Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 31 enero 2021 - 10:06 pm
Categoría: General

David Barbero
-La sala BBK, de la gran Vía de Bilbao, ha Inaugurado esta tarde su nueva etapa de programación con la pieza de danza contemporánea ‘Gorpuztu’, de la compañía de la coreógrafa Eva Guerrero.
-Yo lo he entendido como una declaración de principios. En la elección de esta pieza y en sus características, encuentro las claves del rumbo futuro de la programación en lo que a artes escénicas se refiere.
-‘Gorpuztu’ es una pieza especialmente cuidada y significativa. En ella, Eva Guerrero demuestra la madurez y perfección que ha adquirido como creadora. La bailarina solista Garazi López de Armentia pone en ejercicio todas las cualidades y su gran expresividad como bailarina y como intérprete.
-Muy significativa es la aportación del cuarteto integral de música y canto que participa. Tienen protagonismo en el desarrollo de esa búsqueda del equilibrio. Participan en la creación de las diferentes atmosferas; y establecen la comunicación de las emociones. Citemos sus nombres como reconocimiento, Yolanda Bustillo, Carla Sevilla, Nerea Alberdi y Cristina Samaniego.
-Es un espectáculo en el que se potencia la suma y la fusión de todos los elementos. La escenografía, los objetos, la iluminación, el vestuario y el movimiento caminan en la misma dirección para completar el efecto artístico deseado.
-Es preciso destacar el carácter femenino y polifacético de un amplio equipo muy preparado y profesionalizado, a cuyo frente está la producción de Jemima Cano.
-Otro aspecto a considerar es la actualidad del tema desarrollado en esta coreografía. La búsqueda de la serenidad. La superación de las tensiones y conflictos. Las formas y las posturas para su conquista. La eliminación de los ruidos y los desasosiegos. Unido todo por una curiosa investigación sobre los diferentes usos del cuerpo con referencias rituales.
-En esas claves de trabajo artístico concienzudo, de fusión de géneros, con exigencia de calidad, de equipos femeninos, de modernidad, de investigación, de búsqueda, parece estar orientada la incorporación de la autora, directora y actriz María Goiricelaya, como responsable de la programación de artes escénicas en esta sala BBK.
-¿No creéis que hay motivos para estar atentos? Puede producirse un buen revulsivo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 febrero 2023 - 11:27 pm
Categoría: General

David Barbero

-El estreno que, esta tarde, ha tenido lugar en el Teatro Barakaldo es una muestra de que las artes escénicas pueden servir para contagiar optimismo, para provocar fantasías, fabricar sueños imaginativos y animar a llevarlo a la realidad.

-He tenido espacial cuidado en referirme, en plural, a las artes escénicas, en lugar de aludir, en singular y por separado, a la danza o al teatro. La compañía teatral Marie de Jongh y el colectivo Doos de danza han estrenado la pieza ‘Esna’, que se mueve en la simbiosis de ambos géneros, disciplinas artísticas, o como quieran llamarse.

-Una de las características de los tiempos escénicos que corren está en la ruptura de los géneros exclusivos y de las reglas fijas. Se camina por fusiones y sumas, por caminos polivalentes, por encrucijadas enriquecedoras.

-Esta propuesta se presenta premeditadamente como un ‘experimento que se convierte en experiencia’. Con el deseo de contagiar. Con la voluntad de abrir, en los asistentes, las ganas de imitar, de poner en práctica lo que han visto y sentido que sucede sobre el escenario.

-Tiene mucho de juego y de transformación. Es importante la decisión y la valentía de asumir el riego de cambiar. Colocarse en otro lugar. Y en el lugar del otro. Adoptar un postura diferente. Intentar ser otra u otro. Buscar varias cosas a la vez. Abrir múltiples ventanas, entrar por unas, salir por otras o quedarse en todas. Aprender que recorrer un camino no establecido, no significa equivocarse sino un enriquecimiento.

-Además, sobre el escenario se ha visto que todo eso es posible. Y divertido. Los que allí se han atrevido a hacerlo se lo han pasado bien. Lo han conseguido y han gozado en ese juego gratificante.

