Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 14 octubre 2019 - 11:10 am
Categoría: General

David Barbero
-Como no he logrado un titular suficientemente expresivo, debo explicar lo que he querido decir. He deseado expresar mi satisfacción al asistir a representaciones teatrales en locales reducidos, cercanos, donde se oye la respiración de los actores, se les puede tocar y hasta se ven caer las gotas de sudor por sus frentes.
-Esto es lo que sucede en la Sala Cúpula del Teatro Campos Elíseos de Bilbao con el proyecto al que Gorka Mínguez llama precisamente ‘Teatro de cerca’.
-Pone también en práctica la tarea de traer el teatro hecho ‘cerca’, aquí mismo. Estos artistas vecinos suelen tener dificultades para acceder a los escenarios de la capital.
-Comenzó, durante la Semana Grande, con el muy bien valorado estreno de ‘¿Cómo hemos llegado a esto?’. Continuó con el también muy estimado ‘¿Cómo vender la muerte?’
-Este fin de semana, ha desarrollado la feliz ocurrencia de presentar, en días sucesivos, tres propuestas unipersonales protagonizadas por otros tantos excelentes artistas. Así han podido demostrar aquí sus grandes capacidades, su extraordinaria preparación y su entrega incondicional.
-Bea Insa ha representado su espectáculo ‘Paradigma’ con el que ya ha triunfado en tierras muy lejanas. Bea es ejemplo de la entrega infatigable, del trabajo interdisciplinar, de la vocación insobornable, del entusiasmo sin fatiga, del amor a su profesión, de la valentía en afrontar los proyectos más comprometidos…
-Ibon Belandia ha tenido oportunidad de presentar en sociedad su proyecto emergente de teatro cómico y musical. O quizá al revés. ‘Musicómico’ puede ser la definición acertada. Con canciones intencionadas llenas de humor, con parlamentos e improvisaciones, con sorpresas, con melodías inesperadas. Un género innovador y emergente. Un tipo de artista multidisciplinar, Ibon, con esas cualidades de la innovación, que se va imponiendo.
-Chema Trujillo ha escenificado ‘No me hables de Felipe V’. Ha sido una nueva ocasión para disfrutar con su manera de actuar difícilmente imitable; su contagiosa capacidad de comunicar; su humor a la vez socarrón e intelectual; su fina ironía con toques muy intencionados; su manera de sugerir mucho, aparentando no decirlo todo. Y además, su muy especial forma de cantar – también interpretar- la copla. Todo un genio, además de gran figura.
-Todo eso quería decir con lo de respirar el teatro desde cerca.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 13 octubre 2019 - 10:58 am
Categoría: General

David Barbero
-Adelanto la conclusión: Ayer en Pabellón 6, me confirmé en el muy cuidadoso, intenso y solvente trabajo que exige la improvisación. La teatral y también la personal.
-Asistí a Primo fest. Su segunda edición está teniendo lugar en los locales de este laboratorio teatral en el off Bilbao. Son unas jornadas intensas, variadas y gratificantes. Con su punto de continua sorpresa y humor. Allí están los intérpretes de ‘El Show de Al Tran Tran’, el del ‘Solo de impro’, los participantes en el ‘Free form’, los de la ‘Big band de Bilbao Impro’…
-Además de los espectáculos en directo, realizan talleres, cursos, muestras y exhibiciones. Todo un mundo creado alrededor de la improvisación teatral. Es un género en alza. Emergente. No sólo aquí.
-Por lo visto estos días en Pabellón 6, el nivel adquirido en este difícil arte, aunque a veces no lo parezca, es muy alto. Han participado figuras de reconocido prestigio y de amplia experiencia a nivel internacional.
-He dicho ‘aunque a veces no lo parezca’. Quizá sea un error. Todos somos consientes de que la buena improvisación exige un trabajo serio y constante, unos ejercicios y entrenamiento muy preciso, estar en forma, mental y física, agilidad intelectual, ingenio,…
-Quizá todavía exista el prejuicio de considerar la improvisación como un arte menor. Se suele apreciar más lo se presenta como sesudamente preparado, analizado, contrastado, lentamente construido y repensado.
-No seré yo quien quite mérito a esos valores, si se usan para bien. Pero no hay que restar es mismo mérito a la espontaneidad, la ocurrencia precisa, el golpe oportuno, la puntilla en el momento justo.
-Durante los espectáculos que vi ayer, se me impuso la idea de que esos valores de la espontaneidad, la importancia de lo efímero o el mérito de lo instantáneo transcienden desde el arte hasta la vida misma.
-Quizá el trozo de vida que no toca a cada uno esté más cerca de momentos imprevistos y situaciones no esperadas, que de planeamientos doctrinales eternos o comeduras de coco trascendentales.
-Quizá la buena educación tendría que orientarse a prepararnos a las personas para reaccionar bien en las situaciones en las que debernos improvisar sin poder recurrir a las doctrinas transmitidas de generación en generación.
-Así que estos buenos ejercicios de improvisación pueden ser un sano ejemplo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 octubre 2019 - 10:46 am
Categoría: General

