Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 noviembre 2016 - 12:56 pm
Categoría: General

David Barbero

-Confieso que fui a ver ‘La estupidez’ del reconocido y polémico autor argentino Rafael Spregelburd con sentimientos encontrados.
-La curiosidad estaba por delante.
-La duración de tres horas largas estaba por detrás.
-Spregelburd significa una manera nueva de plantear el texto teatral y el espectáculo en su conjunto. Tiene un pensamiento por detrás, una elaboración teórica meditada. También presenta una práctica expositiva de esas ideas. Incluso desarrolla una actividad pedagógica y expositiva notable.
-La obra se presentó ayer en el festival de teatro de Santurtzi. El Serantes. Siempre se agradecen esas propuestas arriesgadas.
-Me sorprendió que la sala estuviera llena. Y eso que es grande. Además ya se advertía de la larga duración. Es una muestra de la confianza que se han ganado sus programadores.
-También se indicaba que era una obra compleja en su estructura, que se desarrollaban varias tramas a la vez. Se advertía que no tenía una narrativa lineal. Se indicaba que las escenas no mantenían una relación de fácil comprensión.
-Los espectadores con los que hablé al terminar se quejaban de esa excesiva complejidad, de esa dificultad premeditada de comprensión, de la perplejidad en que el autor obliga a estar durante toda la obra, de la falta de gratificaciones intelectuales para el espectador.
-Casi todos reconocían la esforzada labor de los cinco intérpretes. Aplaudían la elasticidad y el trabajo para pasar en muy poco tiempo de un personaje a otro muy distinto. Coincidían en su gran trabajo y su extraordinario esfuerzo.
-Esta refleja el premeditado propósito de Rafael Stregelburd. Es partidario de prescindir de la fábula y la narración lineal. Cree que son maneras viejas y perjudiciales para el arte escénico actual. Manifiesta que desea realizar un teatro con gran complejidad. Asegura que quiere provocar la incertidumbre. Afirma que no busca hacer un teatro capturable por la razón. Intenta una comunicación más directa, aunque complicada, con la emotividad.
-Por lo tanto tres horas y media muy bien empleadas. Seguramente no se puede decir que es un espectáculo bonito ni fácil. Pero tiene un gran interés.

Esta entrada se escribio el Domingo, 6 noviembre 6 2016 a las 12:56 pm. en la categoría: General. Puedes seguir los comentarios de esta entrada usando RSS 2.0 feed. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu pagina web.

2 Comments

    noviembre 6, 2016 @ 16:53 pm


    Hola,
    ¿Trabajosa podría ser también ?. Por lo que a mí respecta, sí.Ha sido después de mirar información sobre el autor y sus pretensiones cuando he empezado a ver más clara la obra, tanto que ahora al contrario que en otras que uno sale con la sensación de enjundia pero que luego se olvidan rápidamente esta me está interesando cada vez más . Aunque en mi caso subyace una pregunta.¿ Hay que ir leído sobre el autor para poder disfrutar de un teatro que no es al uso y bastante complejo en sus ideas? .

    Comentado por Ion
    noviembre 7, 2016 @ 11:29 am


    Hola, Ion.
    Siempre queda esta duda sobre si es mejor ir ‘limpio’ a un estreno o tener mucha documentación previa. Supongo que las dos actitudes tienen ventajas e inconvenientes. Coincido contigo en que ‘La estupidez’, me refiero a la obra, es digna de reflexión y análisis. Pero quizá tampoco hay que entregarse ingenuamente a todo lo que se presenta como nuevo. El teatro, tú bien lo sabes, es un camino que hay que ir descubriendo poco a poco.

    Comentado por David Barbero
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