-Hay que comenzar felicitando a Gaitzerdi y Kabia. Mantener, en estos tiempos, el espíritu de investigación, innovación, búsqueda y análisis de nuevos caminos en el teatro es para quitarse el sombrero.
-Ya con el sombrero quitado, se debe añadir que los resultados son de llamar la atención.
-Ayer, en el estreno de ‘Rojo al agua’, en la sala BBK de la Gran Vía de Bilbao, se respiraba ese ambiente característico de curiosidad, misterio y satisfacción.
-La complicidad mutua de asistir a un acontecimiento nuevo, diferente, quizá irrepetible.
-En algunos, podía haber envidia. Digamos sana envidia.
-A mí, lo que más me gusta de ellos, es el dominio en las luces, los colores, los espejos, el agua.
-Es más interesante la atmósfera que crean alrededor de cada uno de los movimientos, frases y apariciones.
-Bueno. ¡Vamos a ver! Yo fui ayer con toda la apertura mental posible. Presté toda la atención. Reflexioné. Traté de comprender lo que me han querido decir. Y …. ¿Qué quieres que te diga? Tampoco capté unas ideas muy profundas.
-¡Ese no es el camino! No todo es racional, filosófico.
-La plástica, los colores, el ritmo. La sonoridad de las palabras. Las duplicaciones de la imagen. Los personajes divididos. El ambiente. El misterio. La obligación de ir descubriendo.
-Yo creo que el cerebro es Borja Ruiz.
-A los textos de Steven Berkoff y José Montero hay que prestar mucha atención.
-No se os ocurra olvidaros de la iluminación y la música. ¡Y el vestuario!
-Y de la interpretación, ¿qué?
Esta entrada se escribio el Viernes, 17 febrero 17 2012 a las 11:40 am. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.