David Barbero
-Os aseguro que, ayer por la tarde, no llevaba ningún miedo cuando me dirigía al Teatro Arriaga de Bilbao para obra ‘Horror’. Sabía que el creador y director, el sueco Jakop Ahlbon, pretende intencionadamente producir miedo y terror en los espectadores. Pero eso no era ser motivo de temor.
-Todo lo contrario. En mí, había producido notable curiosidad. En una doble dirección. Me interesaba descubrir qué métodos y técnicas utilizaba en ese interesante proyecto escénico. También me picaba la curiosidad por comprobar si efectivamente y en qué grado lo conseguía.
-En los dos aspectos, recibí una respuesta positiva y hasta gratificadora, a pesar de la truculencia del tema. Además, he de señalar que, en el patio de butacas, se palpaba una atención silenciosa e intensa hacia lo que estaba sucediendo sobre el escenario. Una pena que el público no aprovechara masivamente la ocasión de ‘disfrutar’ de esta propuesta diferente.
-En cuanto a las técnicas, métodos y trucos para conseguir el ‘horror’ prometido, se hace una exhibición de efectos y sorpresas. Suceden todas a una velocidad vertiginosa. Hay desapariciones instantáneas de personajes. También presencias sorpresivas. Cambios inesperados. Por supuesto, hay sangre, violencia, hachas, partes del cuerpo que adquieren vida una vez desgajadas. Todo lo imaginable. Y bastantes cosas difíciles de imaginar.
-En este aspecto, hay que reconocer que Jakop Ahlbom domina el llamado género del terror. Además, tiene una extraordinaria habilidad para organizar, o desorganizar, el desarrollo de la acción sobre el escenario. Desde luego una de sus claves es el ritmo vertiginoso y electrizante que imprime a todo lo que sucede.
-Un reconocimiento incondicional hay que hacer hacia las cuatro actrices y cuatro actores que intervienen. Sus cambios rapadísimos de personalidad con los correspondientes vestuarios, con los efectos espaciales, con las acciones, unas veces acrobáticas y otras terríficas. Un trabajo que tiene que resultar para ellos agotador e incluso ‘terrible’.
-Para los aficionados al género de terror en el cine, este espectáculo tiene un interés añadido. Pueden ir relacionando las diferentes escenas con guiños hacia películas reconocibles entre las más populares y exitosas.
-¡Ah! También se puede encontrar un fino y sutil sentido del humor. Generalmente es negro.
-Les puedo asegurar que el espectáculo logra enganchar al espectador desde el principio. Desde que entran tres jóvenes a vivir en una vivienda deshabitada desde hace tiempo. Inmediatamente comienzan a oír y ver ruidos e imágenes preocupantes. Hasta que, al final, todo… ¡Perdón! No se lo puedo contar. Destriparía el misterio.
-Si tienen todavía ocasión, no dejen de verlo. No tengan ‘miedo’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 octubre 2019 - 10:44 am
Categoría: General