–Esto es lo que propone, comunica y contagia ‘Esna’. Hay muchas fusiones. Ya hemos aludido al maridaje Marie de Jongh y Doos colectivo. Lo dirigen Jokin Oregi y Eva Guerrero.  Por el resultado, se ve que ambos caminan en la misma dirección y con los mismos parámetros. Por separado, funcionan a muy alto nivel. La suma se convierte en multiplicación.

-Hay actores que a la vez son bailarines. O al revés. Se llaman Denis Martínez y Olaia Valle. Sus movimientos transmiten emociones y sus expresiones están coordinados a la intención de conmover.

-También se ha visto que la música de Nerea Alberdi se fusionaba con movimientos, saltos, piruetas y expresiones. Sin restar importancia a las luces creadas por Arantza Heredia. También ellas saltaban, acompañaban y se detenían para crear matices y subrayar intenciones.

-Todo lo escrito hasta aquí hace más referencia a la participación desde el escenario. En el otro lado, en el patio de butacas, esta tarde ha quedado demostrado, en el Teatro Barakaldo, que el público tampoco tiene un papel pasivo en esta nueva aventura. El tránsito de las emociones y el contagio de la intención sólo funcionan si lo que se lanza desde un lado con todas las precisiones se recibe abiertamente y con deseo en el otro.

-Tengo la sensación de que a muy pocos seguidores de las respectivas trayectorias de el colectivo Doos y de la compañía Marie de Jongh les habrá sorprendido este encuentro de ambos. Y todavía serán menos, -en el caso de que haya alguno-, que no lo esté ya celebrando.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 20 noviembre 2021 - 12:16 am
Categoría: General

David Barbero
-Debo reconocer mi predisposición favorable hacia los espectáculos de danza que prepara Eva Guerrero como directora y coreógrafa. Recuerdo, con agrado, ‘Gorpuztu’, ‘El fin de las cosas’ o ‘Anotación nº 7’, por sólo citar sus últimas piezas de danza contemporánea.
-Con la misma fuerza, tengo que asegurar que, esta tarde, he acudido al Teatro Barakaldo con la conciencia de ir a ver algo diferente, nuevo, distinto, con otro planteamiento del habitual. He ido a ver el estreno de ‘Lof: Ladies on Fight’.
-Y efectivamente, me he encontrado con esa sorpresa de la novedad, la diferencia, la intención crítica, casi de burla, y la innovación. Voy a intentar describirlo.
-Como visión inicial, uno se encuentra con un colorista y ruidoso combate de lucha libre femenina. Típicamente norteamericano. Con un look de finales del siglo pasado. Con luchadoras potentes y formidas. Un tanto exageradas y ‘teatrales’. Con énfasis sobre los matices cómicos. Exagerando el tono de aparatosidad. Como si algunos movimientos fueran a ser retransmitidos a cámara lenta. Y otros, a cámara rápida.
-Desde el principio, se deja claro que, siendo un espectáculo de danza, no se coloca dentro de la ortodoxia. Es una creación libre y polifacética. Tiene texto. Los personajes adoptan una caracterización casi estereotípica. Tragicómica. Muy marcada. Se desarrolla dentro de una base argumental, aunque no exista una acción lineal al uso.
-Se desea producir una sensación de comicidad gruesa. Intencionadamente sobreactuada. Como si las protagonistas se vieran obligadas, por sus circunstancias, a desarrollar esa actividad no de modo voluntario. Queda claro, durante toda la pieza, que se nos quiere decir algo más de lo que se está viendo en la superficie.
-En el fondo, se propone una decidida crítica social. Una denuncia a diversos niveles: En un primer nivel, esta crítica va dirigida a los actuales caminos por los que se está llevando a la cultura. El entretenimiento superficial, un tanto vacío, con mucha apariencia, bastante ruido y poca enjundia.
-En otro nivel, se denuncian las condiciones en las que se hallan las personas que trabajan en ese mundo cultural. Sin oportunidades auténticas. En condiciones injustas. Con escasas satisfacciones de recompensa vital.
-No es un detalle sin importancia que esta lucha la desarrollen las mujeres. Ni tampoco las alusiones a los trabajos que se ven obligadas a realizar. Queda claro que son ellas las que sufren, con más severidad, estas situaciones negativas.
-Y si estás atenta/o a las insinuaciones y detalles del espectáculo, te das cuenta de que las críticas y las denuncias no se quedan en esos niveles. Hay cargas y pullas hacia la sociedad en general. A sus estructuras injustas, desiguales y explotadoras.
-Quizá se pueda decir que, en este espectáculo polifacético, se comienza con los tonos cómicos, que se pasa a los colores tragicómicos y que se mantiene en los matices de denuncia y hasta crítica. Tampoco se debe infravalorar el ‘detalle’ de que la corona del triunfo final se entregue a la bailarina a la que se ha estado reprimiendo toda la obra.
-Es de justicia mencionar a las luchadoras que escenifican esta pelea sobre el escenario. Lo presentan como una creación bastante colectiva. Pero ese colectivo está integrado por nombres propios. Ya he citado a Eva Guerrero, en la creación, coreografía y textos. La interpretación corre a cargo de Garazi López de Armentia, Bego Krego, Leire Otamendi, Helena Witelmsson y Estibaliz Villa. En el vestuario y la dirección de arte, está Azegiñe Urigoitia. Arantza Heredia, en la iluminación. Y la producción la gestiona Jemima Cano.
-Así que gracias, ‘ladies’, por estar ‘on fight’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 octubre 2020 - 1:29 am
Categoría: General

