-Esta tarde he acudido al teatro Arriaga de Bilbao para volver a recibir uno de los impactos más fuerte que he recibido entre las, muchas, representaciones a las que he asistido en el teatro. Incluyo todos los géneros.
-Esa fuerte impresión artística y emocional la recibí, hace casi un año, en junio del 2021. También en el Teatro Arriaga. Con la ópera, en alemán, ‘Erwartung’, que, en castellano, se traduce como ‘La espera’
-Curiosamente yo, como espectador, estaba sentado en el escenario. Los que actuaban se hallaban en el patio de butacas. Se habían cambiado los papeles. En el centro de ese patio, había una peana para elevar el piano, único instrumento. El pianista era Andrej Hovrin. La interprete, la soprano lituana Ausrine Stundyte, interpretaba apasionada y desesperadamente el papel de la protagonista. He dicho interpretando. No solo cantando. Quizá sea más exacto decir viviendo. Caminando, por entre las butacas. Buscando. Llorando. Esperando, sin esperanza. Martirizándose físicamente. En algunos momentos, es acompañada por el actor Gaizka Chamizo. Todos, bajo la dirección de Calixto Bieito.
-La acción de ‘Erwartung’ se desarrolla, esencialmente, en un instante. El momento en que encuentra, muerto, a su amante. Todas las emociones, contradictorias y también complementarias, están concentradas en ese tiempo momentáneo. Pero, a la vez, se expanden. Hacen explosión. También en el tiempo. Pero, sobre todo, se expanden en el sentimiento. En la emoción. En el impacto contenido y sostenido.
-Cuando esta tarde, acudía al teatro, todavía tenía vivo ese impacto, aunque han pasado tantos días y tantas obras teatrales, de todos los géneros, por medio. He deseado revivirlo.
-Lo he vuelto a ver también desde las butacas situadas en el escenario. Puntualizo. Esta vez me he colocado justo detrás de las pocas filas de butacas colocadas en el escenario. Pero he presenciado todo el espectáculo de pie. Son sólo cuarenta minutos. Pero también parecen un instante.
-Me he colocado intencionadamente de pie, para no perderme ningún detalle. Para no tener ninguna distracción. Para ver, sin ningún obstáculo los movimientos, las expresiones, los gestos. Hasta los golpes de las flores contra el cuerpo inerte del amante. Los cambios de luces, las carreras, los saltos. Los escondites debajo del piano.
-He estado con todos los sentidos abiertos por la curiosidad de los cambios de tono, los gemidos, las protestas, los insultos, las súplicas, las declaraciones de amor desesperado. Para sentir la atmosfera oscura, densa, húmeda del bosque laberíntico creado también por las filas de butacas.
-Y cuando se han ido apagando todas las luces y se ha hecho el oscuro final, he tenido que darme como una sacudida para salir del encanto, o de la abducción y volver a la realidad.
-Pasará el tiempo, pero el impacto continuará en mí. También estará la soprano Ausrine Stundyte, Y el pianista Andrej Hovrin. Y el actor Gaizka Chamizo. En el bosque oscuro, denso y húmedo de árboles misteriosos. No, perdón. Que eran las filas de butacas, aunque parecieran un laberinto.
-Memorable instante de emociones e impactos, concentrado y a la vez expandido. ‘Erwartung’.