Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 febrero 2012 - 2:24 pm
Categoría: Teatro

 

-Yo voy a partir de la siguiente base: La obra ‘Llama un inspector’ de J. B. Priestley es una de las mejores obras de teatro de todos los tiempos.

-Es una afirmación muy fuerte.

-La mantengo. Es un prodigio de construcción teatral. La acción funciona como una maquina de relojería. Hay un pensamiento social y humano muy estudiado.  Se presenta de modo graduado y armónico. La intriga funciona durante toda la obra.

-Cuando parece que ya ha dado todo de sí, con el espectador  contento de lo que ha visto, todavía hay una vuelta más de tuerca.

-Al final, se produce una cascada de sorpresas inesperadas en la acción.

-No hace falta que te extiendas en tu admiración por esta obra.

-En el planteamiento de todo el espectáculo, existe un intento de perfección.

-La ‘culpa’ hay que echársela, sobre todo,  a José María Pou.

-Se ha preocupado hasta de hacer una traducción nueva. Además, la ha dirigido con meticulosidad. En la interpretación, ha elegido, lógicamente el papel de inspector.

-Ha cuidado muy especialmente la interpretación de ese personaje.

-Con la interpretación del resto de los actores y actrices, también ha sido muy exigente.

-Bueno. ¡Tampoco te pases! Busca algún punto criticable o un elemento que sea más débil.

-Déjame que piense … Pues quizá … Puede ser. …. Ya lo voy a analizar un poco más.

Esta entrada se escribio el Sábado, 4 febrero 4 2012 a las 14:24 pm. en la categoría: Teatro. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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