David Barbero
-Lo de la mirada actual y de calidad no son las únicas valoraciones positivas que se pueden hacer de la representación de ‘Madre coraje’ de Bertold Brecht que se está ofreciendo en el Teatro Arriaga de Bilbao.
-Habría que añadir, por lo menos, que este clásico del siglo XX se muestra con una visión cercana, contundente, próxima, femenina, valiente, muy plástica, fresca, apasionada, bien interpretada, incluso bien coreografiada. Y algunos adjetivos positivos más.
-Precisemos que semana pasada han tenido lugar las representaciones en euskera de esta pieza. Esta tarde, se ha hecho el estreno en castellano. Así que todavía quedan varias sesiones en el teatro municipal de Bilbao, antes de comenzar una gira, si la pandemia y las autoridades lo permiten.
-El principal mérito de estos logros hay que atribuírselo a María Goiricelaya. Con este potente montaje, incrementa su sólida trayectoria emergente y ya madura. Como adaptadora y directora, ha acertado al colocar la acción en el presente y denunciar que las guerras ahora siguen siendo tan crueles y mortíferas como antes. Pero se realizan de otra manera. Con un guante más blanco, quizá menos sucio, pero de forma más calculada e inmisericorde.
-Ha evidenciado que hay muchos que siguen intentando aprovecharse de las guerras para ampliar sus negocios. Mientras, otros son asesinados y otras, violadas. Incluso esos desalmados que intentan aprovecharse quedan tocados por sus efectos negativos.
-Otro acierto de la actualización es haber puesto el énfasis en que una buena parte de las víctimas son mujeres o jóvenes. Y a veces, las dos cosas.
-Toda esta concepción de la directora y adaptadora lleva a un planteamiento poco habitual al tratar este texto. Tanto en el contenido como en su estética. La dota de una personalidad propia y específica. Además, se ve que todos los que participan o intervienen, caminan en la misma dirección con propósitos idénticos para lograr un espectáculo compacto.
-Dentro de este planteamiento plástico, adquiere una singular fuerza la conjunción de distintas ambientaciones complementarias entre sí. El diseño del escenario, de José Luis Raymond, sitúa la acción, facilita los movimientos y crea las atmosferas adecuadas para dar más valor a lo que sucede y clarificar su significado. Los movimientos del numeroso elenco son coreografiados con ritmo por Eva Guerrero para lograr armonía y belleza. El ambiente musical está también especialmente cuidado en varias direcciones. El coro Euskeria interviene grabado pero impresiona en los momentos de impacto. La música de Zabala, los arreglos de Carlos Imaz y la ambientación sonora de Ibon Aguirre contribuyen a provocar y mantener las emociones.
-Digna de destacar, por su cuidado y entrega, es la interpretación. Del poliédrico y comprometido personaje principal, Ana Fierling, se han responsabilizado, con potencia, decisión y credibilidad, Itziar Lazkano, en castellano, y Ione Irazabal, en euskera.
-El elenco es amplio. Pero todos merecen ser citados individualmente para reconocer su mérito en la creación de cada personaje y la intención de cada escena. Ane Pikaza, Eneko Sagardoy, Mikel Losada, Miren Gastañaga, Iñaki Urrutia, Gabriel Ocina, Alfonso Diez, Idoia Merodio, Aitor Borobia, Adrián García de los Ojos y Mikel Martínez.
-Todos ellos demuestran la capacidad, el talento y la profesionalidad del mundo teatral bilbaíno, capaz de sacar adelante propuestas de calidad exportables.
-La tertulia improvisada, pero habitual, tras la representación, ha sido esta noche más larga que en otras ocasiones. Se ha centrado en la comparación de esta ‘Madre coraje’ con otras producciones de este teatro municipal bilbaíno. Ha recibido el calificativo mayoritario de ser la mejor, más cuidada y más completa.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 octubre 2019 - 11:21 am
Categoría: General

