-Siempre es importante empezar bien. En teatro, tiene que ser igual.
-Al poner ese título, me refería a la obra de teatro que vi ayer en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao. ‘Fugadas’
-Entonces, tendrías que haber dicho: la importancia de la primera parte de la primera escena. O la importancia de la idea inicial. O del arranque.
-Ese arranque consiste en lo siguiente: Una señora anciana se ha escapado de la residencia en la que la han metido sus familiares. Una señora casada se ha escapado de casa porque su marido y su hija la desprecian. Las dos se encuentran en una carretera de madrugada haciendo autostop para cambiar de vida.
-Es un buen arranque. Dos mujeres con unos problemas muy actuales, acuciantes, profundos, que afectan a mucha gente.
-Una obra que comienza así es una obra que promete.
-Me alegra coincidir contigo.
-Pero ahí se termina todo. A partir de esa primera parte de la primera escena, no suceden mas que banalidades e ingenuidades en el mal sentido de la palabra.
-Se queda en una obra infantil en el sentido peyorativo de ese adjetivo.
-Ni las actrices se pueden lucir, porque no tienen nada que interpretar.
-Reconoce que, al final, se cierra con un pequeño chiste.
-Lo reconozco.
-Reconoce también que la gente aplaudió al final.
-Supongo que es el desagravio a las actrices, por los papeles que tienen que soportar.
-Igual es que tú no tenías buen día.