Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 noviembre 2012 - 5:10 pm
Categoría: General

-Primera conclusión: Las escuelas de teatro sirven para algo.
-Vamos a puntualizar. La compañía 96 unicornios está formado por ex alumnos de la Escuela de Getxo. No son los alumnos que se están formando.
-Pero se les nota lo que han aprendido.
-Nos situamos: La compañía 96 unicornios ha presentado en el Teatro Campos Elíseos una adaptación de la obra de Shakespeare ‘Noche de reyes o como queráis’.
-También participan algunos profesores.
-Es lo normal. ¿No?
-Han ganado el Festival Universitario de teatro de este año.
-Y evidentemente, a ti también te ha gustado.
-Por supuesto y como todo, es mejorable.
-Venga. Dales algún consejo para mejorarlo.
-¿Yo? No soy quién.
-Vamos. Seguro que te lo agradecen.
-No se me ocurre …
-Si tú no te animas, lo hago yo. Quizá se pueda agilizar el ritmo.
-El detalle se los bloques triangulares del decorado se puede estudiar. Teóricamente sirve para situar rápidamente la acción. Pero se puede convertir en un ralentizador.
-En lo relativo a la adaptación, forzaría una mayor claridad en las acciones. Hay que evitar que alguien se pierda. Sobre todo, si se va rápido.
-¡Menos mal que no os atrevíais a decir nada!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 noviembre 2012 - 12:29 pm
Categoría: General

-Para empezar, vamos a clarificar posturas. Yo soy fan incondicional de la compañía Micomicón. No puedo ser imparcial.
-¡Sobre todo, soy fan de Laila Ripol!
-Así, cuando me enteré de que venían al Teatro Serantes de Santurtzi, lo difundí y lo recomendé. Algunos no me hicieron caso. Ellos se lo perdieron.
-¡Como La zaranda!
-Citemos sus nombres: Marcos León, Antonio Verdú, Mariano Llorente y Manuel Agredano.
-¡El esperpento llevado a la cumbre y tratado con mimo!
-Además actualizado. Está de plenísima actualidad lo de la memoria histórica.
-Reivindica desenterrar las tumbas ocultas en las lindes de los caminos.
-Con el humor esperpéntico, las cosas se entienden mejor.
-El personaje de Santa Perpetua, visionaria y mártir, puede parecer lejana. Pero vive entre nosotros todavía.
-Sus hermanos, Plácido y Pacífico, todavía más. Los beneficiados del negocio visionario.
-Lo que está, sobre todo, entre nosotros es la necesidad de una catarsis purificadora de los viejos espectros.
-Algunos espectadores abandonaron la sala enfadados.
-Les afectaría lo que estaban viendo y oyendo.
-¿De verdad, tú crees que nuestra sociedad es tan esperpéntica?
-¿Tú no te sentiste identificado?
-Bueno, pues, tendría que pensarlo.
-¡Objetivo conseguido!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 noviembre 2012 - 11:52 am
Categoría: General

-Estos días pasados, he asistido a algunas representaciones del BAD.
-¿El BAD?
-El Festival de teatro danza contemporánea de Bilbao.
-Siempre es sano ver cosas nuevas y rompedoras. Sobre todo, para los que estáis anquilosados en las maneras decimonónicas de hacer teatro y danza.
-¡De la ópera, no te digo nada!
-¿Qué has aprendido de los jóvenes?
-Ha habido de todo. Desde espectáculos interesantes, hasta otros trabajos dignos de mejor empresa. Y la mayoría, cosas inmaduras, que pueden mejorar con el tiempo.
-Hablas como un profesor trasnochado.
-¡Lo que soy!
-Pongo como ejemplo un espectáculo curioso: ‘Mi gran obra, un proyecto ambicioso’. Ése es el título completo. Su autor es el catalán David Espinosa. Estuvo en la sala de la Fundición.
-¿Por qué has utilizado la palabra ‘pequeña’ en el encabezamiento?
-Es una miniatura. Para algunos una pequeña joya. Para otros, una insignificancia.
-En principio es sólo para 20 espectadores. Ni uno más. Son colorados en cuatro filas, por orden de estatura.
-Los bajitos, esta vez, hemos tenido prioridad. Estábamos al lado de la mesa.
-Los de la cuarta fila, los más altos y las más altas, estaban a dos metros de la mesa. Pero se les entregó un binocular -¿se llama así? – Para que lo pudieran ver sin perder detalle.
-La mesa, pequeña, era el escenario.
-Te corrijo. No toda la mesa era el escenario. El escenario era un pequeño mantel de 30 por 30. ¡Centímetros!
-Allí, David Espinosa iba construyendo escenas con figuritas minúsculas. Las más grandes de un centímetro. Las pinchaba en el mantel. Las mantenía un momento, A veces, cambiaba las posiciones de las figuritas.
-Al poco tiempo, cambiaba de escena.
-No había palabras. Sí, música.
-Todo estaba abierto a la opinión del espectador.
-Curioso. ¿No?
-¡La imaginación al poder!

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