Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 noviembre 2014 - 12:11 pm
Categoría: General

-Fui ayer al teatro Arriaga a ver la obra ‘Kathie y el hipopótamo’ de Mario Vargas Llosa y protagonizada por Ana Belén, con algún prejuicio. Lo reconozco.
-Tú nunca has sido muy simpatizante del Premio nobel de literatura.
-Y de Ana Belén ¿tampoco?
-También debo reconocer que salí del teatro convencido de que habían hecho un trabajo interesante.
-Otra confesión. Me costó entrar en las claves de la representación. Durante la casi primera parte despotriqué interiormente sobre lo que consideraba un texto confuso y una interpretación imprecisa. Pero después, me fue convenciendo y me fui entregando.
-Comencemos diciendo que Vargas Llosa se basa en un hecho autobiográfico. En su juventud, él fue contratado por una rica sudamericana para que escribiera lo que ella le dictaba. Estaba pasando unos malos momentos económicos y esa ayuda le sirvió de consuelo. Pero a raíz de esa anécdota, el autor profundiza en las relaciones de los dos personajes centrales con sus parejas, con sus deseos imaginados pero no logrados, y también consigo mismos. Ese juego enriquece muy notablemente la obra.
-Ya sé que lo de dividir entre contenido y forma es algo periclitado. Pero lo usaré para decir que me interesó mucho más la forma que el contenido.
-Habla de la ambivalencia e incluso confusión entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira, entre lo imaginado y lo conseguido, entre lo que se tiene y aquello de lo que se presume. Es un juego literario de gran interés. O al menos, a mi me interesó.
-En el aspecto expositivo, también se desarrolla el juego de romper los convencionalismos escénicos. Un mismo intérprete asume diversos personajes sin que exista un cambio convencional del tiempo, el lugar y la apariencia. También se va hacia atrás y hacia adelante en la cronología de los hechos. Y se salta de un lugar a otro sin avisarlo.
-En este acertado juego escénico, supongo que hay que reconocer el mérito de la directora Magüi Mira. Pero eso no implica restárselo a Mario Vargas Llosa.
-También las actrices y los actores tienen que hacer un ejercicio de habilidades y un esfuerzo en esos cambios y saltos sin red.
-Incluso habría que alabar también a los espectadores. No tienen una labor pasiva. No se les da todos masticado. Tienen que hacer un esfuerzo de elaboración personalizado.

Esta entrada se escribio el Lunes, 17 noviembre 17 2014 a las 12:11 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

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