o quizá brutal. Es posible que algún paladar exija un acondicionador. Pero…
-Pero yo no dejaría pasar la oportunidad.
-¡Ah! Una sugerencia subjetiva. No es una obra para verla desde la última fila, en la distancia. Es más impactante desde la proximidad, notando la respiración entrecortada, o viendo cómo caen las gotas de sudor por el cuerpo del intérprete.
David Barbero
-Os voy a situar. Desde hace algún tiempo, estoy acompañando a una persona, amante del teatro y de la sociología, en una curiosa investigación que está haciendo.
-Esta persona –sin más detalles para no establecer prejuicios sobre sexo, edad o condición – está interesada en descubrir si la sociedad va evolucionando en los comportamientos respecto al género. Quiere descubrir si están cambiando o no los prejuicios sexistas en general.
-Opina que un buen detector de esa posible evolución son los monólogos escénicos. Pretende descubrir si las/os monologuitas se siguen riendo, o mofando o ridiculizando las mismas costumbres o estereotipos o tópicos que hace unos años. También desea investigar si el público –los públicos para precisar más – se ríen de los mismos chistes o exageraciones. Hay un aspecto añadido en el estudio. Es constatar si las humoristas –mujeres – se mueven en las mismas coordenadas y parámetros que los hombres.
-De esta manera, he pretendido explicaros porqué esta tarde hemos acudido al Teatro Campos Elíseos para ver – digamos con exactitud analizar- el espectáculo unipersonal ‘Mature’ de la monologuista Valeria Ros.
-Doy por hecho que sabéis que Valeria es una joven humorista, de Getxo, aunque trabaja habitualmente en Madrid. Actúa con frecuencia en medios de difusión estatal. Define su humor como ‘sano, exagerado, basado en la improvisación y en la interactuación con el público’.
-El espectáculo ‘Maute’ es definido como ‘una reflexión sobre su vida como artista. Como una búsqueda y un camino para encontrarse a sí misma’. Ha habido mucho público, a pesar de la hora. 17.30. En su mayoría, parejas jóvenes. Más temas femeninos de lo habitual en otros monólogos. Las mujeres se han reído más y han aplaudido con fuerza. Incluso, los chistes ‘fuertes’. No ha habido muchos. Lenguaje menos ‘brusco’.
-Mi opinión sobre lo que he visto y oído esta tarde en el Teatro Campos Elíseos es que…
-¡Lo siento! La persona, sin más defección, que lidera esta investigación me ha recordado que me exigió el compromiso de no exponer ninguna reflexión provisional hasta terminar el estudio y llegar a conclusiones definitivas.
-Así que no puedo decir nada más en este momento. Pero vosotras/os -sin más precisiones- sois libres para opinar si creéis que ele ‘panorama’ humorístico va evolucionando. Podía ser parte del estudio.
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