Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 19 octubre 2014 - 12:24 pm
Categoría: General

-Fui ayer al Teatro Barakaldo para ver de nuevo la puesta en escena de la adaptación teatral de ‘El nombre de la rosa’, hecha por Garbi Losada, José Antonio Vitoria y todo su equipo de la compañía Ados. La vez anterior la había visto en el Teatro Social de Basauri.
-Esta vez me ha gustado más, aunque era prácticamente la misma.
-Variaba el segundo protagonista entre los intérpretes. También cambiaba lógicamente el escenario.
-Es una representación con mucha exigencia, también, en la interpretación. Ya habían cambiado al protagonista. Este nuevo cambio también se nota como una mejora.
-Y la materialidad del escenario. Éste es más grande. Más amplio. Eso permite un desarrollo del importante decorado móvil más completo. Da más espacio a la acción. Es muy importante para una obra en la que los cambios de situación son continuos y los movimientos de los personajes también son constantes.
-Lo que permanece en el montaje es el gran trabajo de la adaptación. Una novela original tan extensa y con tantos matices pide un gran esfuerzo y una gran habilidad para esta labor.
-Se ha unido a una dirección clara. La complejidad del texto base con sus muchas y muy variadas intenciones pedía una claridad de ideas absoluta y una firmeza para llevarla a cabo.
-Hay que destacar también la precisión de la interpretación en todos los actores y en todos los papeles que hace cada uno de ellos.
-O sea que ayer te quedaste contento.
-No es necesario insistir. Es manifiesto.

Esta entrada se escribio el Domingo, 19 octubre 19 2014 a las 12:24 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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