David Barbero
-Ayer asistí al estreno, en el teatro Arriaga, del espectáculo de danza contemporánea ‘Gorpuztu’.
-Me sorprendió, positivamente, que sus creadoras definieran su contenido asegurando que es ‘la búsqueda del equilibrio’. Me sorprendí concretamente de que se definieran. En danza contemporánea, es más frecuente huir de definiciones. Se suele negar que las piezas tengan significado concreto, que cuenten historias o deseen transmitir ideas determinadas.
-Estas creadoras, mayoritariamente en femenino, añaden que es una ‘lucha por silenciar el ruido, aligerar la carga y la culpa o por encontrar un lugar donde el animal duerma tranquilo’.
-Así, pude comenzar el espectáculo con mucha más información de lo habitual en estos casos. Incluso la poca luz del patio de butacas contribuyó a crear un rico espíritu de recogimiento interior.
-Desde la primera imagen que aparece sobre el escenario, se recibe esa misma sensación. Todos los elementos visuales y sonoros contribuyen a introducirte en ese mundo buscado, equilibrado, sereno, rico en vida interior, con energía unas veces, quieto en otras. Sucesivamente, te ves dominado por la curiosidad, por el deseo y por la quietud. Te sientes contagiado de esa búsqueda, de esa construcción y deconstrucción del cuerpo a que alude el título.
-Para que eso suceda, sobre el escenario se intercala, se une y se fusiona todo un conjunto de elementos artísticos, diversos pero muy bien combinados. De distinta procedencia, pero con un destino común. Sin un significado explícito, pero con una comunicación inmediata.
-Todos esos materiales, los físicos y los inasibles, incluidos los textos hablados, están muy cuidadosamente configurados y dirigidos. Con ellos, la pieza, superando la danza contemporánea, llega a convertirse en un espectáculo total e integrador.
-Eva Guerrero, responsable de la creación y los textos, da un paso muy notable en su actividad artística. Demuestra estar logrando una notable madurez artística, una fina creatividad de mundos sorprendentes y una destacada capacidad para comunicar sentimientos.
-A su lado, es preciso destacar muy especialmente al cuarteto, todo mujeres, responsable de la composición y la interpretación musical. Marca el tono de la pieza, establece el ritmo. Sorprende. Provoca emociones sucesivas. Reclama atención. Te lleva y te trae. Hay que citar sus nombres con especial reconocimiento: Yolanda Bustillo, Cristina Samaniego, Nerea Alberdi y Carla Sevilla.
-Garazi López Armentia, como intérprete, tiene una labor muy difícil y la supera con absoluta seguridad. Su expresividad, sus variaciones de registro y sus cambios de ritmo confirman su desarrollo como bailarina firme y consistente.
-No funcionaría esta pieza de relojería artística sin el perfecto engranaje al que contribuyen los responsables de una escenografía austera en los elementos, pero muy generosa en significados. Arantza Heredia ha creado una iluminación viva y precisa. Azegiñe Urigoitia, en el vestuario, va en la misma dirección. Lo mismo se puede decir de las asistencias de Judit Ruiz y de Aritz Aresti.
-En esa breve referencia, se han repetido palabras como sorpresa positiva, emociones, novedad, diferencia, detalle, cuidado, comunicación artística, energía… No es casualidad. Este trabajo las contiene y las comunica bella y eficazmente.

Esta página web utiliza cookies para mejorar tu visita adaptando la navegación a tus preferencias.
Para seguir navegando tienes que Aceptar las política de cookies. Más información