David Barbero
-Hoy tengo muy poco tiempo para dedicarlo a esta comunicación. Uno no es libre y el tiempo no es infinito, aunque algunos lo digan.
-Debo hacer alusión a que ayer estuve en el auditorio de la Alhóndiga Azkuna de Bilbao para ver el arranque de su temporada otoñal de teatro.
-Lo hicieron con la obra ‘Daimon y la jodída lógica’ de la compañía gallega Matarile teatro. Están dirigidas, tanto la obra como la compañía, por la entrañable y también inefable Ana Vallés.
-Hay que señalar que, arrancar con esta obra, se puede considerar una declaración de principios sobre los propósitos de este centro de dinamización cultural a favor de las nuevas formas y del compromiso con los creadores que se pelean por la innovación.
-La obra es un fiel reflejo de los planteamientos de esta artista: rebeldes, iconoclastas, con un punto de agresividad, reivindicador, integrador de todas las artes, desde luego con un claro propósito de provocar.
-Ana dice en su explicación. ‘A mí me interesa más el daimon que también es yo, nuestro yo incomprensible, una parte de nosotros que conecta con la irracional, con el misterio, con lo fantástico, una puerta a lo extraordinario a lo que nos salva a lo sublime a la locura.’
-Seguramente es el mejor reflejo del espectáculo y del propósito de la propia Ana Vallés. Genio y figura. No siempre es fácil de verlo, por la complejidad de su obra.
-Les aconsejaría que, si tienen ocasión, no se pierdan los espectáculos de esta creadora singular. Les prevengo de que no son amables ni bonitos, ni dulces, ni satisfactorios. Puede ser incluso que les exaspere y hasta que les enfade.
-Pero creo sinceramente que merece la pena.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 octubre 2019 - 11:21 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer asistí al estreno, en el teatro Arriaga, del espectáculo de danza contemporánea ‘Gorpuztu’.
-Me sorprendió, positivamente, que sus creadoras definieran su contenido asegurando que es ‘la búsqueda del equilibrio’. Me sorprendí concretamente de que se definieran. En danza contemporánea, es más frecuente huir de definiciones. Se suele negar que las piezas tengan significado concreto, que cuenten historias o deseen transmitir ideas determinadas.
-Estas creadoras, mayoritariamente en femenino, añaden que es una ‘lucha por silenciar el ruido, aligerar la carga y la culpa o por encontrar un lugar donde el animal duerma tranquilo’.
-Así, pude comenzar el espectáculo con mucha más información de lo habitual en estos casos. Incluso la poca luz del patio de butacas contribuyó a crear un rico espíritu de recogimiento interior.
-Desde la primera imagen que aparece sobre el escenario, se recibe esa misma sensación. Todos los elementos visuales y sonoros contribuyen a introducirte en ese mundo buscado, equilibrado, sereno, rico en vida interior, con energía unas veces, quieto en otras. Sucesivamente, te ves dominado por la curiosidad, por el deseo y por la quietud. Te sientes contagiado de esa búsqueda, de esa construcción y deconstrucción del cuerpo a que alude el título.
-Para que eso suceda, sobre el escenario se intercala, se une y se fusiona todo un conjunto de elementos artísticos, diversos pero muy bien combinados. De distinta procedencia, pero con un destino común. Sin un significado explícito, pero con una comunicación inmediata.
-Todos esos materiales, los físicos y los inasibles, incluidos los textos hablados, están muy cuidadosamente configurados y dirigidos. Con ellos, la pieza, superando la danza contemporánea, llega a convertirse en un espectáculo total e integrador.
-Eva Guerrero, responsable de la creación y los textos, da un paso muy notable en su actividad artística. Demuestra estar logrando una notable madurez artística, una fina creatividad de mundos sorprendentes y una destacada capacidad para comunicar sentimientos.
-A su lado, es preciso destacar muy especialmente al cuarteto, todo mujeres, responsable de la composición y la interpretación musical. Marca el tono de la pieza, establece el ritmo. Sorprende. Provoca emociones sucesivas. Reclama atención. Te lleva y te trae. Hay que citar sus nombres con especial reconocimiento: Yolanda Bustillo, Cristina Samaniego, Nerea Alberdi y Carla Sevilla.
-Garazi López Armentia, como intérprete, tiene una labor muy difícil y la supera con absoluta seguridad. Su expresividad, sus variaciones de registro y sus cambios de ritmo confirman su desarrollo como bailarina firme y consistente.
-No funcionaría esta pieza de relojería artística sin el perfecto engranaje al que contribuyen los responsables de una escenografía austera en los elementos, pero muy generosa en significados. Arantza Heredia ha creado una iluminación viva y precisa. Azegiñe Urigoitia, en el vestuario, va en la misma dirección. Lo mismo se puede decir de las asistencias de Judit Ruiz y de Aritz Aresti.
-En esa breve referencia, se han repetido palabras como sorpresa positiva, emociones, novedad, diferencia, detalle, cuidado, comunicación artística, energía… No es casualidad. Este trabajo las contiene y las comunica bella y eficazmente.

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